Migraciones izquierda-derecha y viceversa
Edgar Morin acaba de subrayar con agudeza que muchas ideas han emigrado de izquierda a derecha. La idea de evoluci¨®n, de cambio, de progreso es aceptada en adelante por la derecha, siempre que el cambio controlado permita la conservaci¨®n de los controles tradicionales vaciando la necesidad de cambio.Y as¨ª vemos c¨®mo la nueva derecha se anexiona viejas ideas de izquierda: la fe en la ciencia.(demostr¨¢ndonos que el miedo a las manipulaciones gen¨¦ticas es est¨²pido), la confianza en el futuro (se presiona a la humanidad para que abandone la cuna de su planeta), el esp¨ªritu de Atenas y de? Renacimiento.
Pero al mismo tiempo ocurre el fen¨®meno contrario en los viejos espacios de la izquierda tradicional: se pone en guardia contra los progresos incontrolados de la ciencia (en primer lugar, contra las manipulaciones gen¨¦ticas); hay protestas contra las centrales nucleares, y para ello se intenta recurrir a todas las grandes instancias ¨¦ticas que en el mundo han sido y siguen siendo.
Morin reconoce que esto no significa que reacci¨®n y revoluci¨®n se hayan vuelto equivalentes, sino que no hay que dejarse cegar por una palabra clave y saber que la revoluci¨®n puede dejar de ser un concepto revolucionario, mientras que una perspectiva reaccionaria, abandonada por los reaccionarios, puede convertirse en una perspectiva reaccional en la que se resiste a desarrollos convertidos en sometedores o mortales.
Voy a poner dos ejemplos hist¨®ricos trascendentales. El primero se refiere a la evoluci¨®n del evangelismo original al catolicismo de inquisici¨®n, o sea: ?la deriva de un pensamiento revolucionario cr¨ªtico, como fue el primitivo Evangelio, hasta transformarse finalmente en la teolog¨ªa medieval!
El segundo ejemplo es m¨¢s reciente: es sorprendente que en nombre de la misma palabra socialismo unos se hayan deslizado hacia el hitlerismo y otros hacia el estalinismo, creyendo ambos que la palabra socialismo expresaba, efectivamente, la realidad profunda de cada uno de los dos reg¨ªmenes.
La raz¨®n profunda de esta diversificaci¨®n, de esta constante, emigraci¨®n de los grandes conceptos, desde izquierda a dere-
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cha y viceversa, est¨¢ en que un mismo sistema de ideas puede adquirir significaciones diferentes, incluso adversas, seg¨²n la ecolog¨ªa mental o cultural que lo nutre.
El ecosistema
El aristotelismo, escuela de pensamiento racional, se degrad¨® en racionalizaci¨®n cerrada en el ecosistema teol¨®gico del cristianismo medieval.
El marxismo, nutrido de savia libertaria, se opone radicalmente al marxismo dogm¨¢tico sostenido en el aparato leninista y, desde luego, estaliniano. Y es que toda idea que es al principio elucidante se vuelve embrutecedora en cuanto se encuentra en una ecolog¨ªa mental o cultural que cesa de nutrirla en complejidad.
Antonio Machado lo dijo de una manera parecida, pero m¨¢s gr¨¢fica, cuando escrib¨ªa: "Roma 'es un poder del Occidente pragm¨¢tico, un poder contra el Cristo, que tiene del Cristo lo bastante para defenderse de ¨¦l. Similia similibus curantur".
Es decir, se trata, en este proceso migratorio a babor y estribor, de asegurarse la vacuna contra aquella grandiosa realidad, que en un primer momento naci¨® en ese amplio espacio que convencionalmente hemos dado en llamar izquierda. Y as¨ª se explica que la derecha asuma de la izquierda elementos para auto vacunarse, mientras que la izquierda acepta nost¨¢igicamente de la derecha los tronos gloriosos para enga?arse a s¨ª misma pensando que los marginados de ayer van a estar elevados sobre las sedes desocupadas por sus viejos se?ores. Har¨ªa falta analizar con lupa las exigencias progresistas de derechas e izquierdas, teniendo en cuenta su ubicaci¨®n en el lote racional y cultural en el que vienen envasadas.
Por ejemplo, ?c¨®mo se explica que los que defienden a capa y espada la abolici¨®n del aborto sean despu¨¦s ac¨¦rrimos defensores de la pena de muerte y de la dureza en el trato policial con el presunto delincuente? Y, al rev¨¦s, ?c¨®mo se explica que los que durante una larga dictadura han luchado por la libertad de expresi¨®n la nieguen despu¨¦s a los propios miembros de su organizaci¨®n, cuando ya se ha levantado el veto de la clandestinidad?
Yo creo que la verdadera postura revolucionaria es la que mantiene la coherencia al lograr salvar todo su lote racional y cultural a trav¨¦s de las diferentes modas pol¨ªticas, escoradas tanto a babor como a estribor.
Esto quiz¨¢ explique la apat¨ªa que hoy vemos con respecto a la eficiencia de los partidos pol¨ªticos y, en general, a los profesionales de la pol¨ªtica. Y esto, indudablemente, es un mal. Pero mientras tanto la derecha como la izquierda anden haciendo incursiones en el campo ajeno para llevarse a hurtadillas los valores propios del otro y asumirlos sin cambiar el ecosistema, nuestros espa?olitos de hoy, de ma?ana y quiz¨¢ de pasado ma?ana van a ir pasando de pol¨ªtica y recayendo en la indiferencia del hombre de la calle que exclama con cara de disgusto: "?Qu¨¦ asco de pol¨ªtica!".
Y, para terminar, un consejo a la izquierda (donde, a mi modesto parecer, se contiene la matriz de los valores sociales): que no permita que un hombre enemigo venga por las noches a su campo, no s¨®lo a sembrar la ciza?a, sino a llevarse las mejores simientes para sembrarlas y hacerlas crecer en el suyo.
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