La continuidad del r¨¦gimen militar chileno, amenazada por el fracaso de su pol¨ªtica econ¨®mica
Todo el pa¨ªs lo pudo ver por televisi¨®n, o¨ªrlo por la radio y leerlo en los peri¨®dicos. El general Augusto Pinochet Ugarte, de 66 a?os, dirigente del r¨¦gimen militar chileno que derroc¨®, en septiembre de 1973, al presidente constitucional, Salvador Allende, dijo: "Soy el general de los pobres".Fue el pasado 15 d'e octubre, durante una inesperada visita a tres comunidades del sur de Santiago de Chile. Pocos d¨ªas antes, se hab¨ªa realizado una ocupaci¨®n de terrenos en la comuna de San Miguel por parte de los pobladores, de personas sin hogar que viven en condiciones que rozan lo infrahumano en campamentos. o villas-miseria de los alrededores, de la capital. Vestido de paisano, con voz ronca y aspecto cansado, Pinochei declar¨®: "No vengo a ofrecer nada, porque no soy un pol¨ªtico ni un demagogo. Soy un soldado que me siento presidente de todos los chilenos y general de los pobres".
"?General de los pobres? M¨¢s bien es el general de la miseria", comenta un dirigente del Partido Socialista, en la clandestinidad. Para este socialista, con muchos a?os de c¨¢rcel y de represi¨®n a las espaldas, lo que pretende ahora Pinochet, tras el fracaso del modelo econ¨®mico, el hundimiento de la industria y la desaparici¨®n pr¨¢ctica de la clase media chilena durante los nueve a?os de dictadura militar, es ampliar su base social, crear alg¨²n tipo de movimiento populista-fascista, que le ayude a conservar el poder ante el descontento creciente con el r¨¦gimen de los sectores que apoyaron el golpe contra Allende: banqueros, empresarios, incluso las propias Fuerzas Armadas.
Dos d¨ªas despu¨¦s de la visita del general Pinochet a los campamentos del sur de Santiago, algunos de sus pobladores daban a EL PAIS una versi¨®n bien distinta de la difundida por la propaganda oficial, que abundaba en aplausos, besos a ni?os y un largo etc¨¦tera, incluida la inmediata orden a su m¨¦dico personal de que atendiera al hijo de una de las mujeres que le vitoreaban, porque estaba enfermo. "Es la primera vez en nueve a?os que se deja caer por aqu¨ª", comenta un habitante de La Cisterna, cerca de San Miguel. "Dos d¨ªas antes de que llegara ya estaba acordonada la zona por los carabineros. No dejaron pasar a ninguno de los vecinos, trajeron gente en camiones, ni siquiera nos permitieron acercamos a ver qu¨¦ dec¨ªa".
Un economista que trabaja en Santiago para un organismo internacional confirma la falta de apoyo al r¨¦gimen militar chileno por parte de las oligarqu¨ªas que le respaldaron. "S¨®lo le quedan dos salidas: recrudecer la represi¨®n o crear un movimiento populista que le respalde. Ahora bien, el populismo sin dinero no funciona nunca y eso lo demuestra la historia. Per¨®n pudo hacer en Nrgentina un movimiento populista, porque era un pa¨ªs rico, pero Chile est¨¢ en bancarrota y esa salida es inviable. Una de las ventajas de Pinochet, sin embargo, es que la oposici¨®n est¨¢ profundamente dividida; eso le ayuda a sobrellevar la grave crisis actual".
Varios dirigentes socialistas, pertenecientes a las facciones enfrentadas que encabezan Clodomiro Almeyda y Carlos Altamirano, declararon a EL PAIS en Santiago de Chile que, efectivamente, "vamos a tener que usar el esperanto para unir a la oposici¨®n chilena". El simple nombre de una plataforma o frente que aglutine a varios grupos pol¨ªticos opuestos a la dictadura ya es motivo de discrepancias. Hay quien se subleva ante un nombre como Frente Popular; otros, no quieren ni o¨ªr hablar de Frente de Liberaci¨®n. "Las susceptibilidades son muchas", se lamentan los socialistas chilenos.
Pero, pese a las dificultades, se muestran optimistas respecto al profundo grado de deterioro que sufre el r¨¦gimen. "La oligarqu¨ªa ha demostrado su incompetencia para gobernar el pa¨ªs. Hoy se ve que la econom¨ªa ha ido fatal con la dictadura. La deuda externa -uno de los motivos que alegaron para dar el golpe de Estado de 1973- se ha multiplicado por cinco; hay un ¨ªndice de crecimiento negativo para este a?o; un colapso financiero que se traduce en la quiebra de quinientas empresas por a?o; los precios suben incesantemente y los salarios se recortan una y otra vez; el paro real es super¨ªor al 30% de la poblaci¨®n activa...".
