El cad¨¢ver de Le¨®nidas Breznev ser¨¢ enterrado en la plaza Roja de Mosc¨², junto a sus predecesores Lenin y Stalin
El cad¨¢ver del l¨ªder sovi¨¦tico Le¨®nidas Breznev, de 75 a?os, ser¨¢ expuesto a partir de hoy en la sala de columnas de la Casa de los Sindicatos, a muy pocos pasos de las murallas del Kremlin. A¨²n no se sabe cu¨¢ndo ser¨¢ enterrado el hombre que, durante dieciocho a?os, fue uno de los personajes m¨¢s influyentes y poderosos de la Tierra. Yuri Andropov -su m¨¢s probable sucesor- ha sido encargado de organizar los funerales. El cad¨¢ver de Breznev ser¨¢ inhumado en la plaza Roja, detr¨¢s del mausoleo de Lenin y muy cerca de la tumba de Stalin.
Ya ha comenzado a conocerse parte del ceremonial: en el mismo momento del entierro sonar¨¢n, durante tres minutos, las sirenas de todas las f¨¢bricas, obras y barcos del pa¨ªs, mientras se disparan salvas de artiller¨ªa en las m¨¢s importantes guarniciones, y se guardar¨¢n cinco minutos de silencio en todas las calles y lugares p¨²blicos.Los accesos a la Casa de los Sindicatos se encontraban ayer noche cerrados al tr¨¢fico, por lo que se cree que estaban ya muy avanzados los preparativos para la instalaci¨®n de la capilla ardiente.
Seg¨²n el parte m¨¦dico hecho p¨²blico ayer tarde -que estaba firmado por el m¨¦dico personal de Breznev, el acad¨¦mico Eugeni Tchazov, y otros siete cardi¨®logos m¨¢s-, el fallecimiento del l¨ªder se produjo por un fallo card¨ªaco.
Ni sorpresa ni dolor
Ayer la normalidad en Mosc¨² era absoluta. Bajo un cielo gris, los moscovitas acud¨ªan esperanzadamente a hacer sus compras -con la paciencia que les caracteriza- y formaban las colas de rigor frente a las puertas de los comerc¨ªos. Era dif¨ªcil detectar en los rostros cualquier s¨ªntoma de dolor o sorpresa.Esta vez no hubo rumores. A Breznev se le hab¨ªa visto en mejores condiciones f¨ªsicas que otras veces, cuando, el pasado domingo, sub¨ªa hasta la tribuna situada sobre el mausoleo de Lenin para presidir, en la Plaza Roja, el desfile conmemorativo del 65? aniversario de la revoluci¨®n.
"Su mano era m¨¢s firme y en¨¦rgica que el a?o pasado. Aparentemente, estaba en buena forma", comentaba a EL PAIS un embajador occidental que tuvo la oportunidad de saludarlo ese d¨ªa, durante la recepci¨®n que el l¨ªder sovi¨¦tico ofreci¨® al cuerpo diplom¨¢tico despu¨¦s del desfile.
Los rumores se desataron el mi¨¦rcoles por la tarde, cuando la radio y la televisi¨®n sovi¨¦ticas comenzaron a introducir cambios en su programaci¨®n, ofreciendo m¨²sica cl¨¢sica en lugar de pel¨ªculas o programas de variedades.
Pero esta vez nadie pens¨® en Breznev y todos los comentarios apuntaban hacia dos miembros del Politbur¨® -Arvid Pelche, de 83 a?os, y Andrei Kirilenko, de 76-, que se encontraban enfermos y estuvieron ausentes en los ¨²ltimos actos p¨²blicos.
El primero en observar algo anormal fue un periodista japon¨¦s, que -debido a la diferencia horaria existente entre Mosc¨² y Tokio- comienza a trabajar cuando el resto de sus colegas de otros pa¨ªses se acaba de meter en la cama.
Cuando comenz¨® a leer el ejemplar de Pravda que, con la tinta a¨²n fresca, se encontraba ya sobre su despacho, recorri¨® r¨¢pidamente con la vista la primera p¨¢gina y vio con sorpresa algo realmente anormal: la firma de Breznev no estaba impresa al pie de un comunicado que el Gobierno y el partido de la URSS hab¨ªan enviado a los dirigentes angole?os.
Ayer por ma?ana, los tel¨¦fonos de Mosc¨² comenzaron a sonar muy pronto. La radio y la televisi¨®n continuaban emitiendo m¨²sica cl¨¢sica.
M¨²sica f¨²nebre y p¨¦sames
Por fin, a las once de la ma?ana -nueve de la ma?ana, hora de Madrid- se interrump¨ªan todas las emisiones para dar lectura a un comunicado en el que se informaba de la muerte del presidente del Presidium del Soviet Supremo (Parlamento) y secretario general del Comit¨¦ Central, Le¨®nidas Ilitch Breznev."El partido comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, todo el pueblo sovi¨¦tico han sufrido una gran p¨¦rdida. Dej¨® de existir un fiel continuador de la gran causa de Lenin, ardiente patriota, eminente revolucionario y luchador por la paz, por el comunismo, gran personalidad pol¨ªtica y de Estado de nuestro tiempo, Le¨®nidas llich Breznev.
