Rebajas de oto?o

La mala administraci¨®n de los clubes por parte de dirigentes fatuos, ignorantes, pretenciosos y faranduleros ha puesto al f¨²tbol al borde de la quiebra. El quiero y no puedo ha sido la caracter¨ªstica predominante de los ¨²ltimos tiempos. De los grader¨ªos se ha echado a familias enteras a causa delos precios desorbitados. Del listado de socios han desaparecido miles de nombres. Los vac¨ªos en las gradas, contrariamente a lo que piensan algunos, no los producen la ausencia de goles, sino los atracos en taquilla.Vicente Calder¨®n que, como muchos otros colegas, cometi¨® el error de no medir las propias fuerzas de la entidad, en su vuelta, y con un panorama tan oscuro e incierto como el reinado de Witiza, ha ca¨ªdo en la cuenta de que ¨²nicamente la moderaci¨®n puede salvar al Atl¨¦tico. Calder¨®n ha congelado los sueldos mensuales y las arebajado el precio de las entradas. El Atl¨¦tico prefiere ahora el mismo rendimiento econ¨®mico de antes, pero con el campo lleno. Calder¨®n ha votado por partidos con gente y por el retorno de los ni?os al f¨²tbol.

La ausencia de chavales en los campos estaba convirtiendo el espect¨¢culo balomp¨¦dico en una afici¨®n camp. Y, m¨¢s a¨²n, un deporte sin seguidores de los que coleccionan cromos no tendr¨ªa otro futuro que la muerte por inanici¨®n.

El ejemplo del Atl¨¦tico -austeridad en los gastos y rebaja de los precios- deber¨ªan seguirlo la mayor¨ªa de los clubes de categor¨ªa nacional. El f¨²tbol no puede ser un espect¨¢culo para privilegiados.