La BBC y la televisi¨®n independiente se sienten amenazadas ante la aparici¨®n de la televisi¨®n por cable en el Reino Unido
La televisi¨®n por cable debe regirse por un sistema liberal y sin trabas, concluye el informe de lord Hunt, encargado por el Gobierno para estudiar las posibilidades de este nuevo m¨¦todo de comunicaci¨®n. El Gobierno deber¨ªa aprobar antes de tres meses este informe. La BBC y la TV independiente brit¨¢nica se sienten amenazadas y se han lanzado en una campa?a de protesta contra el informe.
La televisi¨®n por cable, con la informaci¨®n pasando en ambos sentidos, puede revolucionar la vida de millones de brit¨¢nicos, es uno de los proyectos favoritos de Margaret Thatcher y podr¨ªa entrar en funcionamiento en 1985 En efecto, el usuario tendr¨ªa una mayor posibilidad de escoger programas para pasatiempos pero tambi¨¦n, con este sistema, podr¨ªa hacer compras desde su sill¨®n, controlar su cuenta bancaria o tener un perfeccionado sistema de detecci¨®n de ladrones.El informe de lord Hunt prev¨¦ la creaci¨®n de unos treinta canales, aunque sin fijar un n¨²mero l¨ªmite. Hunt concluye que su control total ser¨ªa pr¨¢cticamente imposible sin una amplia burocracia que embrutecer¨ªa a la iniciativa y a la diversidad que debe conllevar la televisi¨®n por cable. Hunt, sin embargo, considera necesario que estos nuevos canales mantengan el mismo nivel de decencia que la BBC o la ITV, aunque prev¨¦ la posibilidad de mostrar pel¨ªculas comercializadas sin llegar por ello a ense?ar expl¨ªcitas escenas sexuales o de violencia. Los receptores podr¨ªan ir equipados con un candado electr¨®nico especial para evitar que menores tuvieran acceso a este g¨¦nero de programas.
Lord Hunt, sin embargo, rechaza la idea de crear una autoridad que controle estrictamente todos estos programas, como ocurre con la BBC o la ITV. Propone, por el contrario, una autoridad cuya ¨²nica funci¨®n ser¨ªa la de supervisar por encima el contenido de esta nueva programaci¨®n y la concesi¨®n de licencias para los que operen el cable.
La propiedad de los canales de cable podr¨ªa estar en manos de empresas period¨ªsticas, de radio y televisi¨®n e incluso de compa?¨ªas extranjeras. Ninguna compa?¨ªa individual podr¨ªa disponer de un control sobre la red.
El Gobierno, los partidos pol¨ªticos y las iglesias se ver¨ªan excluidos de una participaci¨®n directa en la programaci¨®n de los canales de cable. Estos, en sus programas informativos, aunque sin mantener unos ciertos niveles de calidad.
El posible deterioro de la calidad es uno de los puntos de ataque de la BBC que se ve amenazada. Su director general quiere una autoridad fuerte que lo controle. Para la televisi¨®n independiente, el mayor peligro puede venir de la recomendaci¨®n de Hunt de que el cable pueda mostrar publicidad, pues de otro modo este sistema no podr¨ªa ampliarse. Hunt recomienda que el cable lleve los servicios de la BBC y de la ITV, y piensa que el cable no da?ar¨¢ los intereses publicitarios de la Prensa y la televisi¨®n y radio comerciales, la instalaci¨®n de una red de cables que permita la comunicaci¨®n entre el abonado y el operador, e incluso entre dos abonados ser¨¢ financiada enteramente por fuentes privadas, si el Gobierno sigue en su l¨ªnea actual. Se calcula que el coste inicial ser¨¢ de unos quinientos millones de pesetas. El usuario tendr¨ªa que pagar unas 60.000 pesetas para la instalaci¨®n de su recepci¨®n y unas 4.000 pesetas anuales para su mantenimiento. En principio, lord Hunt ha rechazado la idea del pago por programa que rige en algunos canales de otros pa¨ªses. Prefiere un pacto fijo anual en concepto de suscripci¨®n.
El ¨²nico control sobre el sistema ser¨ªa pues a trav¨¦s de la concesi¨®n de permisos a los, operadores del cable. Pero la BBC no se rinde a¨²n. La ITV, que ya ha visto los dos pr¨®ximos canales de televisi¨®n por sat¨¦lite pasar a manos de la BBC, tampoco. Los consumidores no han sido a¨²n consultados. Pero este parece ser el proyecto industrial m¨¢s querido de Margaret Thatcher.
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