La 'realpolitik' de Fahd y Arafat
Ni las conclusiones de la ¨²ltima cumbre ¨¢rabe de Fez, incluida la adopci¨®n del plan para la paz en Oriente Pr¨®ximo propuesto hace un a?o por el entonces pr¨ªncipe y hoy rey de Arabia Saud¨ª, Fahd, ni el proceso de los ¨²ltimos meses, que ha llevado a ¨¢rabes y palestinos a tales conclusiones, tienen explicaci¨®n fuera del contexto internacional e inter¨¢rabe que los ha originado y condicionado.
Cuando en Fez se expresaba Arafat pat¨¦ticamente ante una veintena de jefes de Estado ¨¢rabes ("hermanos, reyes, presidentes y emires ¨¢rabes: los tiempos no nos son favorables"), estaba aludiendo a ese contexto, y cuando declaraba que "la actual situaci¨®n exige una actitud nueva y calculada" y que es preciso "revisar nuestras posiciones y compromisos", hac¨ªa gala de un realismo pol¨ªtico que puede convertir a la OLP, forzada militarmente a retirarse de Beirut, en una organizaci¨®n con una formidable capacidad diplom¨¢tico-pol¨ªtica susceptible de favorecer m¨¢s y mejor los derechos nacionales de los palestinos.Analicemos, pues, el contexto. De entrada hay que destacar la preocupaci¨®n manifestada por el secretario general de las Naciones Unidas a causa de la tendencia hacia la anarqu¨ªa internacional, favorecida por la ineficacia de las instituciones de la ONU y del sistema de seguridad colectiva. Creo, no obstante, que ser¨ªa m¨¢s riguroso calificar la situaci¨®n de ca¨®tica, en lugar de an¨¢rquica. En el sentido que P¨¦rez de Cu¨¦llar utiliza el adjetivo an¨¢rquico implica algo de control. Sin embargo, los movimientos actuales tendentes a llevar a las sociedades tercermundistas al caos econ¨®mico-pol¨ªtico est¨¢n claramente orientados de antemano por sectores que tienen inter¨¦s en que ello ocurra. Est¨¢ por ver si las fuerzas progresistas y sensatas de Occidente colaborar¨¢n en este empe?o o sabr¨¢n reaccionar a tiempo.
El caos pol¨ªtico est¨¢ representado, entre otros, por la creciente tensi¨®n Este-Oeste, el bloqueo de la CSCE o el de las conversaciones sobre limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas, para no hablar del boicoteo indirecto del Movimiento de Pa¨ªses no Alineados por parte de las dos superpotencias.
Pero mucho m¨¢s grave resulta el caos econ¨®mico internacional: la deuda externa de los pa¨ªses subdesarrollados asciende ya a 450.000 millones de d¨®lares. S¨®lo un verdadero nuevo orden econ¨®mico internacional podr¨ªa comenzar a poner fin a tal desm¨¢n, y ello en beneficio no ¨²nicamente de los pa¨ªses pobres, sino tambi¨¦n de los industrializados. Porque ?a qui¨¦n van a vender los pa¨ªses ricos si las cosas siguen as¨ª? Si bien Europa occidental ha tomado conciencia del problema, la gran potencia americana parece obstinada en ignorar la angustia del Tercer Mundo y en despreocuparse de los intereses comerciales de sus aliados europeos.
As¨ª, los impulsores de la reaganomics, concepciones econ¨®micas nacionales e internacionales que mantiene la actual Administraci¨®n de EE UU, se han propuesto desmantelar el propio concepto del di¨¢logo Norte-Sur, esto es, la v¨ªa m¨¢s id¨®nea -junto con el di¨¢logo Sur-Sur- para establecer un nuevo orden econ¨®mico. Pretenden poner fuera de juego a una instituci¨®n como la organizaci¨®n de la ONU sobre comercio y desarrollo (UNCTAD), porque defiende activamente los intereses de los pa¨ªses subdesarrollados, y que su lugar lo ocupen el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otros organismos, como el GATT, en que los intereses de Washington son preponderantes.
En esta l¨ªnea, el nuevo presidente del Banco Mundial, Carl Clausen, promovi¨® hace unos meses una campa?a de denuncia del concepto Norte-Sur, al que acusa de simplista. Seg¨²n ¨¦l, no se puede hablar de dos partes en la negociaci¨®n, dado que "el mundo multipolar de hoy contiene por lo menos ocho polos de considerable relevancia econ¨®mica". Clausen propicia que el Banco Mundial e instituciones afines negocien no como hasta ahora con el Sur en bloque (UNCTAD), sino por separado con los diversos polos. Es un intento irresponsable de dividir con la intenci¨®n de vencer p¨ªrricamente y que puede provocar un abismo definitivo entre Norte-Sur.