"Ning¨²n r¨¦gimen puede mantenerse en el poder con esta situaci¨®n, por mucho que reprima y aterrorice. Han jibarizado, enanizado econ¨®micamente al pa¨ªs. Ya no hablan m¨¢s del milagro chileno. Han transformado a este pa¨ªs en la isla de la Tortuga de la banca y las multinacionales. Pero la resistencia popular va creciendo, los obreros de la editora Gabriela Mistral hacen una huelga de hambre; la gente se manifiesta en el paseo Ahumada, en pleno centro de Santiago, han comenzado las tomas de terrenos. Y surgen las primeras diferencias entre las propias Fuerzas Armadas. Pinochet pretende gobernar hasta 1989, incluso m¨¢s all¨¢, pero lo tiene muy dif¨ªcil", aseguran.
Alternativa de poder
Varios dirigentes del Partido Socialista chileno, que conversaron con este enviado especial, aseguraron que la pol¨¦mica entre los sectores liderados por Ahneyda y Altamirano no tiene sentido en el interior. "Mucha de la gente que est¨¢ en el exilio tiene deformada la realidad". Un "comit¨¦ de enlace" para reunificar "el viejo tronco com¨²n del socialismo" funciona en el interior desde hace m¨¢s de un a?o.
"El socialismo chileno tiene caracter¨ªsticas muy peculiares. Nosotros somos marxistas-leninistas, pero no nos adherimos a la concepci¨®n del Estado de Lenin. Somos un partido indigenista y latinoamericano. Nuestro soci¨¢lismo es diferente del de las socialdemocracias europeas porque nuestra realidad nacional tambi¨¦n lo es. Vivimos en un pa¨ªs subdesarrollado, que durante a?os ha sido el patio trasero del imperialismo norteamericano. Si vivi¨¦ramos en Europa, nuestro partido ser¨ªa sin duda diferente", afirma uno de los dirigentes socialistas.
Tras la muerte de Eduardo Frei, la democracia cristiana chilena ha "iniciado una nueva fase hist¨®rica", en opini¨®n de un destacado miembro del partido, que pidi¨® no ser identificado. "La democracia
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cristiana trata ahora de superar sus diferencias internas y de concebir una alternativa de poder frente al autoritarismo, una alternativa tras la que se puedan alinear el conjunto de fuerzas pol¨ªticas y sociales".
Gabriel Vald¨¦s es el l¨ªder indiscutido de esta nueva democracia cristiana. Varios documentos de consenso se han publicado en los ¨²ltimos meses. En el llamado Ante la crisis, se declara que "la transici¨®n a la democracia debe ser establecida a trav¨¦s de un calendario definido y preciso, inici¨¢ndose con la eliminaci¨®n inmediata del estado de emergencia, la rehabilitaci¨®n de los derechos humanos, el fin del exilio y de las expulsiones, el restablecimiento de la legislaci¨®n normal, la autonom¨ªa de los Tribunales, el t¨¦rmino de la censura y la libertad sindical y universitaria...".
Los democristianos rechazan expresamente "la violencia y el terrorismo" y proponen un "pacto social" que haga posible esa transici¨®n, mediante la colaboraci¨®n de todas las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas. Por su parte, el Grupo de Estudios Constitucionales, tambi¨¦n conocido por el "Grupo de los 24", del que forman parte juristas de distintos partidos pol¨ªticos, llam¨® a un "urgente debate nacional" y pidi¨® el fin del estado de emergencia y la restauraci¨®n de las libertades p¨²blicas.
Dictadura arrogante
El movimiento sindical chileno muy da?ado tras el golpe de Estado que derroc¨® a Allende, mantiene una actividad constante, a pesar de las grandes limitaciones que pesan sobre ¨¦l, y est¨¢ representado por la Coordinadora Sindical, donde es muy importante la presencia comunista, y por la Uni¨®n Democr¨¢tica de Trabajadores (UDT), sindicato no marxista Uno de los m¨¢ximos dirigentes de este ¨²ltimo sindicato, Tucapel Jim¨¦nez, fue secuestrado y asesinado a finales de febrero, sin que hasta la fecha se haya encontrado a los culpables.
Hernol Flores, secretario gene ral de la UDT y presidente de la Agrupaci¨®n Nacional de Emplea dos Fiscales (ANEF), el sindicato de los funcionarios p¨²blicos, expres¨® el pasado 15 de octubre su indignaci¨®n por los nulos resulta dos obtenidos por la polic¨ªa en sus investigaciones y pidi¨® "la intervenci¨®n de organismos especializados del extranjero" para descubrir a los autores del asesinato de Tucapel Jim¨¦nez, que calific¨® como "el crimen pol¨ªtico m¨¢s brutal de la historia de Chile".
