La gripe afecta anualmente a un mill¨®n de espa?oles
La gripe no es una enfermedad desde?able, a pesar de su general benignidad. En los ¨²ltimos trece a?os, la media de enfermos en nuestro pa¨ªs fue de 1.165.000 al a?o, y seg¨²n la OMS, un europeo de cada tres tiene al menos una vez la gripe cada cinco a?os. Incluso en Estados Unidos, uno de los pa¨ªses en los que el nivel sanitario de la poblaci¨®n es m¨¢s elevado, la gripe le supone al pa¨ªs un coste anual que rebasa los 3.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 300.000 millones de pesetas), seg¨²n el doctor Kavet, del American Journal of Public H¨¦alth. Volviendo a nuestro pa¨ªs, hace ya a?os que la gripe es la enfermedad infecciosa de mayor incidencia, a mucha distancia adem¨¢s del resto de las enfermedades, sean o no de declaraci¨®n obligatoria. Bien es verdad que, ante un t¨ªpico cuadro de catarro invernal (fiebre, constipado, tos, dolores articulares, etc¨¦tera), la mayor parte de los m¨¦dicos diagnostican gripe, aunque no tengan la evidencia de que se trata, efectivamente, del virus de cualquiera de las tres cepas que conviven con nosotros desde hace unos a?os: la cepa A/Bangkok/79, la cepa A/Brasil/78 y la cepa B/Singapur/79. Por otra parte, numerosas enfermedades respiratorias que cursan con sintomatolog¨ªa aguda suelen deberse a la propia gripe, que produce de forma natural este agravamiento en el estado general del enfermo a poco que ¨¦ste pertenezca a uno de los estratos sanitariamente m¨¢s d¨¦biles de la poblaci¨®n: ancianos, enfermos de pulm¨®n y coraz¨®n, ni?os peque?os, etc¨¦tera.Antigua como la humanidad
La gripe no es, desde luego, una enfermedad nueva. Los egipcios de la ¨¦poca de los faraones la conoc¨ªan ya, y cuatrocientos a?os antes de Cristo, Hip¨®crates describi¨® sus s¨ªntomas. La palabra influenza, con la que se conoce esta enfermedad en los pa¨ªses anglosajones, tiene su origen en la palabra ¨¢rabe utilizada por Avicena para describir la inflamaci¨®n localizada .en la garganta de las cabras.
La primera epidemia gripal de la que se tienen noticias fidedignas data de 1173; desde entonces, y hasta que Shope aisl¨® el virus de la gripe a partir del cerdo, en 1930, la humanidad ha sufrido numerosas epidemias de gripe, menos llamativas que las del c¨®lera morbo o la peste, pero, en cambio, mucho m¨¢s regulares en sus efectos da?inos, a?o tras a?o.
Ya en el siglo XX, no podemos cerrar esta breve referencia hist¨®rica sin aludir a la grav¨ªsima epidemia de 1918 y 1919, responsable de veinte millones de muertes en casi todo el mundo; sin olvidar la famosa gripe asi¨¢tica de 1957-1958, que lleg¨® a afectar a la cuarta parte de la poblaci¨®n mundial; ni la m¨¢s reciente epidemia del bienio 19681969, que produjo, s¨®lo en Francia, la muerte de 15.000 personas de forma directa.
La transmisi¨®n de los virus, e Incluso su agresividad, est¨¢ directamente relacionada con las condiciones ambientales; no es, pues, casualidad que las grandes epidemias se produzcan entre el oto?o y la primavera, con un claro descenso de la morbilidad en verano. El virus se transmite por contacto se mucosas y mediante peque?as gotitas de saliva, y el per¨ªodo de incubaci¨®n es muy breve, de uno a tres d¨ªas. Fatiga, postraci¨®n, fr¨ªo, debilidad general, dolores de cabeza y de las articulaciones, fiebre y, m¨¢s adelante, ronquera, tos seca con dolores en pecho y espalda, faringitis y bronquitis, e incluso conjuntivitis, son s¨ªntomas claros de infecci¨®n griposa, aunque numerosas bacterias catarrales, que no tienen nada que ver con el virus gripal, a menudo cursan s¨ªntomas similares. Y esto es importante, ya que las bacterias de los catarros son atacadas por los antibi¨®ticos que suelen mejorar r¨¢pidamente los s¨ªntomas, mientras que los virus de la gripe no son afectados en modo alguno por los antibi¨®ticos, y la ¨²nica soluci¨®n, si no se previ¨® a tiempo la enfermedad con la vacunaci¨®n, es soportar los s¨ªntomas, ayudando al organismo a que los supere mediante lo que cl¨ªnica mente se denomina una medicaci¨®n siritc1m¨¢tica, es decir, atacar los efectos de la enfermedad ya que no se puede atacar al origen.
