Banalidad

A la dificultad actual para realizar y exhibir pel¨ªculas que puedan convocar a un suficiente n¨²mero de espectadores se acompa?a, con frecuencia, el estreno de unos extra?os filmes menores, que recuerdan demasiado a los seriales televisivos, como para no levantar sospechas de que realmente se trata de trabajos hechos para la peque?a pantalla. El regreso de los extraterrestres es uno de ellos.Sea o no sea una pel¨ªcula prevista para una normal exhibici¨®n comercial, sus planteamientos apenas alcanzan los m¨ªnimos exigibles a una obra que forzosamente debe compararse con los t¨ªtulos que el g¨¦nero de ficci¨®n cient¨ªfica ha ofrecido en el cine en los ¨²ltimos a?os. Esa comparaci¨®n es su ruina.

Impulsos m¨¢gicos

Dos ni?os reciben los m¨¢gicos impulsos c¨®smicos de unos extraterrestres, que, veinticinco a?os despu¨¦s, quieren recuperar o capturar sus cuerpos para realizar con ellos oscuras investigaciones sobre el g¨¦nero humano.Esos extraterrestres se apoyan para su plan en un tercer elegido, que debe servirles de punto de conexi¨®n, pero la locura de ¨¦ste destroza el proyecto. Los ni?os, reencontrados en edad adulta, se enamoran y miran al cielo. All¨ª, las fulgurantes luces que conocieron en su infancia se alejan, fracasadas y tenues. Ellos pueden casarse como mandan los c¨¢nones y todo vuelve a la normalidad. Vivimos en la mejor Tierra posible.

Como de costumbre en este g¨¦nero, cuando, sobre todo, se trata de pel¨ªculas t¨®picas, la debilidad del hombre desaparece sin explicaci¨®n cuando se enfrenta a esos seres superiores que habitan planetas lejanos. Una vanalidad.

El regreso de los extraterrestres no llamar¨ªa la atenci¨®n del espectador de no venir presentada por un buen reparto.

La presencia de los veteranos Mart¨ªn Landau y Raymond Burr apoya la eficacia de los j¨®venes actores Jan Michael Vincent y Cybill Shepherd, ya habituales en los nuevos productos de Hollywood. No obstante, ninguno de ellos consigue superar la debilidad del gui¨®n original, ni tampoco pueden entresacar de sus personajes matices o posturas que enriquezcan su trabajo.

Todo es plano y simple, esquem¨¢tico y sin alicientes. Una nueva pel¨ªcula norteamericana que pod¨ªa haberse mantenido discretamente callada en sus latas. No se la hubiera echado de menos.