Descofianza en el m¨¦dico
Mi reflexi¨®n se centra no sobre las incapacidades de nuestro actual sistema sanitario -que, por otro lado, son notorias pero eluden un an¨¢lisis superficial-, sino sobre el deterioro m¨¦dico, entendiendo por tal el deterioro de la imagen del m¨¦dico como sanador. Las dadas y tambi¨¦n las quejas que personalmente recibimos de los pacientes nunca me han chocado por sus contenidos, sino porque rezuman la p¨¦rdida total y absoluta de confianza del enfermo en el m dico como persona y como terapeuta; todos sabemos que la balanza se inclina a favor de la qu¨ªmica y la m¨¢quina. Los pacientes no nos preguntan, o lo hacen cada vez con menos frecuencia: ?c¨®mo le ve, doctor?, sino ?c¨®mo tiene la tensi¨®n, qu¨¦ an¨¢lisis le va a hacer, qu¨¦ le parece a usted que pueda ser lo que le pasa, usted cree que las anginas pueden dar tanta fiebre, qu¨¦ medicamento le est¨¢ recetando...?, o, cuando ya uno se va: ?est¨¢ seguro que eso es lo que tiene? Son todas ellas preguntas que reflejan actitudes de fQndo reveladoras del profundo deterioro de nuestra imagen. El deterioro de nuestra imagen no es nuestro deterioro; desgraciadamente es el deterioro de nuestra relaci¨®n con el paciente y de la del paciente con nosotros. Y sin esto, sin esta relaci¨®n emp¨¢tica en la que predomina la mutua confianza y un punto de humanidad, puede existir una excelente medicina, pero nunca se efectuar¨¢ una verdadera sanaci¨®n.Vemos c¨®mo la gente vive m¨¢s tiempo, se cura m¨¢s y tiene menos dolor, pero est¨¢ menos sana, sufre m¨¢s y es, en definitiva, m¨¢s doliente. Y c¨®mo la frustraci¨®n es la moneda com¨²n de la clase m¨¦dica.
Que nadie espere milagros de una reforma sanitaria por perfecta que sea: nada puede sustituir a la acci¨®n sanadora. S¨®lo la ilusi¨®n y el esfuerzo de m¨¦dicos y pacientes por recobrar la fe y la esperanza (la fe en el poder curativo del hombre, y la esperanza de verdadera y completa compreftsi¨®n) pueden remontar la espiral descendente de nuestra asistencia m¨¦dica. /
M¨¦dico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.