Por el catolicismo de siempre
El largo camino psicol¨®gico y doctrinal recorrido por Juan Fern¨¢ndez Krohn hasta hoy no ser¨ªa explicable sin tener en cuenta que el sacerdote madrile?o es un hombre con una profunda vocaci¨®n pol¨ªtica, de combate.La m¨¦dula de sus convicciones m¨¢s ¨ªntimas tiene como elemento principal una suerte de sectarismo acendrado, muy similar al que en los siglos XVI y XVII abras¨® Europa de un costado a otro con las sangrientas guerras de religi¨®n.
Psicol¨®gicamente, es un hombre capaz de dar a luz a la vez dos comportamientos antag¨®nicos y de definir con una brillantez pasmosa los perfiles ortodoxo y heterodoxo de un mismo problema y de su soluci¨®n.
En el plano doctrinal, Juan Fern¨¢ndez Krohn pas¨® de mostrar una cierta sinton¨ªa con la Iglesia joven de curas progresistas hasta la convicci¨®n de que los ritos tradicionales, defendidos a ultranza por su maestro, el arzobispo Lefebvre, constitu¨ªan el eje del catolicismo de siempre.
Se ha dicho a menudo que la Hermandad de San P¨ªo X, capitaneada por Marcel Lefebvre, ten¨ªa por objeto una sacralizaci¨®n fetichista de los ritos tradicionales. Pero el temor de los que atacan al Concilio Vaticano II es el de que la Iglesia cat¨®lica llegue a sucumbir ante el protestantismo.
El ejemplo de esta derrota que Lefebvre y Krohn denunciaban ser¨ªa, precisamente, la modernizaci¨®n del rito de la misa.
La misa en lengua vern¨¢cula, la vuelta del oficiante hacia los fieles, la descongesti¨®n de los ritos lit¨²rgicos y la democratizaci¨®n que detr¨¢s de todo ello se averigua supone para estos sectores la culminaci¨®n de la derrota cat¨®lica frente al protestantismo y frente al comunismo.
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