Cerrada la puerta al di¨¢logo
Con la nueva ley sindical, que su pone la suspensi¨®n definitiva del sindicato independiente Solidaridad, las autoridades polacas han cerrado la posibilidad de conseguir un "entendimiento nacional" entre el poder y la sociedad, y con ello aumentan la desestabilizaci¨®n del pa¨ªs.La nueva ley sindical polaca aprobada el 8 de octubre en el Parlamento, llega con a?os de retraso A ra¨ªz de los sucesos de diciembre de 1970, cuando cay¨® Ladislav Gomulka y Eduard Gierek lleg¨® al poder, una ley que concede "sindicatos. independientes de los ¨®rganos de Administraci¨®n del Estado y de la econom¨ªa" habr¨ªa sido una sensaci¨®n en un pa¨ªs del llamado "socialismo real". Hoy, tras la huelga de agosto de 1980 y los catorce meses de existencia de Solidaridad, la nueva ley sindical ignora por completo la realidad del pa¨ªs y el nivel de descontento social provocado por el r¨¦gimen militar en sus diez meses de actuaci¨®n.
Boicoteo de las nueva ley
De golpe, el Gobierno polaco ha cerrado toda posibilidad de di¨¢logo con las fuerzas sociales y ha privado incluso a la jerarqu¨ªa cat¨®lica de continuar en su papel mediador y moderador frente a los j¨®venes radicalizados y los duros dentro del sindicato independiente.
En una dictadura estabilizada, la nueva ley sindical permitir¨ªa intentar el juego de infiltrarse dentro de las nuevas estructuras, en una estrategia similar a la empleada por Comisiones Obreras dentro del aparato sindical franquista. La respuesta de la direcci¨®n clandestina de Solidaridad ha sido categ¨®rica: boicoteo a los nuevos sindicatos. En la nota elaborada por la Comisi¨®n Nacional Provisional de Solidaridad, en la clandestinidad, se dice que "no boicotear a los nuevos sindicatos equivaldr¨ªa a traicionar los ideales del movimiento sindical independiente". Al mismo tiempo se convoca para el 10 de noviembre, segundo aniversario del reconocimiento legal de Solidaridad, una huelga general de cuatro horas a partir de las diez de la ma?ana.
De forma incontrolada, huelgas y disturbios en todas las esquinas de Polonia han sido, la semana pasada, la respuesta inmediata a la supresi¨®n de Solidaridad.
La huelga en los Astilleros Lenin fue cortada a base de militarizar a los obreros, despidos masivos, represi¨®n, y poner a la puerta fuerzas de polic¨ªa, que advert¨ªan contra las consecuencias de continuar la huelga. La ciudad de Gdansk fue de nuevo escenario de enfrentamientos entre polic¨ªas y trabajadores, una vez m¨¢s en las proximidades de la sede del partido, que ya ardi¨® en los sucesos de diciembre de 1970.
Crece el odio
La marea del odio crece, y sobre esta base del odio es imposible construir la convivencia ciudadana en Polonia y levantar la econom¨ªa nacional. Lo misirio ocurri¨® en Cracovia, Nowa Huta y otros centros industriales. La televisi¨®n oficial dio una amplia inffirmaci¨®n de los incidentes en las calles.
La pol¨ªtica de propaganda, desde que pas¨® a manos de gentes pr¨®ximas al viceprimer ministro Mieczyslaw Rakowski, ha adquirido unos tonos m¨¢s matizados, trata de aproximarse m¨¢s a la realidad y no esconder completamente lo que ocurre en el pa¨ªs. Los polacos pudieron ver en los telediarios los enfrentamientos en las calles y los destrozos. La t¨¢ctica de las autoridades es clara: tratar de conseguir el apoyo de la mayor¨ªa silenciosa, de la gente de orden en Polonia, que no puede soportar que se destroce la propiedad social y ver c¨®mo se saquean tiendas con productos dif¨ªciles de conseguir, y echar la culpa de los disturbios a "elementos asociales venidos de fuera".
Este c¨¢lculo de los propagandistas del r¨¦gimen podr¨ªa tener ¨¦xito, si las autoridades pudiesen ofrecer a la sociedad alg¨²n ¨¦xito palpable, una mejora sensible de las condiciones de vida, pero tambi¨¦n aqu¨ª la esperanza del Consejo Militar de Salvaci¨®n Nacional han quedado defraudadas. El intento de aplicar el kadarismo (por Janos Kadar) en Polonia ha fracasado, porque el pa¨ªs est¨¢ arruinado, la situaci¨®n econ¨®mica internacional es mala, los pa¨ªses hermanos no est¨¢n en condiciones de ayudar a Polonia y, lo m¨¢s importante, en Polonia no fue vencida una revoluci¨®n, sino simplemente declarada fuera de la ley, negada por decreto.
Falta de apoyo popular
El kadarismo se implant¨® en Hungr¨ªa despu¨¦s de haber liquidado fisicamente al intento revolucionario y, a partir de la derrota, se pudo poner en marcha el lema "Quien no est¨¢ contra nosotros est¨¢ con nosotros". En Polonia, el Consejo Militar no ha conseguido ni el m¨¢s m¨ªnimo apoyo popular y el poder se enfrenta a una sociedad completamente opuesta. Con la fuerza militar se podr¨¢ conseguir reducir una huelga, obligar a entrar a los obreros a trabajar en los astilleros o en las siderurgias, pero no es posible conseguir el grado m¨ªnimo de adhesi¨®n necesario para levantar la econom¨ªa de Polonia.
El Consejo Militar se encuentra en una situaci¨®n todav¨ªa m¨¢s cerrada que en el momento de la toma del poder el 13 de diciembre, cuando todav¨ªa se pod¨ªa abrigar la esperanza de que la renovaci¨®n iba a ser total, hasta incluso la liquidaci¨®n de un partido in¨²til y corrompido.
Quiz¨¢ por influencia de los pa¨ªses vecinos, que consideran a JaruzeIski "m¨¢s general que secretario del partido", la depuraci¨®n no fue posible y hoy d¨ªa el r¨¦gimen polaco se encuentra en un callej¨®n cada vez m¨¢s cerrado y sin que se adivine por ninguna pa rte la posib,ilidad de salida. Para el 10 de noviembre se prev¨¦ una nuevaprucb,a de fuerza y despu¨¦s vendr¨¢n otras
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