En realidad, este problema es com¨²n a las enfermedades producidas por virus: s¨®lo la vacunaci¨®n tiene utilidad preventiva, ya que no existen medicamentos directa mente curativos. Bien es verdad que existe un f¨¢rmaco, la amantadina, pero s¨®lo act¨²a a nivel profil¨¢ctico o de terapia muy incipiente, y adem¨¢s s¨®lo es efectivo contra cepas gripale¨¢ del tipo A. Los antibi¨®ticos s¨®lo se emplean si se presentan complicaciones bacterianas de la gripe, cosa frecuente en pacientes con pocas reservas y con defensas disminuidas.
Vacunaci¨®n recomendada
La vacuna de la gripe a base de virus muertos o inactivos se prepara a partir de huevos embrionados de pollo y se administra en un sola vez, al principio de cada temporada (al final del verano o en oto?o), por v¨ªa subcut¨¢nea profunda o intramuscular. La propia Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda a sus funcionarios la vacunaci¨®n contra la gripe, y de forma muy especial a los mayores de cincuenta a?os. Seg¨²n la definici¨®n oficial de la OMS, "la gripe es una de las enfermedades infecciosas m¨¢s importantes que no se ha vencido todav¨ªa". En todo el mundo funcionan 101 centros nacionales de la gripe. Como ejes coordinadores funcionan los centros internacionales de Atlanta y Londres, que coordinan todos los trabajos y elaboran los distintos informes de cara a la utilizaci¨®n de las cepas m¨¢s id¨®neas en las vacunas, y la puesta en marcha del dispositivo de la alerta ante epidemias que puedan extenderse con rapidez. Seg¨²n el comit¨¦ de expertos de la OMS en patrones biol¨®gicos, el ¨ªndice de protecci¨®n de las vacunas antigripales inactivadas oscila, seg¨²n las circunstancias, entre un m¨ªnimo del 75% y un m¨¢ximo superior al 90%.
En todo caso, y mientras que la vacuna contra la gripe no se generalice, venciendo esa inercia de muchas personas a protegerse contra algo aparentemente innocuo, en los pr¨®ximos seis meses, entre uno y dos millones de espa?oles volver¨¢n a sufrir las consecuencias de una enfermedad siempre molesta, a menudo desagradable y, en bastantes m¨¢s casos de lo que se cree muy grave e incluso mortal. Sin contar con el factor estrictamente econ¨®mico. Ya en 1976 el Gobierno de Estados Unidos desembols¨® cien millones de d¨®lares (m¨¢s de 10.000 millones de pesetas) para vacunar a 45 millones de norteamericanos contra la gripe, y es que ese mismo a?o fue dado a conocer un informe cient¨ªfico seg¨²n el cual en la epidemia de 1968-1969 las p¨¦rdidas econ¨®micas alcanzaron en todo el pa¨ªs los 3.880 millones de d¨®lares, desglosados en costos directo s (cuidados m¨¦dicos y medicamentos) y en costos indirectos.
En Espa?a se ha calculado que una empresa con quinientos trabajadores que tuviese la precauci¨®n de vacunarlos a todos contra la gripe conseguir¨ªa un ahorro de casi cuatro millones de pesetas al a?o, ahorro conseguido al evitar las p¨¦rdidas por rendimiento disminuido a causa de la enfermedad de los trabajadores presumiblemente enfermos. El coste de la vacunaci¨®n de esos quinientos empleados ser¨ªa de s¨®lo 133.500 pesetas. Este c¨¢lculo ha sido hecho considerando para el trabajador medio de la empresa un sueldo de 43.650 pesetas por quince pagas, y cuarenta horas semanales de jornada laboral; el rendimiento medio de los enfermos de gripe se ha estimado que disminuye, con respecto al rendimiento del trabajador vacunado, en un 2% en verano, un 25% en oto?o, un 10% en invierno y un 6% en primavera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.