En su sede de la Alameda Bernardo O'Higgins, varios dirigentes de la ANEF criticaron con dureza al r¨¦gimen militar. "Esta es una dictadura cient¨ªfica, donde se aplica la represi¨®n selectiva. Es, adem¨¢s, una dictadura arrogante, a la que no le importa la presi¨®n internacional. El terror se aplica de manera cient¨ªfica, para amedrentar al pueblo. Este era un pueblo alegre comunicativo. Hoy, la gente es hosca, desconfiada, temerosa".
Discrepar desde dentro
"Lo peor de todo -a?ade otro l¨ªder sindical- es que este r¨¦gimen se autollama patri¨®tico y nacionalista. Pinochet llega incluso compararse con O'Higgins. Y nunca ha habido un Gobierno m¨¢s antipatri¨®tico que ¨¦ste en Chile. Ha vendido a precio de saldo toda la industria nacional. Plantas azucareras que costaron 38 millones de d¨®lares se han subastado por tres millones. La Celulosa Arauco, por ejemplo, que cost¨® al Estado 266 millones de d¨®lares, se ha malvendido al sector privado por s¨®lo ochenta millones y con cr¨¦ditos. Todo eso para implantar un sistema econ¨®mico ultraliberal, deshumanizado, que ha resultado ser un fracaso".
Luis Angel Santib¨¢?ez es el secretario general de los Talleres Socialistas Democr¨¢ticos, un embri¨®n de partido pol¨ªtico, creado hace tres a?os, que pretende aprovechar el estrecho margen dejado por la Constituci¨®n decretada por el r¨¦gimen militar y aprobada en plebiscito popular en 1980. Formado en su mayor¨ªa por masones ex militantes de la democracia radical, la democracia cristiana y la izquierda cristiana, esta nueva formaci¨®n pol¨ªtica, medio tolerada por el Gobiemo, pretende efectuar una acci¨®n pol¨ªtica durante el "per¨ªodo de transici¨®n", que durar¨¢ en principio, hasta 1989, seg¨²n las promesas del general Pinochet.
"Nuestra intenci¨®n es estar dentro del marco pol¨ªtico creado por el r¨¦gimen militar para discrepar de ¨¦l", afirma Santib¨¢?ez. Su idea es crear una alternativa socialdem¨®crata, no marxista, aun al precio de reconocer la legalidad impuesta por el golpe de Estado de 1973. "?Acusarnos de colaboracionistas con el r¨¦gimen? S¨ª, algunos lo han hecho, pero ah¨ª est¨¢ nuestro historial, siempre en defensa de los derechos humanos. Somos un movimiento independiente, que no recibe ayuda del exterior. Si no nos comprenden ahora, no me importa. Vamos a esperar a que lleguen las pr¨®ximas elecciones y veremos qui¨¦n tiene algo que ofrecer entonces al pueblo chileno".
El secretario general de los Talleres Socialistas Democr¨¢ticos cree que hay que hacer tabla rasa de todo el pasado, que no deben exigirse responsabilidades pol¨ªticas ni de otro tipo al r¨¦gimen militar. "Los que m¨¢s han sufrido son los que m¨¢s tienen que perdonar", afirma. Reconoce que su movimiento se nutre de profesionales e intelectuales y que la afiliaci¨®n obrera es escasa, pero insiste en que hay que ser realistas, reconocer que el Gobierno est¨¢ ah¨ª, que Pinochet lleva en el poder casi diez a?os y puede seguir otros tantos. "Esta Constituci¨®n elaborada por el r¨¦gimen es, evidentemente, imperfecta. Pero mejor es una constituci¨®n que ninguna", concluye.
Democratizaci¨®n razonable
En el Chile de hoy, ni las personas cercanas al r¨¦gimen quieren que su nombre aparezca en los reportajes period¨ªsticos que se publican en el extranjero. Un ex alto funcionario del Ministerio del Interior, ahora en la empresa privada, pone esta condici¨®n antes de reconocer que la situaci¨®n econ¨®mica es grave, pero afirma acto seguido que el r¨¦gimen militar se ha comprometido firmemente a volver a la democracia y que cumplir¨¢ su promesa. "El presidente Pinochet ha anunciado ya la pr¨®xima creaci¨®n de los codecos", una especie de consejos municipales que participar¨¢n, indirectamente, en la elecci¨®n de los alcaldes. "Es una forma razonable de empezar, poco a poco, a democratizar el pa¨ªs", se?ala.
"Creo que es una soluci¨®n ideal para nuestra idiosincrasia. Los chilenos somos muy pac¨ªficos y nos gusta vivir sin problemas. Se ha hablado mucho de violaciones, de derechos humanos, pero si lo miramos fr¨ªamente, no hubo muchas v¨ªctimas en 1973, habida cuenta de que fue un choque entre dos partes de la naci¨®n. Ni la Unidad Popular reprimi¨® desde el poder, como lo han hecho los reg¨ªmenes marxistas de Europa oriental, ni despu¨¦s el saldo de v¨ªctimas fue tan elevado. Somos muy tranquilos los chilenos".
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