Espa?a deber¨¢ reducir algunas producciones agr¨ªcolas e industriales para entrar en la CEE

La reducci¨®n de la capacidad de producci¨®n de Espa?a en ciertos sectores, tanto agr¨ªcolas como industriales, que son actualmente excedentarios a nivel europeo, se ha convertido en uno de los objetivos primordiales de los diez cara a la ampliaci¨®n de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE).

El inventario preparado por la Comisi¨®n Europea, que ser¨¢ debatido los pr¨®ximos d¨ªas 3 y 4 en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Econ¨®mica Europea, en Copenhague, y otros estudios confidenciales preparados por los servicios de la propia Comisi¨®n a los que ha tenido acceso EL PA?S, afirman que los dos pa¨ªses candidatos, Espa?a y Portugal, deben comprometerse a aplicar, antes de la adhesi¨®n, las disciplinas de la CEE, y ponen de relieve un hecho importante: la capacidad de producci¨®n de los -pa¨ªses candidatos debe tambi¨¦n tener en cuenta los acuerdos que existen entre la CEE y pa¨ªses terceros -especialmente los del Mediterr¨¢neo, pero tambi¨¦n del Este-, de forma que ¨¦stos no se vean expulsados del mercado de los diez.

La exigencia comunitaria de reducci¨®n de capacidad de producci¨®n se centra, especialmente, en determinados sectores agr¨ªcolas (frutas, legumbres, vino y aceite), pero afecta tambi¨¦n, y de manera muy importante, a ciertos sectores industriales.

La CEE admite generalmente que la integraci¨®n industrial de Espa?a plantea m¨¢s problemas al pa¨ªs candidato -que protege actualmente su mercado con altas tasas de aduanas- que a los diez, que han abierto ya sus mercados a los productos espa?oles en virtud del acuerdo preferencial de 1970. Sin embargo, existen dos sectores en los que la adhesi¨®n puede plantear problemas a la CEE y a los que los diez querr¨ªan ver aplicadas las disciplinas CEE desde ahora mismo. Se trata de acero y textil.

La posici¨®n comunitaria es especialmente dur¨¢ en lo relativo a la siderurgia espa?ola. Seg¨²n datos de la Comisi¨®n, la producci¨®n espa?ola en 1980 fue de 12,6 millones de toneladas, lo que representa el 9,8% de la producci¨®n de la Comunidad ese mismo a?o. Entre 1974 y 1980, explica la Comisi¨®n, la capacidad de producci¨®n espa?ola ha pasado de 13,5 millones de toneladas a 16,5 millones. La tasa de utilizaci¨®n en 1980-1981 se sit¨²a en el 75%.

Pero lo que verdaderamente inquieta a los comunitarios es la evoluci¨®n de las exportaciones de acero espa?ol. Seg¨²n el inventario que se discutir¨¢ en Copenhague, la primera consecuencia de la crisis interna del mercado sider¨²rgico de Espa?a -donde el consumo ha descendido entre 1974 y 1980 en un 26%- ha sido un esfuerzo exportador espectacular. Del mill¨®n de toneladas exportadas en 1974 se ha pasado a seis millones en 1980, lo que supone el 45%, de la producci¨®n total. "Con el calzado y las exportaciones agr¨ªcolas, el acero se ha convertido en una de las principales exportaciones de Espa?a", afirma el texto de la Comisi¨®n. El informe comunitario no establece ninguna relaci¨®n -tal y como han pedido repetidamente los espa?oles- entre las exportaciones de acero hacia la CEE (780.000 toneladas en 1982) y las importaciones de acero comunitario (que ese mismo a?o superaron el 1.200.000 toneladas).

De la lectura del inventario y de otros informes comunitarios se desprende que los diez consideran que el plan de reestructuraci¨®n de la industria sider¨²rgica integrada preparado por el Gobierno espa?ol es compatible con los que ha preparado la propia CEE. La desconfianza es total, sin embargo, en lo relativo a la siderurgia no integrada. "Ninguno de los textos actualmente en aplicaci¨®n", dice el inventario, "permite suponer que Espa?a est¨¢ dispuesta a reducir su capacidad global de producci¨®n, aunque las autoridades espa?olas hayan dado seguridades verbales en el sentido de que no ser¨ªan aumentadas".

La Comunidad desconf¨ªa de estas seguridades verbales y exige no s¨®lo la congelaci¨®n de capacidades, sino su reducci¨®n.

En el sector textil, y aun cuando la propia Comisi¨®n admite que la integraci¨®n espa?ola "no plantear¨¢ problemas mayores", los diez est¨¢n decididos a aplicar a Espa?a el mismo r¨¦gimen negociado con Portugal.

Si a esta postura un¨¢nime en el seno de la CEE se a?ade la exigencia por parte del Reino Unido de que Espa?a abra inmediatamente sus fronteras a los autom¨®viles producidos en la CEE, o al menos que acepte modificar en el per¨ªodo transitorio las condiciones establecidas en el acuerdo de 1970 (gracias a las cuales nosotros exportamos s¨®lo con una tasa del 4,4%), se podr¨¢ dibujar el panorama negociador en el sector industrial. El cuadro se completa con la exigencia de que se reduzca la flota pesquera y se regule restrictivamente el acceso al golfo de Vizcaya y con todos los problemas derivados del cap¨ªtulo agr¨ªcola.