Souvenirs
Lo que se publica estos d¨ªas a toda aspirina es que la misa del papa Wojtyia en la Castellana colapsar¨ªa Madrid durante medio mes, y que conviene celebrar esa gran misa en otro sitio. Pero hay otras noticias m¨¢s ¨ªntimas, m¨¢s entra?ables y menudas relacionadas con la visita del Papa, como es esa invasi¨®n de im¨¢genes y medallas de Juan Pablo II, que est¨¢n ya a la venta como "recuerdo de la venida del Papa a Espa?a". El escultor Juan de Avalos, artista madrugador en t¨¦cnicas de escultura y en t¨¦cnicas de marketing, a lo que se ve, ha creado una bella pieza de m¨²ltiples en que aparece el Papa con una paloma en la mano derecha, y parece ir a bendecirla o acariciarla con la izquierda. Hay, asimismo, como digo, medallas y otros souvenirs, pero me parecen cosas de poco momento.. Lo de Avalos es absolutamente genial y transforma el moderno concepto del tiempo (memoria y duraci¨®n, Proust y Bergson), anticipando el recuerdo al hecho. A esto no lleg¨® el divino Marcel en las siete mil p¨¢ginas de su libro: no la memoria involuntaria, sino la memoria premonitoria. Usted ya puede tener en casa, no s¨¦ si en oro, plata, ferroaleaci¨®n o qu¨¦, el recuerdo de la visita del Papa, sin duda memorable, pero que a¨²n no ha ocurrido. Me lo dec¨ªa anoche Rafans¨®n, cenando en El Luarqu¨¦s con los Segrelles, Pepe Mart¨ªn, Alvaro Delgado, Mapi, la fascinante Inmaculada y m¨¢s personal:-La visita del Papa se est¨¢ renegociando.
?Y si el Papa no viniera? Ser¨ªa lamentable por muchos conceptos, pero sobre todo, querido comprador, coleccionador piadoso de souvenirs, porque usted tendr¨ªa el recuerdo de la venida que nunca ocurri¨®, de la visita "que no llam¨® al timbre", como dir¨ªa mi querido Calvo-Sotelo (Joaqu¨ªn). Este recuerdo anterior al hecho me parece por parte de Avalos de un vanguardismo est¨¦tico s¨®lo comparable a los ready / meade de Marchel Duchamp, galvanizados en nuestros d¨ªas por Andy Warhol con la lata de sopas Campbell, que es ya en s¨ª un objeto museal, s¨®lo con que usted tire la sopa y guarde la lata. Pero el Papa, que si no fuese inteligente no habr¨ªa llegado al Vaticano, me parece a m¨ª que no dejar¨¢ de considerar esos pre / recuerdos como una chamariler¨ªa de lo futurible, algo que deteriora en bisuter¨ªa lo que es teolog¨ªa. Art¨ªsticamente es un acierto la creaci¨®n del recuerdo previo. Religiosamente es un abuso. Pero Avalos ha descubierto un camino, cuando parec¨ªa que ya nadie iba ¨¢ inventar nada, en arte (el hiperrealismo es un realismo enfriado). Siguiendo esa l¨ªnea, Avalos puede hacer la ferroaleaci¨®n del primer ni?o de unos que todav¨ªa son novios y ¨¦l no ha sacado las oposiciones, la ferroaleaci¨®n del primer beso de unos que a¨²n no se conocen y la ferroaleaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez con el pelo blanco, en la presidencia del Gobierno, cosa que tambi¨¦n puede no ocurrir nunca. En Lourdes, F¨¢tima, Garabandal y el Palmar de Troya le venden a uno, por lo menos, souvenirs religiosos de hechos y milagros pasados. Avalos nos vende el souvenir de un milagro venidero. En la magia negra y de los negros tambi¨¦n se acude a un ritual mim¨¦tico de lo que tiene que ocurrir, para que ocurra. Pero tantos siglos de racionalismo vaticano no pueden comulgar con estas magias. Por eso lo de mi vecino Avalos me parece m¨¢s importante como invento art¨ªstico que como invento cat¨®lico. Los cr¨ªticos de arte debieran glosarlo. Taranc¨®n debiera prohibirlo.
El Papa est¨¢ sustituyendo a Walesa en la defensa de los astilleros polacos. El Papa acaba de canonizar a un m¨¢rtir de los nazis. El Papa no para. Hay muchas instant¨¢neas de su vida que esperan el oro o el cobre, la talla. Este Papa hace muchas cosas, pero la intuici¨®n pl¨¢stica de Avalos le ha llevado a plasmar lo que el Papa no ha hecho todav¨ªa. Vender, vende.
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