Arespacochaga replica a Umbral

Muchas gracias por el recuerdo que me dedica en uno de sus recientes art¨ªculos cotidianos, referido a mi conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI, a la que, por cierto, no asisti¨® usted, aunque le inclu¨ª en mi lista de invitados.Aunque la cr¨ªtica no me es favorable en absoluto, la acepto de buen grado sabiendo que proviene de tan reconocida pluma como la suya, y pese a su ya cl¨¢sica iron¨ªa en los art¨ªculos. Todos sabemos que en per¨ªodo electoral se abre la veda del candidato y a nadie ha de extra?ar que le disparen los que no piensan como ¨¦l, caso en el que usted se incluye a juzgar por sus alabanzas continuas al programa econ¨®mico del PSOE.

Lo que no deja de ser curioso es que haya tenido la gallard¨ªa de romper con una costumbre que parec¨ªa hondamente arraigada. Siempre se consider¨® conveniente que la gente opinara de aquellas materias que domina; la referida cr¨ªtica econ¨®mica que dedica a mi conferencia muestra que la limitaci¨®n de conocimientos ha dejado de ser una barrera. Rotas por usted las cadenas del saber, le llevan a hacer afirmaciones tan curiosas como que si dejan actuar a los economistas del PSOE le har¨ªan un favor al capitalismo. De verdad, me resulta dificil imaginar a Marx abrazando a Rockefeller, pero si usted lo dice...

Hay quien piensa que el objeto de su art¨ªculo es desprestigiar a determinada opci¨®n pol¨ªtica (ya sabe que en este pa¨ªs son muy mal pensados). Yo no lo creo as¨ª.

Yo, amigo Umbral, le confieso que le tengo cierta admiraci¨®n, y la frecuencia con la que me ha aludido usted, ahora y antes, me lleva a sospechar que la admiraci¨®n sea, como siempre, mutua. Pero debo hacerle tres observaciones cari?osas a su art¨ªculo. Uno, que la econom¨ªa es una ciencia muy complicada y tecnificada como para improvisar sobre ella. Dos, que no

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fumo. Y tres, que con una familia de nueve hijos y algunos nietos, los viejos derechos feudales, evidentemente, no me afectan. / .