El juicio contra el sacerdote espa?ol Juan Fern¨¢ndez Krohn, acusado de atentar contra el Papa, es un perfecto rompecabezas
El juicio contra el sacerdote espa?ol Juan Fern¨¢ndez Krohn, que comienza a primera hora de la tarde de hoy en la localidad portuguesa de Vilanova de Ourem, se presenta como un verdadero rompecabezas, no f¨¢cilmente soluble. Al procesado se le acusa de intento de asesinato del papa Juan Pablo II en la noche del 12 al 13 de mayo de este a?o en el santuario de F¨¢tima, pero la acusaci¨®n se fundamenta, sobre todo, en las confesiones del autor de la supuesta agresi¨®n, sobre la que no parecen existir pruebas realmente concluyentes.
No hay evidencias, hasta el momento, de que Juan Fern¨¢ndez Krohn blandiera abiertamente contra el Papa la bayoneta de fusil M¨¢user, de treinta cent¨ªmetros de hoja, que le fue hallada junto a una cartera de su propiedad tras ser reducido por la polic¨ªa.Igualmente, parece de sentido comun que quien intenta con alevos¨ªa apu?alar a alguien, para matarle, m¨¢xime si su v¨ªctima se encuentra rodeada por decenas de personas, no lo grita previa mente para desatar una protecci¨®n casi instintiva contra el agresor.
Esto es lo que hizo el sacerdo te espa?ol, gritar contra el Papa cuando pasaba frente a ¨¦l antes de agredirle, lo cual alert¨® a la es colta de Juan Pablo II, que, instant¨¢neamente, y sin grandes di ficultades le captur¨®. Con estos argumentos, s¨®lo los testimonios del protagonista activo de este suceso podr¨ªan tener alg¨²n fundamento a la hora de complicar le en su propia condena, pero en la legislaci¨®n portuguesa, como la brit¨¢nica, las autoconfesiones s¨®lo tienen un valor de prueba muy exiguo, cuando no plenamente nulo.
'Contra tiranos'
En base a ello, el juicio se presenta complicado para el juez y el defensor, m¨¢s todav¨ªa si se tiene en cuenta que el acusado rechaza acogerse a las eximentes de enajenaci¨®n mental transitoria y otras similares, que podr¨ªan permitirle ver sensiblemente rebajado la condena de veinticuatro a?os de c¨¢rcel que, en su nivel m¨¢ximo, podr¨ªa corresponderle.El abogado que le ha sido asig nado de oficio, el letrado portu gu¨¦s Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez, de 83 a?os, ha recibido instrucciones de su defendido de no alegar tales atenuantes. Su tarea, casi con certeza, se va a ver suplantada por la autodefensa doctrinal del acusado, que, presumiblemente, va a basarse en el medieval vindiciae contra tiranos, un intento de justificaci¨®n del tiranicidio.
Un somero examen de las declaraciones formuladas por Fern¨¢ndez Krohn a medios portugueses y espa?oles descubre, con nitidez, que uno de los m¨®viles de tales hechos ser¨ªa, por su parte, una angustiosa b¨²squeda de notoriedad, m¨¢s que la culminaci¨®n veraz de un atentado en regla.
Esta b¨²squeda, unida a la fijaci¨®n obsesiva de identificar al Papa con el antipapa, junto al desdoblamiento de la personalidad del sacerdote espa?ol y a la evidencia de su profundo sufrimiento por todo este drama interior y exterior que salta a la vista, determina un cuadro cl¨ªnico ante el cual los psiquiatras, quiera o no el acusado, tendr¨ªan mucho que decir. Hasta ahora, quiz¨¢ por el deslumbramiento inicial que produce la personalidad del sacerdote, aparentemente muy coherente, incluso l¨²cido, as¨ª como su brillante expediente universitario y algunas otras razones no tan claras, han alejado a los psiquiatras de este proceso, donde tal vez ellos, por sus conocimientos de la mente humana, y tras un minucioso an¨¢lisis del procesado, puedan obligar a los jueces a que pese m¨¢s el juramento de Hip¨®crates que la balanza de la justicia. Por todo ello, el Vaticano ha mostrado una actitud verdaderamente reservada ante este caso, donde discreci¨®n y caridad, seg¨²n algunos, no est¨¢n muy alejadas.
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