La pel¨ªcula portuguesa 'Ana' gan¨® la Espiga de Oro del festival internacional de Valladolid
Ana, ganadora del festival de Valladolid, es un poema cinematogr¨¢fico sencill¨ªsimo, de gran rigor narrativo ritual, que abre, a mi juicio, un camino a los atolladeros, que son muchos, de la producci¨®n independiente. A juicio del jurado, este poema f¨ªlmico "sintetiza la pureza del cine cl¨¢sico y la audacia de escritura del cine moderno, participando tanto de la subjetividad po¨¦tica como de la cr¨®nica cotidiana del documental, con un resultado, por su sinceridad y emoci¨®n, capaz de alcanzar un p¨²blico amplio".La exactitud del premio y de su justificaci¨®n est¨¢n fuera de toda duda. Este bell¨ªsimo filme debe exhibirse en todo el mundo, con el aval para la Semana de Valladolid de haberlo, ya que no descubierto, pues se proyect¨® en otros festivales con antelaci¨®n, s¨ª de haberlo lanzado a los mercados comerciales minoritarios.
La Espiga de Oro a cortometrajes fue a manos del espa?ol Manuel Vidal Est¨¦vez, por su peque?o y buen corto D¨ªas inolvidables, del que el jurado dijo que es una "b¨²squeda de una perspectiva capaz de expresar del intimismo de una peripecia individual en un momento hist¨®rico". La justificaci¨®n, como se ve, es algo confusa, ya que no expresa bien las calidades del filme de Vidal Est¨¦vez y su excelente desarrollo formal.
Menciones honor¨ªficas
El jurado hizo tres menciones honor¨ªficas, una al cortometraje alem¨¢n Gitanos en la ciudad, de Irmgard von zur Muhlen, muy cl¨¢sico y bien hecho; al excelente largometraje h¨²ngaro de Karoly Makk Una cierta mirada, del que el jurado dijo que posee "precisi¨®n y delicadeza en el tratamiento de un tema valiente e ins¨®lito en el contexto del cine del Este, a lo que contribuye una admirable interpretaci¨®n".
Finalmente, el jurado hizo menci¨®n honor¨ªfica del largometraje Reisend Criegel, del suizo Schocher, a causa de su "visi¨®n des¨¦rtica, desolada y solitaria de la vida de hoy". Olvid¨® el jurado a?adir que, de paso, dicho filme, consecuente con los apelativos que le dan, desertiza, asola y deja literalmente solitarias las salas donde se proyecta, pues contiene tres horas y media de cine plomizo, intragable y con aut¨¦ntica maestr¨ªa en el arte de aburrir a los hombres.
Un filme no premiado, pero que lleg¨® con expectaci¨®n, fue el de la belga Chantal Ackerman Toda una noche, un irregular experimento antinarrativo, que fracasa pese a algunas poderosas im¨¢genes y de serias indagaciones en los ritmos secuenciales, pues pese a estas virtudes le falta algo de energ¨ªa y de inventiva.
Viota se suelta la melena
Paulino Viota, cineasta espa?ol tildado habitualmente de herm¨¦tico, se ha soltado la melena en su Cuerpo a cuerpo, logrando un filme divertido, vivo, libre, abierto y magn¨ªficamente realizado e interpretado, que puede suponer para ¨¦l el ingreso en el extra?o c¨ªrculo de los cineastas espa?oles con ¨¦xito, si tiene la generosidad de aliviar al espectador de quince o veinte minutos del metraje del filme, cosa no demasiado dif¨ªcil, pues varias secuencias pueden ser peinados con rupturas interiores de tiempo, lo que las har¨ªa mejorar, y una de ellas, la secuencia final de la librer¨ªa, pura y simplemente suprimida, pues tiene dif¨ªcil arreglo.
Tras la decepci¨®n de La trucha, de Joseph Losey, y la presencia de Otelo Saraiva de Carvalho, que ha venido a presentar Gestos y fragmentos, de Alberto Seixaf, filme donde ¨¦l actua, la XXVII Semana de Valladolid se ha cerrado con el futuro abierto.
El feroz olvido de Edgar Neville
Mientras los espectadores de Valladolid iban descubriendo, una por una, las olvidadas pel¨ªculas de Edgar Neville, una docena de estudiosos de su vida y su obra y otra de profesionales del cine y el teatro que trabajaron con ¨¦l se reunieron durante tres ma?anas seguidas para compartir estudios y recuerdos. Casi nada han dejado de decir sobre este cineasta que ahora, gracias a ellos y al Festival de Valladolid, emerge del feroz olvido espa?ol.
Julio P¨¦rez Perucha, cr¨ªtico y ensayista cinematogr¨¢fico, que ha sido conductor y alma del redescubrimiento de Edgar Neville, nos dice que "este cineasta que ahora emerge es s¨®lo la punta del iceberg del cine espa?ol desconocido o mal conocido, que es casi todo. Sobre este cine espa?ol, y en especial el de Neville, concluyen algunas circunstancias que le hacen doblemente interesante. La primera es su vinculaci¨®n inicial al cine de Hollywood, que le otorga credibilidad profesional y t¨¦cnica".
"La segunda es que, en el caso de Neville, se trata del cine de un intelectual integrado en la generaci¨®n de 1927, y esto no es frecuente en Espa?a, donde los intelectuales se han pasado d¨¦cadas ignorando o menospreciando al cine".
