Los expulsados se reunir¨¢n esta semana para "estudiar la situaci¨®n"
En ¨¢mbitos comunistas ajenos al PCE se reaccion¨® ayer con enorme cautela ante la noticia de la dimisi¨®n de Santiago Carrillo. Un simpatizante del sector prosovi¨¦tico cercano a las posiciones de Francisco Garc¨ªa Salve dijo que "prefer¨ªa esperar el desarrollo de los acontecimientos". Mientras tanto, un portavoz de la Asociaci¨®n para la Renovaci¨®n de la Izquierda (ARI, tambi¨¦n escindida del PCE y compuesta b¨¢sicamente por expulsados del mismo) inform¨® que los miembros de este grupo se reunir¨¢n el pr¨®ximo viernes para discutir la situaci¨®n."A¨²n no hemos tomado una posici¨®n como colectivo sobre lo que est¨¢ pasando en el PCE", subray¨® Carlos Sotos, secretario de la ARI. De acuerdo con su opini¨®n particular, la posibilidad de que quienes abandonaron el Partido Comunista vuelvan a ¨¦l "depender¨¢ de la oferta de alternativa que haga el PCE", aunque se mostr¨® esc¨¦ptico acerca de las posibilidades de recuperaci¨®n del partido tras las elecciones. "Si el sustituto es Gerardo Iglesias, significar¨¢ que Carrillo sigue gobernando por persona interpuesta".
Varios miembros de la ARI, que agrupa a personalidades como Jaime Sartorius, Manuel Azc¨¢rate, Cristina Almeida, Carlos Alonso Zald¨ªvar o Eduardo Mangada, entre otras trescientas personas, no descartaron tajantemente una posible vuelta al PCE, aunque consideraron dif¨ªcil tal hip¨®tesis, dadas las perspectivas que se presentan: "Gerardo Iglesias tiene las mismas concepciones del aparato que Carrillo. Es un hombre r¨ªgido y autoritario; no hay que, olvidar que las primeras expulsiones en el partido comenzaron en Asturias", coment¨® Cristina Almeida, expulsada del PCE. "Carrillo tendr¨ªa que haber dimitido en 1.977 o en el 79, cuando todav¨ªa era posible salvar la im¨¢gen del Partido Comunista", coment¨® Almeyda. "La dimisi¨®n es muy tard¨ªa y se produce como un rechazo al partido y cuando la imagen del PCE esta destrozada".
"Nosotros dijimos siempre que Carrillo no era el ¨²nico problema; que tambi¨¦n era necesario un cambio de pol¨ªtica en varios terrenos. Si Carrillo sigue como diputado, por ejemplo, ponga a quien ponga en la secretar¨ªa general va a seguir mandando ¨¦l", coment¨® la ex concejala comunista Isabel Villalonga, quien afirm¨® que, "en todo caso, si yo volviese al PCE no lo har¨ªa de forma individual, sino como parte de un colectivo". Seg¨²n Villalonga, el tema de los llamados prosovi¨¦ticos no es una cuesti¨®n que est¨¦ en el fondo de la crisis: "no puede hablarse de que hayan echado a los prosovi¨¦ticos; se han quedado y siguen ah¨ª".
En otros med¨ªos pol¨ªticos, la dimisi¨®n de Carrillo se consider¨® como algo natural: "es oportuna y justificada", coment¨® el liberal Antonio Garrigues, quien tambi¨¦n la consider¨® "sumamente positiva para el movimiento comunista espa?ol". Fraga consider¨® el hecho como un factor que abona sus tesis pol¨ªticas: "esto confirma la grave crisis de los partidos que podemos considerar margin ales. Hay que ir a concentrarse en dos fuerzas principales". Exceptuando una breve declaraci¨®n de Carmen Garc¨ªa Bloise, secretaria de Organizaci¨®n -"es coherente", dijo-, el PSOE ha guardado silencio.
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