Isabel Allende recoge en su primera novela la tradici¨®n oral de su familia

Isabel Allende tiene cuarenta a?os y es una femme de poche, menuda, vivaracha, algo as¨ª como un cruce entre Pascale Petit y la Lollobrigida. Da la impresi¨®n de ser un poco bruja, y c¨®mo no iba a serlo, con un pasado de abuela clarividente, t¨ªa abuela que ten¨ªa el pelo verde y carne de sirena, y otras historias fant¨¢sticas pero reales que refleja en La casa de los esp¨ªritus, su primera novela, que ayer se present¨® en Madrid.

Isabel Allende, sobrina del que fue presidente de Chile, vive actualmente en Caracas y presenta en Espa?a esta primera novela suya, que ha escrito "para que no se pierda la tradici¨®n oral de su familia" y "porque sent¨ªa que las palabras me ahogaban".Isabel era un beb¨¦ cuando su padre abandon¨® el hogar y, desde entonces, Salvador Allende se responsabiliz¨® de ella: "Fue una presencia muy cercana. Me pag¨® los colegios, me consigui¨® becas y hered¨¦ la ropa de sus hijas. Era un hombre al que yo quer¨ªa mucho, que estuvo a nuestro lado en los momentos en que mi madre lo pasaba peor. Fue una gran persona. Despu¨¦s de su muerte, en Chile ya no pod¨ªamos vivir. Yo fui la ¨²ltima Allende que abandon¨® el pa¨ªs, pero me llev¨¦ un pu?ado de tierra chilena, que tengo en una maceta en casa, con un nomeolvides plantado. Y s¨¦ que a Chile acabar¨¦ por volver. Pero de eso no quisiera seguir hablando, porque tengo un gran respeto a su memoria". Empez¨® como periodista hace quince a?os. Y antes hab¨ªa empezado como secretaria, copiando estad¨ªsticas forestales. "Me aburr¨ªa, de modo que cambiaba las cifras. Se alegraron mucho cuando me fui. Luego traduje novelitas rosa, y, como tambi¨¦n me aburr¨ªa, les cambiaba el final. De modo que volvieron a echarme". Estuvo en Europa, y a su regreso a Chile empez¨® a publicar.

"En periodismo he hecho de todo, aunque de un tiempo a esta parte s¨®lo hago humor. Me especialic¨¦ en esto porque no hay competencia, porque si se trata de competir siempre pierdo". Ha escrito un libro de humor que se agot¨® r¨¢pidamente, cuentos infantiles y tres obras de teatro. "Aunque esto ¨²ltimo no me gusta decirlo as¨ª, suena muy petulante. El teatro es un trabajo de equipo, que depende de muchos elementos". Su experiencia teatral le sirvi¨® a la hora de escribir la novela.

"La casa de los esp¨ªritus es, b¨¢sicamente, la historia de mi familia. Esteban Trueba es mi abuelo, Clara es mi abuela, Blanca es mi madre. Y todo es real, hasta lo m¨¢s fant¨¢stico, hasta ese perro que acaba convertido en alfombra. El contexto pol¨ªtico, econ¨®mico y social tambi¨¦n es real, as¨ª como la an¨¦cdota. Yo he novelado, he hilado, he decorado los hechos, he puesto la guinda en lo alto de la tarta. Mi experiencia teatral me sirvi¨® para construir la novela, para estructurarla r¨ªgidamente y hacer que los cap¨ªtulos nunca decaigan, que tengan sentido e inter¨¦s en s¨ª mismos",

"Tengo mucho respeto al lector e intento que nunca se aburra, porque un libro es el medio del que uno se sirve para transmitir algo, y si el medio falla... Si mi novela tuviera malas cr¨ªticas y no la comprara nadie, pues me dedicar¨ªa a otro oficio: plomero, yo qu¨¦ s¨¦... Porque pienso que si un libro se queda en un anaquel, como un incunable, no tiene ning¨²n sentido. Yo no quiero ser como esos poetas, herm¨¦ticos que escriben versos muy bellos que entienden s¨®lo otros poetas amigos suyos".

Tard¨® un a?o en escribir La casa de los esp¨ªritus, y lo que m¨¢s le cost¨® fue la labor de investigaci¨®n previa: "Lo otra fue lo m¨¢s r¨¢pido, soltar las palabras que hab¨ªa estado oyendo de mi abuela, de mi madre o de viejas empleadas de la familia. Escribir lo que sab¨ªa fue la parte m¨¢s divertida. Documentarme result¨® menos gratificante, pero es una labor indispensable si quieres que la an¨¦cdota tenga una base muy s¨®lida".

Isabel dice que vivir lejos de Chile le ha ido bien para ensanchar los l¨ªmites, para tener una visi¨®n m¨¢s real de Am¨¦rica Latina y, en definitiva, para escribir el libro. Viciosa de los escritores del boom, confiesa que vivir¨¢ un momento muy feliz cuando, por fin, pueda colocar su propia novela junto a aquellas de sus m¨¢s admirados autores.