El futuro Gobierno prepara un tranquilo 'aterrizaje' en el poder
El Gobierno probable de Felipe Gonz¨¢lez, con o sin la inclusi¨®n final de Alfonso Guerra, ofrece la impresi¨®n de un equipo perfectamente pensado para un tranquilo aterrizaje en el poder. Biograf¨ªas en buena parte universitarias, ninguna estridencia en las personas, poca o nula participaci¨®n en conflictos internos y notoria moderaci¨®n en las actitudes p¨²blicas: he ah¨ª un perfil general de los principales colaboradores que Felipe Gonz¨¢lez ha buscado para su primer Gabinete. Lo cual es una confirmaci¨®n de que la toma de tierra se va a hacer sin prisas ni espectacularidades excesivas, aparte de la que supone en s¨ª la sustituci¨®n completa de la alta Administraci¨®n del pa¨ªs.La m¨¦dula de ese Gobierno gira en torno a Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, ministrable de Educaci¨®n, principal te¨®rico de la ejecutiva que ha llevado al PSOE al poder y hombre compenetrado con Felipe Gonz¨¢lez. En el ¨¢rea econ¨®mica, Miguel Boyer es la figura clave, aunque no parece improbable cierto protagonismo de otros miembros del equipo econ¨®mico. Quedan dos inc¨®gnitas importantes para definir la l¨ªnea de confianza de Felipe Gonz¨¢lez en ese Gabinete: la principal, por obvia, es la de Alfonso Guerra; la segunda ser¨ªa la de Joaqu¨ªn Almunia, otro estrecho colaborador de Felipe Gonz¨¢lez, rumoreado jefe del equipo presidencial de la Moncloa hasta fecha reciente y posible titular de alguna cartera de dif¨ªcil ajuste (Trabajo). El propio Javier Solana pertenece tambi¨¦n al c¨ªrculo de confianza del futuro presidente. M¨¢s dif¨ªcil es aventurar el peso espec¨ªfico global de los presuntos titulares de Defensa e Interior, Narc¨ªs Serra y Jos¨¦ Barrionuevo, en funci¨®n de las dif¨ªciles competencias que se les asignan y de que hasta ahora no han figurado entre los colaboradores m¨¢s directos de Felipe Gonz¨¢lez.
Pero el hecho de que algunas personas del futuro Gabinete hayan tenido hasta ahora mayor relaci¨®n personal con Felipe Gonz¨¢lez no prima especialmente su actividad futura. Todas las impresiones recogidas en medios socialistas tienden a considerar que no es un "Gobierno de notables", pero tampoco de mediocres; probablemente presidencialista, en el sentido de que los ministerios est¨¢n concebidos como ejecutores de una pol¨ªtica general, y con un Gabinete presidencial en el palacio de la Moncloa que probablemente acentuar¨¢ los aspectos t¨¦cnicos sobre los pol¨ªticos.
Los cien d¨ªas
Los cien primeros d¨ªas del Gobierno socialista van a caracterizarse por la ausencia de acciones espectaculares, de acuerdo con los indicios de que se dispone. El nombramiento oficial del Gobierno, la cobertura de los altos cargos de la Administraci¨®n, las celebraciones del D¨ªa de la Constituci¨®n, alguna declaraci¨®n importante, alg¨²n gesto que indique la direcci¨®n de los cambios, visitas de dirigentes de otros pa¨ªses y transmisi¨®n de poderes tambi¨¦n en los gobiernos civiles, constituyen los principales hechos previsibles para el mes de diciembre.El Parlamento tendr¨¢ poco m¨¢s de tres semanas de actividad antes de un per¨ªodo constitucional de vacaciones que se prolongar¨¢ hasta febrero, aunque durante el mismo puedan celebrarse plenos para el despacho de asuntos concretos. El debate presupuestario se retrasar¨¢ hasta finales de marzo o principios de abril, con lo cual no habr¨¢ decisiones, en el sentido m¨¢s preciso del t¨¦rmino, durante los primeros meses de mandato. Los primeros problemas gubernamentales -subidas de precios, eventual devaluaci¨®n de la peseta, precontrato para la compra de los F-18- son ya tan conocidos que su planteamiento dif¨ªcilmente podr¨¢ considerarse una sorpresa.
"No tiene sentido gobernar pensando obsesivamente en los cien primeros d¨ªas", afirman medios vinculados a la direcci¨®n del PSOE, en los que se destaca la importancia de una operaci¨®n de sustituci¨®n de la alta Administraci¨®n del pa¨ªs y ajuste de todo el sistema a la nueva situaci¨®n.
En suma, el primer Gobierno socialista dedicar¨¢ el per¨ªodo convencional de los cien d¨ªas a aprender el oficio del poder, difundiendo la idea de que el cambio es una cuesti¨®n paulatina. Tal es el horizonte que se aprecia en estos d¨ªas de cierre de la operaci¨®n para la formaci¨®n de Gobierno, siempre a salvo de que hechos exteriores al propio impulso interno del Ejecutivo pongan en marcha una din¨¢mica m¨¢s r¨¢pida o crispada que sus propias previsiones.
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