El PSOE y el nacionalismo catal¨¢n
En efecto, los a?os que corren entre 1900 y 19 10 fueron los a?os de las grandes elaboraciones del catalanismo pol¨ªtico (Prat de la Riba) y de las manifestaciones populares de ese catalanismo (Solidaridad Catalana), pero tambi¨¦n fueron a?os de crisis social (las huelgas generales de 1.902 y 1.909) y de reorganizaci¨®n del movimiento obrero (con la Solidaridad Obrera y el nacimiento de la CNT).En todo este contexto hist¨®rico, justo es reconocer que el papel del PSOE fue d¨¦bil, y sigui¨® pr¨¢cticamente as¨ª hasta los ¨²ltimos a?os de la vida del General. Las causas de ello deben buscarse en la incomprensi¨®n, por parte de los dirigentes del PSOE, del catalanismo popular de contenido poco pol¨ªtico (en el sentido que Hobsbawm da al t¨¦rmino), pero que a¨²n as¨ª tiene profundas ra¨ªces.
La tradici¨®n anarquista
Entre 1900 y 1910, la clase trabajadora catalana, compuesta en su casi totalidad por nacidos en Catalu?a o en tierras de habla catalana, optaron abiertamente por el anarquismo, y m¨¢s concretamente por un anarco-sindicalismo de la clara influencia francesa, pero tambi¨¦n vinculado a la tradici¨®n obrera de la I Internacional. Y ello porque los trabajadores catalanes -no olvidemos que nos referimos a la zona m¨¢s industrializada de Espa?a- sufr¨ªan tanto o m¨¢s que la burgues¨ªa patronal lo lejos que se hallaban los centros de decisi¨®n. Madrid estaba lejos en el espacio y obviamente m¨¢s lejos a¨²n en los conceptos. La represi¨®n, las leyes irrespetuosas con los m¨ªnimos derechos populares, ven¨ªan de Madrid, de alguien que ignoraba la idiosincrasia catalana. Pero, al mismo tiempo, la clase obrera se hallaba bien lejos del catalanismo pol¨ªtico y de sus formulaciones sociales. No creo que sea exagerado, decir que el catalanismo del Prat de la Riba, de Rusinyol o de Camb¨®, era un catalanismo de patronal.
En este contexto hist¨®rico creo que cabe interpretar la opci¨®n anarco-sindicalista del proletariado catal¨¢n como una manifestaci¨®n m¨¢s de su distanciamiento de Madrid, como una manifestaci¨®n de la realidad del "hecho diferencial catal¨¢n", expresado de una manera elemental pero ciertamente muy profunda. Pero la pregunta es obvia: ?Por qu¨¦ no fue el socialismo quien asumiera y tradujera pol¨ªticamente ese, llamemos, "catalanismo"?. Entiendo que tanto UGT como el PSOE se mostraron impermeables a esto a causa de un internacionalismo mal entendido.
Efectivamente, redordemos que la UGT se fund¨® en Barcelona en 1888 con claro predominio catal¨¢n, y que diez a?os despu¨¦s los ugetistas catalanes eran ya una minor¨ªa. En estos diez a?os Pablo Iglesias se hab¨ªa convencido de que era mejor desplazar la direcci¨®n del sindicato a Madrid, y con ello cometer¨ªa uno de los mayores errores de la historia del socialismo espa?ol. Ah¨ª se inici¨® el alejamiento del proletariado catal¨¢n, el cual se lanz¨® a la b¨²squeda de una "idea", que, siendo claramente obrerista, tuviera suficientes elementos de independencia para respetar este "hecho diferencial" al que nos estamos refiriendo. Entre otras razones hist¨®ricas, ¨¦sta fue la base del anarquismo catal¨¢n.
Esfuerzos in¨²tiles
Pero es que lo mismo ocurr¨ªa con el PSOE, al que el movimiento obrero catal¨¢n, ve¨ªa como una organizaci¨®n lejana y. cerrada a la comprensi¨®n de la realidad popular catalana. Los esfuerzos de un Fabra i Ribas, fueron in¨²tiles. El antipoliticismo como traducci¨®n popular del catalanismo, pudo con el partido socialista. Con todo esto, no pretendo afirmar que el anarco-sindicalismo fuera m¨¢s catalanista .per se" que los pocos militantes de lo que se llam¨® la Federaci¨®n Catalana del PSOE, sino que, en conjunto, aqu¨¦l supo asumir mejor la herencia enraizada de lucha contra el centralismo, por conseguir la subsistencia de la propia identidad popular.
La CNT y Esquerra
Este esquema se mantuvo hasta los a?os treinta, cuando I'Esquerra de Maci¨¢ consigui¨® el triunfo electoral, precisamente por sus convicciones de catalanismo popular, al que dieron sin duda los votos los militantes de la CNT. La Guerra Civil y la derrota imposibilitaron luego toda manifestaci¨®n de catalanismo, incluso del m¨¢s conservador. Pero la realidad subyac¨ªa, y con la vuelta a la normalidad democr¨¢tica el socialismo ha aprendido la lecci¨®n. Ni es posible ya un socialismo alejado de la realidad pol¨ªtica catalana, ni puede existir ya un catalanismo popular desvinculado del socialismo. ?La prueba? Los resultados electorales del 280.
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