Despu¨¦s de Baviera
LOS RESULTADOS de las elecciones para el Parlamento de Baviera confirman la fuerza de Strauss (extrema derecha) en su propio feudo, donde no existe la CDU m¨¢s que como aliada del dominante CSU de Strauss; ratifican la repulsa absoluta a los liberales traidores, que, con el 3,4% de los votos, se quedan sin representantes, y sos tienen a la socialdemocracia (SPD) en la oposici¨®n, donde estuvo siempre, pero con seis diputados m¨¢s que en la legislatura anterior. La novedad relativa es que se ha roto el progreso de los verdes, que con el 4,4% de los votos, se quedan a la puerta del Parlamento regional. Strauss les hab¨ªa machacado con su lenguaje pintoresco y brutal: el pacifismo, la oposici¨®n a la nuclearizaci¨®n, la limitaci¨®n a las grandes y peque?as industrias para obligarlas a respetar el entorno ecol¨®gico no tienen nadaque esperar de la derecha. Parte de votos que hubieran sido ecologistas, muchos de los que hubieran sido liberales, han ido a la SPD. Esta distribuci¨®n conviene a Strauss y perjudica a Kohl, pero puede que a la larga beneficie a los socialdem¨®cratas. A Strauss no le interesa nada que, cuando lleguen las elecciones del 6 de marzo para el Parlamento federal (Bundestag) haya partidos menores entre la democracia cristiana de Kohl y ¨¦l mismo. Puede que suceda as¨ª. El Partido Liberal se ha suicidado pol¨ªticamente al cambiar de alianza. Las encuestas no le dan m¨¢s del 3% de votos en las elecciones generales: se quedar¨¢ fuera del Bundestag. Fallar¨ªa en ese caso lo que los bromistas llaman la Kohlici¨®n: una mayor¨ªa en la q¨²e la democracia cristiana se apoyara en los liberales y redujese en lo posible,el papel de Strauss. Si no hay liberales en el Parlamento no hay tal posibilidad. Eso quiere decir que la coalici¨®n se tendr¨ªa que inclinar hacia la derecha exageradarnente, y esa inclinaci¨®n podr¨ªa perjudicar su situaci¨®n electoral. Si Strauss es adorado en su Baviera, donde obtiene regularmente el 60% de los votos por t¨¦rmino medio (58,8% este domingo), es, en cambio, temido por su derechismo desmesurado y sin l¨ªmites en la mayor¨ªa del pa¨ªs.
Si aparece esa bipolarizaci¨®n por el suicidio de los liberales (a¨²n cabeque algunos de ¨¦stos, despechados, defenestren al perpetrador del disparate, Genscher, e intenten reanudar la alianza con el SPD) podr¨ªa ocurrir que algunos votantes dem¨®cratacristianos, la mayor¨ªa, de los liberales y algunos de los que actualmente votan a los verdes, se inclinaran hacia el SPD para evitar una derechizaci¨®n excesiva del pa¨ªs. Las posibilidades de Schmidt de volver a gobernar despu¨¦s de las elecciones son ahora mucho menos remotas que hace unos d¨ªas.
Parece que, de todas maneras, los ecologistas pueden tener un peque?o grupo representativo en el Bundestag. Estaba descontado que no tendr¨ªan representantes en Baviera; pero el 4,4% de los votos es muy buen resultado en un lander dominado por la extrema derecha. Los tienen ya en otros Estados. Los verdes no son, por ahora, susceptibles de ninguna alianza; pero es ya posible que desde ahora la SPD tome algunos de sus puntos de programa como propios o, por lo menos, algunas de sus tendencias; y, como ha pasado en Baviera, que algunos de sus electores en potencia dediquen el voto ¨²til a la socialdemocracia. Ya el presidente de ese partido, Willy Brandt, ha hecho un llamamiento en ese sentido a la opini¨®n ecologista, y ha indicado que su partido podr¨ªa revisar el tema de la instalaci¨®n de los euromisiles y otras armas nucleares en el suelo de la RDA.
Puede ocurrir que la carambola de Genscher, tan cuidadosamente estudiada por ¨¦l y por su nuevo aliado, Kohl, d¨¦ resultados que no estaban previstos por ellos; dentro, por lo menos, del campo de lo posible est¨¢ la resurrecci¨®n de la SPD en marzo y su retorno al poder. La evoluci¨®n del voto verde y sus relaciones con los socialdem¨®cratas son cuestiones clave a la hora de que se cumplan o no las predicciones.
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