Novatos en erotismo
Porky's nos cuenta las aventuras de unos muchachos en busca de su primera experiencia sexual. La acci¨®n transcurre a finales de los a?os cincuenta, en una peque?a poblaci¨®n de los Estados Unidos. Una serie de episodios, que tienen como eje tem¨¢tico el despertar sexual, se van entretejiendo hasta asegurar una progresi¨®n argumental que culmina al privilegiarse una de las an¨¦cdotas -la visita a un burdel y los problemas subsiguientes- que se convierte en una historia de venganza.Precedente b¨¢sico de ¨¦sta y otras muchas pel¨ªculas es American graffitti, George Lucas, filme retro planteado como cr¨®nica de la vida cotidiana de los adolescentes que crecieron con Elvis Presley. En el caso de Lucas, un punto y aparte final nos comunicaba cual hab¨ªa sido el destino adulto -poco glorioso- de los sue?os quincea?eros. En Porky?s no encontramos este comentario, a posteriori ni en ning¨²n momento nada nos distancia de la narraci¨®n, diluido el punto de vista en una serie de trucos y recursos que difuminan casi totalmente la importancia de la puesta en escena, que se quiere objetiva, neutra, casi equivalente a una c¨¢mara oculta. Para lograr esa sensaci¨®n, Bob Clark juega a menudo con el plano secuencia, con un montaje que responde ¨²nicamente a un obsesivo criterio de continuidad perfecta, con unos di¨¢logos en los que aparecen expresiones de argot, con un protagonismo coral y con la mencionada puesta en escena, que bien podemos calificar de transparente.
Porky's
Director: Bob Clark. Int¨¦rpretes: Seott Colomby, Susan Clark, Boyd Gaines, Kaky Hunter, Naney Parsons, Dan Morehan, Alex Karras Norteamericana, 1982.Local de estreno: Capitol y Luchana.
Tres decorados -escuela, hamburgueser¨ªa y burdel- bastan para que los excelentes actores de Bob Clark vivan sus peripecias, los gags -algunos realmente excelentes- se sucedan y el espectador reconozca como suyo un paisaje -los Estados Unidos de Eisenhower- que nunca lo ha sido, excepto en el sue?o cinematogr¨¢fico. Nada perturba la buena marcha de esta comedia admirablemente engrasada, astuta y complicada en su aparente inocencia y sencillez. Si las reuniones o rememoranzas de ex alumnos o ex reclutas tienen siempre algo de s¨®rdido, sordidez que ya exist¨ªa en su momento s¨®lo que enmascarada por el compa?erismo y la complicidad, Porky's oculta este aspecto, bien olvid¨¢ndolo, bien solucion¨¢ndolo con la ficci¨®n. Al final, triunfan la ley y el orden que se imponen al margen de las normas. Como sucede con la propia pel¨ªcula, estamos ante una en¨¦sima versi¨®n de aquello tan sabido de que el fin justifica los medios.
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