A lo largo de todo el d¨ªa, la m¨²sica f¨²nebre s¨®lo quedar¨ªa interrumpida por la lectura de los p¨¦sames que se recib¨ªan en el Kremlin.
Con cara de circunstancias, Kirilov fue el encargado de informar a los sovi¨¦ticos a trav¨¦s de las pantallas de televisi¨®n. El es el locutor estrella de la televisi¨®n de la URSS. Kirilov se encarga de la retransmisi¨®n de los acontecimientos oficiales m¨¢s importantes: desfiles, congresos, reuniones solemnes, funerales...
Algunos espectadores derramaron l¨¢grimas. Los m¨¢s se limitaron a escuchar la noticia con cierta indiferencia. Despu¨¦s de dieciocho a?os en el poder, Breznev no parece haber despertado en su pa¨ªs grandes pasiones. Ni a favor, ni en contra.
Nadie cree que su entierro d¨¦ lugar a grandes escenas de dolor. El ¨²ltimo fallecimiento de un l¨ªder sovi¨¦tico -que fue el de Jos¨¦ Stalin, en 1953- tuvo lugar entre grandes llantos colectivos y agudos problemas de orden p¨²blico: varias decenas de personas murieron aplastadas por querer acercarse hasta su ata¨²d.
Con Breznev, las cosas, sin duda, ser¨¢n muy diferentes. Carente de carisma, el fallecido l¨ªder sovi¨¦tico hab¨ªa transformado en medido rito lo que en alg¨²n momento lleg¨® a ser entusiasmo.
Ayer al mediod¨ªa comenzaban a colocarse en Mosc¨² las primeras banderas rojas con crespones negros. La radio y la televisi¨®n continuaban emitiendo m¨²sica cl¨¢sica y las orquestas de los restaurantes moscovitas -tan ruidosas habitualmente- apagaban sus amplificadores e iniciaban unas vacaciones imprevistas. Cines y teatros no interrumpieron ayer sus programas y las calles estaban por la noche tan poco concurridas como de costumbre.
M¨¢s de veinticuatro horas se hab¨ªan tomado las autoridades sovi¨¦ticas para anunciar el fallecimiento. Todo este tiempo parec¨ªa sobrar si lo que se pretend¨ªa era poner en funcionamiento, entretanto, las oportunas medidas de seguridad: la absoluta indiferencia de la poblaci¨®n las convirti¨® en innecesarias.
Fecha del entierro
A partir de hoy -y durante tres d¨ªas- el cad¨¢ver de Breznev ser¨¢ expuesto en la sala de columnas de la Casa de los Sindicatos de Mosc¨².Ayer noche a¨²n no se conoc¨ªa la fecha del entierro, que se espera, en cualquier caso, tenga lugar el pr¨®ximo lunes, ¨²ltimo d¨ªa de luto.
El fallecimiento del l¨ªder sovi¨¦tico ha alterado el calendario pol¨ªtico previsto para los pr¨®ximos d¨ªas. La reuni¨®n plenaria del Comit¨¦ Central, que tendr¨ªa que tener lugar el lunes 15, ser¨ªa retrasada hasta el d¨ªa 22. Al d¨ªa siguiente, el Soviet Supremo (Parlamento) celebrar¨¢ tambi¨¦n su pleno.
Seg¨²n fuentes oficiosas sovi¨¦ticas, el vac¨ªo de poder queda cubierto por dos personas -Vasili Kutnezov, vicepresidente del Presidium del Soviet Supremo, y Nikolai Tijonov, pres¨ªdente del Consejo de Ministros-, que sustituir¨¢n eventualmente a Breznev en las tareas de Estado.
Hasta que el Soviet Supremo y el pleno del Comit¨¦ Central no designen heredero, Kutnezov y Tijonov se encargar¨¢n de gobernar la URSS. El miembro del Politbur¨® y del secretariado del Comit¨¦ Central Yuri Andropov ha sido encargado de presidir la comisi¨®n que se encargar¨¢ de organizar los funerales y el entierro. Esta noticia es considerada en los mentideros moscovitas como un indicio m¨¢s de que ¨¦l ser¨¢ el sucesor.
De momento, s¨®lo hay rumores. La lucha por la sucesi¨®n ser¨¢ dura. La muerte, el pasado a?o, del ide¨®logo Mijail Suslov y la jubilaci¨®n oficiosa de Andrei Kirilenko -cuyo cese inminente en el Politbur¨® se espera desde hace una semana- han introducido algunos cambios en el sutil equilibrio de los ¨®rganos de poder sovi¨¦ticos y, as¨ª, las previsiones son a¨²n m¨¢s dif¨ªciles.
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