'N¨²merus clausus' en la facultad de Bellas Artes
El curso acad¨¦mico no ha empezado para todos. En la puerta de la facultad de Bellas Artes, una veintena de j¨®venes se sientan todos los d¨ªas, pancartas en mano, con la esperanza de que alguien haga algo, de que, simplemente, les den la posibilidad de estudiar aquello que les gusta. "Hemos aprobado la selectividad, as¨ª que no pueden dejarnos fuera. Es ilegal hacer n¨²merus clausus -excepto en Medicina- y aqu¨ª lo est¨¢n haciendo". La ley est¨¢ de su parte, pero de momento, efectivamente, les han dejado fuera.A tenor de lo n¨²meros, esta veintena debe ser la que realmente tiene vocaci¨®n, porque lo cierto, seg¨²n los datos facilitados en la secretar¨ªa de la facultad, es que han sido rechazados hasta unas setecientas peticiones, aunque las cifras no son exactas. "Ni siquiera tenemos esos datos aqu¨ª", dice Francisco Echauz, decano de la facultad, "pues esto lo llevan en el Centro de C¨¢lculo de la Universidad. Ellos son los que est¨¢n haciendo la selecci¨®n y los que nos mandan las listas de los que van siendo admitidos".
El sistema de selecci¨®n seguido hasta el momento es el de la nota conseguida en el examen de selectividad. Durante el mes de junio, ¨¦sta deb¨ªa ser superior a 6,33. Despu¨¦s, dadas las protestas de los estudiantes, bajaron el tope hasta 5,73. Y la pasada semana consiguieron el ingreso quince peticiones m¨¢s gracias a una nueva rebaja hasta 5,70. Una sola d¨¦cima, pues, es capaz de frustrar una carrera.
El curso ha empezado, pero en Bellas Artes un total de veintid¨®s asignaturas no pueden comenzar a impartirse por falta de instalaciones y profesores. "No tenemos ni caballetes", dice el secretario, "y los profesores est¨¢n contratados por un determinado n¨²mero de horas a la semana. No pueden hacer m¨¢s por el mismo dinero. Dicen que no nos quejemos, que disponemos de veintisiete metros cuadrados por alumno. No se dan cuenta de que aqu¨ª el alumno no est¨¢ sentado en una mesa todo el d¨ªa. Tiene que pintar, tiene que modelar, tiene que tener visibilidad, luz natural'".
S¨®lo flincionan en Espa?a cinco facultades de Bellas Artes; de ah¨ª el desbordamiento de las demandas de plazas. Antes, cuando no eran estudios universitarios, los estudiantes ten¨ªan que hacer un examen previo para entrar. Ahora s¨®lo se hace el examen de selectividad, de manera que el que ha sacado muy buena nota por destacarse en matem¨¢ticas y f¨ªsica tiene abiertas las puertas de Bellas Artes, mientras que el poco aficionado a tales materias pero con aptitudes propias de un maestro de la pintura puede quedar fuera para siempre.
Contradicciones, sinsentidos, problemas que se repiten y son sabidos y sufridos todos los a?os. Se acumulan las peticiones rechazadas, algunos quijotes insisten un curso detr¨¢s de otro para estudiar lo que quieren, porque adem¨¢s no hay estudios parecidos, como puede pasar en Medicina, donde a los rechazados se les env¨ªa a Biol¨®gicas o Veterinaria. Y al final queda siempre el Ministerio de Educaci¨®n como un muro, sordo ante cualquier petici¨®n, desesperadamente lento en el mejor de los casos -"tenemos pedidos diecis¨¦is profesores para este a?o. Si nos llegan, ya ser¨¢ como muy pronto para enero"-. Todos los a?os por estas fechas se repite la misma historia, la misma frustraci¨®n. Y el encogimiento de hombros es general. "Van a entrar este a?o m¨¢s alumnos que en Medicina y la diferencia de instalaciones y medios es notable", dice el decano. "No podemos hacer nada. Esta situaci¨®n es casi ancestral.
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