Los indecisos
Los indecisos electorales lo son por naturaleza o inducidos. Llamo inducidos a aquellos cuya indecisi¨®n nace precisamente de un exceso de orientaci¨®n electoral, de consignas, de campa?as. Les han convencido de tantas cosas que ya no sienten convicci¨®n por ninguna. Es como la que entra en una "lamparer¨ªa", que dice Almod¨®var, y no sabe qu¨¦ l¨¢mpara llevarse, de lo preciosas que son todas. Los indecisos electorales, a saber, se dividen en dos ramas: los que no saben a qui¨¦n votar y los que no saben si votar o no. A unos y otros habr¨ªa que decirles lo de Machado:
-Si no entr¨¢is en la Historia, la Historia se har¨¢ a vuestras espaldas.
El abstencionista suele serlo por principio. Su elecci¨®n es no elegir, con lo que secretamente est¨¢ eligiendo. Hasta el suicidio es una elecci¨®n. (Y no siempre en contra de la vida.) Lo que no puede ignorar el indeciso es que en la sociedad siempre se toman decisiones, que alguien las est¨¢ tomando por nosotros, y que, para influir poco o mucho en los que deciden, no se ha inventado nada m¨¢s modestamente pr¨¢ctico que la democracia. No votar por principio es ya votar a otra cosa.
Es el voto ut¨®pico, que las computadoras no contabilizan, porque a¨²n no se han "sofisticado" tanto. (Los que no saben escribir siempre escriben "sofisticado" por refinado, que es todo lo contrario.) No votar por indecisi¨®n es dejar que la Historia se meta en casa de uno, le ponga el despertador a una hora ins¨®lita, le prepare un desayuno incoherente, le tenga todo el d¨ªa hecho un matado.
Landelino Lavilla "responde". Pero a las amas de casa y los "espa?oles de a pie" les responde de t¨², si ustedes se han fijado, en las columnas publicitarias, y a los se?ores empresarios, de usted. Aprecio a Landelino como derecha dialogante y tard¨ªa, pero sus publicitarios, que son siempre "el discurso del Otro", como dir¨ªa Lacan, o sea el subconsciente, le han traicionado.
Los empresarios imponen respeto, la CEOE y otras siglas hacen campa?a, alguien acaba de llamar a Ferrer-Salat "lord catal¨¢n" (lo cual es no tener idea de lo que es un catal¨¢n ni de lo que es un lord). Y Lavilla, en su campa?a igualitaria, trata de t¨² a las mujeres y de usted a los empresarios. Machismo electoral, le llamar¨ªa yo a esto. Los indecisos han visto, en el color¨ªn dominical de este peri¨®dico, a Landelino y Ros¨®n llev¨¢ndose la mano al pecho, porque juran algo o por sujetar el aviso de infarto.
Los indecisos han visto a Fraga haciendo manitas con Alvarez/Alvarez -milagros de Schommer-, a Su¨¢rez y Rodr¨ªguez Sahag¨²n tendiendo la mano a los espa?oles, para recoger el voto o para despedirse hasta el 86; han visto a Felipe y Pacord¨®?ez felicit¨¢ndose a s¨ª mismos, han visto a Carrillo y Carmen Roney aprovechando el pu?o hist¨®ricamente cerrado como peana de la cabeza que medita. Y luego han visto, off/off Schommer, a Pi?ar, Tejero, los marxista/leninistas y Fern¨¢ndez-Cuesta pidiendo un voto en el que no creen. La criatura indecisa es por naturaleza una criatura de t¨¦rminos medios, un alma entre dos aguas. Si ahora no votan, pueden hundirse.
El psocialismo me parece una buena opci¨®n para indecisos, pues que el psocialismo, aun teniendo un largo programa, deja un margen a la indecisi¨®n, que es en el que pueden vivir indecisamente felices los indecisos. La cauci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez ha sido criticada por los analistas como indecisi¨®n. Yo creo que es un gran acierto en un pa¨ªs de indecisos. Los indecisos son casi el 40% del censo votante. ?C¨®mo se puede despreciar eso? S¨®lo una inteligente indecisi¨®n puede decidir a los indecisos, esas almas delicadas, versicolores y escrupulosas. Los que nunca acaban de elegir corbata.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.