Esta ofensiva en toda regla, que algunos sectores poderosos, ego¨ªstas y miopes del mundo occidental llevan a cabo contra el Tercer Mundo, que ha conseguido paralizar la OUA, herir de muerte a la OEA, retrasar el proceso de profundizaci¨®n y clarificaci¨®n de los no alineados y que pretende liquidar la UNCTAD y desintegrar la OPEP, ha encontrado su primera resistencia seria en la cumbre ¨¢rabe de Fez. Esos poderosos lectores occidentales han ido demasiado lejos y provocado que reg¨ªmenes conservadores y progresistas ¨¢rabes comprendan que, de una u otra manera, la ofensiva les afecta a todos. Estos sistemas est¨¢n comenzando a forjar una estrategia, a¨²n incipiente y con numerosas brechas que cerrar, que facilitar la recuperaci¨®n de los pueblos tercermundistas en su conjunto, fen¨®meno que Europa deber¨ªa no perder de vista.
Resistencia palestina
Y es precisamente en este contexto donde se mueve la resistencia palestina. Se trata de un medio que le es hostil no solamente a ella, sino a los pueblos que combaten por conseguir unos derechos que les son negados. Dejando para otra ocasi¨®n las causas de la pasividad sovi¨¦tica ante la crisis de Oriente Pr¨®ximo, hay que decir que los palestinos tienen en su contra, en lo que respecta a la consecuci¨®n de sus objetivos m¨¢ximos, no solamente el medio que estamos considerando, sino adem¨¢s la ausencia de una actividad ¨¢rabe coordinada y congruente en su favor. Duran te a?os, el radicalismo ¨¢rabe ha sido incapaz de ofrecer una soluci¨®n a los palestinos, quienes han debido desenvolverse en un ambiente de matanza, divisiones y demagogia. Un ambiente que ha llegado a producir un Gadafi que, en pleno asedio sionista de Beirut, recomienda a la resistencia palestina que "se suicide con honor". Ese mismo Gadafi, acosado por los norteamericanos, que le prodigan gestos y actos provocadores, se pasea por los pa¨ªses inoportunos de la Europa del Este -Checoslovaquia, Polonia-, mientras toda la Liga Arabe se re¨²ne en Fez. Con la importante excepci¨®n de Mubarak, el presidente egipcio, quien, expectante y sol¨ªcito hacia sus hermanos ¨¢rabes, pero a quien todav¨ªa no se le permite acudir a Fez, viaja al Este disidente -Yugoslavia, Ruman¨ªa- en busca de sinton¨ªas que le ayuden a recobrar su antiguo papel entre los no alineados y la familia ¨¢rabe.
Estando as¨ª las cosas, en la recientemente celebrada cumbre ¨¢rabe se han impuesto la moderaci¨®n, la realpolitik y, probablemente, la eficacia. ?Est¨¢n Arafat y Fahd sincronizados para el lanzamiento e implantaci¨®n de un plan de paz que resulta moderado para Europa occidental e incluso para Estados Unidos, pero radical e inaceptable para Beguin? ?Han participado en la elaboraci¨®n del plan Fahd, como se dice en Occidente, asesores de la OLP? En cualquier caso, esta es la hora de una OLP moderada. Si hasta ahora el radicalismo ¨¢rabe no ha conmovido a Beguin, de ahora en adelante se trata de que la moderaci¨®n de Fahd y Arafat se le transforme en algo que por su inesperada naturaleza le resulte dif¨ªcilmente digerible.
'Teorema de Bechtel'
En tiempos de grave crisis internacional y de asedio de las aspiraciones de los pueblos del Tercer Mundo, la responsabilidad primordial de la OLP es capear el temporal y aguardar, lo m¨¢s activamente posible, tiempos mejores. A pesar de todo, desde el relevo de Haig en el Departamento de Estado de EE UU -relevo al que probablemente no fue ajeno el rey Fahd-, ciertas dosis de cordura comienzan a hacerse sentir en Washington.
As¨ª, lo que el historiador franc¨¦s Alexandre Adler ya ha bautizado como teorema de Bechtel comienza a surtir efectos. Bechtel es la multinacional norteamericana con considerables intereses en Oriente Pr¨®ximo y Medio, en la que han trabajado los actuales secretarios de Estado, Shultz; de Defensa, Weinberger, y el mediador en Oriente Pr¨®ximo, Habib. El teorema de Bechtel que menciona Adler tiene como principales postulados de pol¨ªtica exterior una simult¨¢nea rigidez para con la URSS, apertura hacia el mundo ¨¢rabe y reticencia hacia Israel.
Factores todos ellos que, independientemente de posibles y sustantivas diferencias de opini¨®n, Fahd y Arafat parecen estar manejando inteligentemente estas semanas.
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