"Otro aspecto que da inter¨¦s al rescate del cine de Neville", contin¨²a P¨¦rez Perucha, "es que este autor fue menospreciado en su tiempo por la cr¨ªtica de la derecha, pero tambi¨¦n fue silenciado por los cr¨ªticos de izquierda o que se consideran como tales. Esta doble marginaci¨®n es lo que hace que el verdadero cine espa?ol, su historia y sus protagonistas, sigan en la sombra, y lo que justifica este esfuerzo que hemos hecho por poner en su lugar una obra como la de Neville, plenamente vigente. Creo que es s¨®lo el primer paso de una serie de operaciones de rescate que hay que hacer, y que abarcan a casi todo el cine espa?ol que merece la pena. Este cine est¨¢ oculto, postergado, menospreciado, silenciado u olvidado. Pero est¨¢ ah¨ª y hay que rescatarlo pese a todas las inercias".
Ayer, d¨ªa de la clausura del fest¨ªval y del cine dedicado a Neville, coincidieron en los debates sobre la figura del cineasta madrile?o una serie de actores, actrices y profesionales del cine que trabajaron con ¨¦l. Entre ellos estaban Conchita Montes, Anto?ita Colomer, Fernando Fern¨¢n-G¨®mez -que ley¨® unas bell¨ªsimas cuartillas-, Santiago Honta?¨®n, Rafael Alonso, Antonio Mingote e Isabel Vigiola. Ellos, en vivo, sin preparaci¨®n previa, completaron con sus recuerdos los sesudos ensayos le¨ªdos los dos d¨ªas anteriores por cr¨ªticos y analistas de su obra, que abordaron los aspectos esenciales para saber qui¨¦n fue y qu¨¦ hizo Neville en nuestro cine.
Vicente Molina Foix, que centr¨® su an¨¢lisis en la obra novel¨ªstica de Neville, hurg¨® en el parentesco de su estilo literario y su humor con el surrealismo y con la literatura de Ram¨®n G¨®mez de la Serna. Juan Miguel Company, cr¨ªtico de cine y profesor de literatura de la universidad de Valencia, esboz¨® algunos aspectos esencialmente t¨¦cnicos de la puesta en escena en el cine de Neville; mientras F¨¦lix Fan¨¦s, profesor de Historia del Cine en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, hizo un minucioso an¨¢lisis de la estructura narrativa de La vida en un hilo, uno de los m¨¢s logrados filmes de Neville, del que dijo: "Una inteligente e inesperada pel¨ªcula en la que se produce un extra?o equilibrio entre formalizaci¨®n y libertad"".
El cr¨ªtico y escritor Javier Maqua insisti¨® en el hecho de que Neville excluy¨® de su cine las grandes ambiciones y jam¨¢s intent¨® hacer una gran pel¨ªcula, pues, "como todo obeso, disfrut¨® con la prodigalidad y el capricho, y porque su ¨²nica obra maestra fue su vida misma".
Emilio Sanz de Soto habl¨® de Neville en el marco hist¨®rico de la generaci¨®n de 1927 y se refiri¨® a esa dura condici¨®n dela vida cultural espa?ola que le hace devorara sus mejores hombres para m¨¢s tarde, en medio de grandes dificultades, tener que redescubrir y reconstruir los hombres y los valores que hemos originado".
Francesc Llin¨¢s, cr¨ªtico de cine y editor de la revista de cine madrile?a Contracampo, estudi¨® la ¨²ltima etapa de la obra. cinematogr¨¢fica de Edgar Neville, la de El baile, Mi calle, El ¨²ltimo caballo, La iron¨ªa del dinero y Duende y misterio del flamenco. Estos filmes, muy cercanos en el tiempo y, no obstante, casi olvidados, coinciden, a su juicio, "con el momento en que se esboza el futuro del cine espa?ol de los a?os 60, d¨¦cada en que se pierde no s¨®lo el contacto con la obra de Neville, sino con las m¨¢s notables tradiciones cinematogr¨¢ficas espa?olas".
El cine de Neville en los a?os de la Rep¨²blica y en los a?os de la posguerra fueron analizados respectivamente por Florentino Hern¨¢ndez Girbal y por Alfonso Garc¨ªa Cegu¨ª, y m¨¢s atr¨¢s a¨²n, en los or¨ªgenes mismos del cineasta en sus a?os de formaci¨®n, escarb¨® el trabajo de Alvaro Armero, centrado en los a?os en que Neville trabaj¨® en Hollywood, que fueron determinantes de su evoluci¨®n posterior. Con ellos se cerr¨® el casi exhaustivo periplo de indagaciones de la Semana de Valladolid sobre un importante cineasta espa?ol engullido por el feroz olvido de los espa?oles hacia su cultura.
Quedan, bien es cierto, otros olvidos ocultos en el abismo de nuestro desprecio por nuestra dultura cinematogr¨¢fica, y habr¨¢ que ir pacientemente en su busca. Julio P¨¦rez Perucha dice que "el caso de Edgar Neville puede servir de ejemplo y de pauta para posteriores indagaciones monogr¨¢ficas, que est¨¢n por hacer en muchos aspectos de la historia del cine espa?ol. Valladolid puede ser un marco propicio para hacer bien estos trabajos, pero que esto vaya adelante ya es cosa que no depende de m¨ª".
La huella del rescate de Neville ha quedado impresa en el haber de esta Semana vallisoletana. Ser¨ªa una pena que no se siguiera hasta el fondo un camino ya trazado y con tanto espacio en el que abrir brecha por delante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.