Estados Unidos reconoce que est¨¢ apoyando operaciones militares contra Nicaragua
Funcionarios del Gobierno norteamericano han reconocido al diario The New York Times que sus servicios de espionaje, concretamente la Agencia Central de Inteligencia (CIA), est¨¢n dirigiendo, desde Honduras, operaciones militares contra Nicaragua. Este reconocimiento quiere ser un ment¨ªs a la informaci¨®n publicada por el semanario Newsweek, que asegur¨®, en su ¨²ltimo n¨²mero, que las operaciones clandestinas, supervisadas desde Honduras por el embajador norteamericano, John Negroponte, hab¨ªan escapado al control de Washington y amenazaban con convertirse en una nueva edici¨®n de Bah¨ªa Cochinos, el frustrado desembarco en Cuba, en 1961, que fue apadrinado por Estados Unidos.
Estados Unidos est¨¢ apoyando operaciones militares de poca envergadura contra Nicaragua -pa¨ªs con el que mantiene relaciones diplom¨¢ticas- a fin de hostigar, pero no derribar al Gobierno nicarag¨¹ense, afirm¨® el lunes un alto funcionario de la Administraci¨®n del presidente Ronald Reagan.El funcionario neg¨®, sin embargo, las informaciones publicadas por el semanario Newsweek, que aseguraba que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) est¨¢ intentando derribar al Gobierno de Managua.
Un alto funcionario de los servicios de seguridad insisti¨® en que el alcance de las operaciones clandestinas apoyadas por Estados Unidos se limita a operaciones de hostigamiento realizadas por peque?as unidades paramilitares con base en Honduras, escaramuzas con tropas nicarag¨¹enses en la frontera con Honduras y apoyo financiero a la oposici¨®n pol¨ªtica del Gobierno sandinista.
Dinero y equipo militar
El funcionario a?adi¨® que ning¨²n norteamericano participa en las operaciones paramilitares, pero reconoci¨® que la CIA est¨¢ suministrando dinero y equipo militar a estas unidades. Agreg¨® que Estados Unidos ayuda tambi¨¦n a entrenar a las fuerzas antisandinistas, que est¨¢n formadas b¨¢sicamente por refugiados nicarag¨¹enses.El funcionario asegur¨® que la ayuda financiera y militar no sobrepasa los l¨ªmites del plan general de operaciones clandestinas en Centroam¨¦rica, aprobado por el presidente Reagan hace un a?o.
El plan, una parte del cual fue revelado por la Prensa norteamericana a principios de este a?o, ten¨ªa como objetivo la creaci¨®n, en Honduras, de una peque?a unidad paramilitar para interferir las l¨ªneas cubanas de suministro de armas a la guerrilla del vecino pa¨ªs de El Salvador, y apoyar econ¨®micamente a los l¨ªderes pol¨ªticos y empresariales de la oposici¨®n nicarag¨¹ense, seg¨²n fuentes del Gobierno Reagan.
Desestabilizar Nicaragua
"No estamos realizando una guerra secreta, ni nada que se le parezca", declar¨® un alto funcionario de los servicios de espionaje. "Lo que estamos intentando hacer es desestabilizar Nicaragua y presionar para impedir que puedan prestar ayuda militar a los insurgentes en El Salvador".Funcionarios del Gobierno reaccionaron en¨¦rgicamente a las afirmaciones del semanario Newsweek acerca de que las operaciones clandestinas estuvieran "fuera de control" y que la ampliaci¨®n de las operaciones hubiera sido "improvisada" por el embajador norteamericano en Honduras, John Negroponte.
"Negroponte, como jefe de la legaci¨®n, supervisa las operaciones, pero nada se hace sin la autorizaci¨®n de Washington", afirm¨® un alto funcionario de los servicios de espionaje.
Algunos funcionarios se mostraron partidarios de realizar un mayor esfuerzo contra el Gobierno sandinista, que tom¨® el poder en 1979 tras derrocar al r¨¦gimen de Anastasio Somoza. Pero el presidente Reagan y otros altos funcionarios se opusieron al empleo de una mayor fuerza porque la consideraban potencialmente contraproducente para los intereses de la pol¨ªtica exterior norteamericana, y en parte porque los funcionarios de los servicios de espionaje indicaron que la CIA no ten¨ªa los medios necesarios para realizar operaciones paramilitares de mayor alcance. El resultado, informaron algunos funcionarios, fue una serie de operaciones clandestinas limitadas, dise?adas para golpear pero no para incapacitar a los sandinistas.
Seg¨²n funcionarios de seguridad, las operaciones militares clandestinas fueron inicialmente supervisadas por Argentina, que organiz¨®, hace dieciocho meses, en Honduras, las fuerzas paramilitares antisandinistas, antes de la participaci¨®n directa en ellas de Estados Unidos.
Inicialmente, Argentina tom¨® el mando equipando y dirigiendo las unidades, cuyo efectivos oscilaban entre 2.000 y 4.000 hombres, dispersados en varios campamentos a lo largo de la frontera de Honduras y Nicaragua. Pero la ayuda argentina desapareci¨® tras las pol¨¦micas que estallaron entre consejeros norteamericanos y argentinos cuando Washington decidi¨® apoyar a Londres en la guerra de las Malvinas, a?adieron los funcionarios.
Silencio oficial
Por su parte, el Departamento de Estado guarda silencio respecto a la denominada guerra secreta contra Nicaragua. John Hugues, portavoz del Departamento de Estado, dijo que no comentar¨ªa sobre temas que ata?en a operaciones secretas.La Embajada nicarag¨¹ense en Washington entreg¨® una cronolog¨ªa de los sucesos que han puesto en riesgo la paz en Centroam¨¦rica. La publicaci¨®n del Gobierno sandinista asegura que el Gobierno norteamericano est¨¢ comprometido en una sistem¨¢tica campa?a de desestabilizaci¨®n y acusa a Washington de intentar aislar a Nicaragua, destruirla econ¨®micamente e intimidarla militarmente.
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