Los partidos pol¨ªticos portugueses centran su atenci¨®n en las elecciones municipales
A medida que se aproxima el escrutinio y que la gravedad de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs se hace cada vez m¨¢s evidente, los estados mayores de las grandes formaciones pol¨ªticas portuguesas se convencen de que las municipales del 12 de diciembre significar¨¢n una prueba crucial.No es ¨²nicamente la oposici¨®n quien afirma que una derrota de Alianza Democr¨¢tica en estos comicios sellar¨¢ la condena de la coalici¨®n de centro-derecha, de su Gobierno, y del primer ministro, Pinto Balsem¨¢o. En el Partido Socialdem¨®crata se prepara, una vez m¨¢s, la sustituci¨®n de Balsem¨¢o como presidente del partido y del Gobierno, con la secreta esperanza de que los resultados electorales favorecer¨¢n esta vez la tarea de los cr¨ªticos en el congreso previsto para enero.
La impopularidad de la pol¨ªtica gubernamental, la permanente guerrilla en el interior del Gabinet¨¦no son negadas, y el semanario Expresso anuncia, en la primera p¨¢gina de su ¨²ltima edici¨®n, que si las elecciones legislativas tuviesen lugar ahora, Alianza Democr¨¢tica perder¨ªa la mayor¨ªa absoluta, con apenas 37% de los votos, y que el Partido Socialista, con 26%, de los sufragios, recuperar¨ªa el primer lugar de los partidos pol¨ªticos portugueses, al frente de los socialdem¨®cratas (20%) y de los democristianos (17%).
Pero para que el cambio sea posible es necesaria, en democracia, la existencia de una alternativa de poder y su ausencia ha sido el principal argumento invocado por el presidente Eanes para resistir a las presiones de aquellos que le aconsejan dimitir el Gobierno y convocar elecciones generales anticipadas.
Es al Partido Socialista, principal partido de la oposici¨®n, al que se le exige la responsabilidad de crear esta alternativa y de probar su viabilidad. Para ello, unas elecciones a escala nacional, aunque se trate de elecciones municipales, es una prueba m¨¢s efectiva que todos los estudios de opini¨®n, y Mario Soares es consciente de lo que est¨¢ en juego el 12 de diciembre. Para recuperar su protagonismo pol¨ªtico y plantearse como alternativa seria, el PS necesita ganar.
No se atreve a esperar una victoria absoluta. Jam¨¢s los socialistas alcanzaron la mayor¨ªa, y, desde 1975, su base electoral ha ido menguando, lenta pero inexorablemente. Se trata, fundamentalmente, de invertir esta tendencia y de recuperar terreno, tanto a la derecha como a la izquierda.
Como siempre, Mario Soares es optimista y afirma que la victoria socialista en Francia, y previsiblemente en Espa?a, favorecer¨¢ al PS portugu¨¦s, ignorando deliberadamente la utilizaci¨®n que sus adversarios est¨¢n haciendo diariamente, en la Prensa portuguesa, de las dificultades de la gesti¨®n socialista francesa, de la derrota de Helmut Schmidt y de la solidez de Margaret Thatcher.
Pero la experiencia ha demostrado que el electorado portugu¨¦s se rige m¨¢s por los problemas internos que por la influencia que pueda venir del exterior, y, en este campo, los socialistas portugueses est¨¢n colocados en una situaci¨®n bastante dif¨ªcil.
Salvo honrosas excepciones, la gesti¨®n socialista de los municipios, donde el PS es mayoritario, ha sido m¨¢s bien discreta.
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