Suspendido, por dudas sobre su estado mental, el juicio contra el sacerdote madrile?o que quiso matar al Papa
El juicio contra el sacerdote espa?ol Juan Fern¨¢ndez Krohn fue suspendido anoche. El tribunal comarcal portugu¨¦s que le juzg¨® por intento de asesinato contra el Papa, decidi¨® posponer su encausamiento hasta que el acusado sea sometido a un minucioso examen sobre su estado mental, sobre cuya estabilidad el tribunal expres¨® serias dudas.
La decisi¨®n de la justicia portuguesa, que caus¨® un gran sorpresa obedeci¨® a la "frialdad fuera de lo com¨²n mostrada por el encausado ante la gravedad de las acusaciones que se le atribu¨ªan", as¨ª como a su preocupaci¨®n por "atraer sobre s¨ª mismo una responsabilidad penal lo m¨¢s grave posible", seg¨²n el relato hecho por el juez Olivio Rosa Dasilva.De acuerdo con esta explicaci¨®n de la decisi¨®n judicial, Fern¨¢ndez Krohn mostr¨® una "exacerbaci¨®n de los sentimientos m¨ªstico-religiosos, que pudiera haberle conducido a actuar bajo un impulso que no pudo controlar", y que mediatiz¨® sus acciones.
Estos indicios llevaron a los jueces lusos a dudar de la imputabilidad penal de condena al sacerdote tradicionalista espa?ol, que no volver¨¢ a sentarse en el banquillo mientras no sea sometido a an¨¢lisis psiqui¨¢tricos. Hasta entonces permanecer¨¢ preso.
La decisi¨®n de los tres jueces componentes del tribunal que se encarg¨® del juicio fue, seg¨²n palabras de su presidente "ponderada y tomada en conciencia".
El procesado, que escuch¨® p¨¢lido y visiblemente conmovido la palabras del presidente del tribunal, reaccion¨® con indignaci¨®n: "?Es monstruoso!", dijo, "es peor que la espiral del Gulag", exclam¨® Juan Fern¨¢ndez Krohn, mientras los polic¨ªas le conduc¨ªan r¨¢pidamente hacia la salida de la sala en medio de un nutrido grupo de informadores.
Uno de los sacerdotes franceses de la hermandad de San P¨ªo X que compareci¨® como testigo de la defensa, se pronunciaba en t¨¦rminos semejantes: "Es como en Rusia. Como no tienen coraje para matarlo, le van a encerrar en una cl¨ªnica psiqui¨¢trica".
Disconformes con la decisi¨®n
Un asistente del fiscal tampoco se mostraba conforme con la sus pensi¨®n del juicio aunque por motivos opuestos. Confidencialmente dijo a este diario que hubiese sido posible probar que el atentado realmente no tuvo lugar, y que Fern¨¢ndez Krohn no lleg¨® a sacar en ning¨²n momento la bayoneta supuestamente homicida antes de encontrarse maniatado ya por las fuerzas de seguridad.Para la mayor¨ªa de los asistentes al proceso, que ha despertado una atenci¨®n inusitada en la tranquila- ciudad portuguesa de Vilanova de Ourem, la decisi¨®n del tribunal pareci¨®, sin embargo, la m¨¢s acertada. Esta era tambi¨¦n la opini¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Lopes Perdigao, letrado defensor del acusado Juan Fern¨¢ndez Krohn .
La ¨²nica duda que subsiste es c¨®mo se pudo llegar hasta la vista p¨²blica de este caso, sin que previamente se hubiera producido un peritaje psiqui¨¢trico a todas luces necesario.
Juan Fern¨¢ndez Krohn, dijo ante sus jueces que quiso atravesar el coraz¨®n de Juan Pablo II con una bayoneta "para vengar el honor de Nuestra Se?ora de F¨¢tima". El cl¨¦rigo madrile?o asegur¨® que el pasado mes de enero se jur¨® a s¨ª mismo, en la ciudad italiana de Asis, matar a Karol Wojtyla, a quien considera un impostor del Papado.
El acusado indic¨® tambi¨¦n que blandi¨® abiertamente la bayoneta con la que quiso matar al Papa y que, incluso, lleg¨® a rozar al Pont¨ªfice. Dos centenares de periodistas portugueses y extranjeros se agolpaban a las puertas del reci¨¦n inaugurado palacio de justicia para presenciar la llegada de Krohn poco antes de que a las 15.30 horas el juez Polibio Flores declarase abierta la sesi¨®n.
El defensor de oficio del sacerdote espa?ol, el anciano abogado Jos¨¦ Mar¨ªa Lopes Perdig?o, de 83 a?os, pidi¨® que en lugar de los dos testigos que pensaba presentar, y que no han comparecido, lo hicieran otros. A pesar de que no se hab¨ªa cumplido el preceptivo aviso previo de tres d¨ªas para el cambio de testigos, el juez accedi¨® a la petici¨®n del defensor, tras comprobar que no hab¨ªa objeciones del fiscal. Uno de los testigos del fiscal, inspector de polic¨ªa, no pudo afirmar que viera al sacerdote espa?ol empu?arla bayoneta.
En numerosas ocasiones el acusado se atribuy¨® el deseo de asesinar a Juan Pablo II, a quien llama siempre por su nombre polaco, y eludi¨® de esta forma la posibilidad de obtener una dulcificaci¨®n de su condena, como parec¨ªan desear no s¨®lo su abogado defensor, sino el mismo fiscal, que le imput¨® los cargos de homicidio voluntario cualificado, con las agravantes de premeditaci¨®n, reiteraci¨®n, nocturnidad y recinto sagrado.
Ni siquiera el acusado admiti¨® que el Papa se hallaba en un lugar iluminado cuando se produjo el asalto, admisi¨®n que podr¨ªa haberle librado del agravante de nocturnidad utilizado en su contra.
A lo largo de toda la jornada, el cl¨¦rigo integrista espa?ol permaneci¨® descalzo, vestido con una sotana color verde manzana. La vista se desarroll¨® en espa?ol y en portugu¨¦s, alternativamente, y estuvo marcada por repetidas referencias del acusado a la situaci¨®n pol¨ªtica en Polonia.
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