Motorhead, un concierto en familia
Una cat¨¢strofe. Eso es lo que result¨® el concierto que el grupo brit¨¢nico Motorhead ofreci¨® el pasado lunes en el pabell¨®n del Real Madrid. Pero no vaya a pensarse que la desastre se debi¨® a maldad de los ingleses, sino a una organizaci¨®n p¨¦sima que s¨®lo consigui¨® reunir en el local a unas 1.500 personas, cuando la anterior visita de Lemmy y sus dos acompa?antes hab¨ªa abarrotado el mismo recinto. Y es que algo tan necesario como un cierto despliegue publicitario brill¨® por su ausencia, hasta el punto de que muchos medios de informaci¨®n tuvimos que enterarnos del concierto por carteles pegados en la calle y cuando el car¨¢cter semiclandestino del mismo ya no ten¨ªa remedio.Antes de Motorhead tuvimos un grupo, al parecer catal¨¢n, que tampoco estaba anunciado y cuyo nombre no se facilit¨® m¨¢s que de forma confusa. Estuvieron lo justo sobre el escenario y dejaron plaza a los protagonistas principales. Unos protagonistas que demostraron nuevamente por qu¨¦ est¨¢n considerados de lo poco valioso existente en el rock duro de hoy d¨ªa. Su anterior concierto les mostr¨® como un grupo que sigue unas pautas originales, por mucho que tuvieran un d¨ªa catastr¨®fico. Anteayer, con un nuevo guitarrista llamado Robin, estuvieron mejor y mantuvieron ese estilo que no s¨®lo se refleja en la m¨²sica sino en la misma presencia esc¨¦nica. En efecto, los tres componentes del grupo no reproducen pr¨¢cticamente ninguno de los tics que los dem¨¢s pesados acostumbran a ejercitar, tales como abrir las fauces cuando hacen un solo, subir y bajar la guitarra en grandes esfuerzos que se revelan poco o nada sinceros y barridos de melena tan forzados como gratuitos. Quiero decir que, con ser los m¨¢s bestias en lo musical, resultan bastante sobrios en sus actitudes y que su m¨²sica es un puro ruido sin ninguna concesi¨®n al sinfonismo o a la pretenciosidad que rampan con grandes alardes tanto en el aspecto como en la m¨²sica.
Por otra parte, el juego de luces, con ser mucho menos grandioso que otros, resultaba tambi¨¦n mucho m¨¢s ajustado y adecuado que muchos. La m¨²sica ya se conoce: rock a todo trapo, con la voz asm¨¢tica de Lemmy surgiendo brevemente sobre un mogoll¨®n de sonido tremendo, en el que la totalidad vale bastante m¨¢s que las partes, siendo ¨¦stas en muchas ocasiones confusas y difusas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.