La reforma democr¨¢tica explica la crisis del PCE, afirma Gerardo Iglesias
Iglesias, que se declara en privado republicano, traslada la responsabilidad del fracaso electoral del PCE fuera del partido, ya que en su opini¨®n todo arranca del curso pol¨ªtico de los ¨²ltimos a?os, al imponerse la reforma pol¨ªtica frente a la ruptura como modelo de salida del franquismo, pero conf¨ªa en que surgir¨¢n desde la propia sociedad, a trav¨¦s del PCE y desde el propio seno del PSOE, corrientes m¨¢s progresistas que demandar¨¢n una aut¨¦ntica pol¨ªtica de izquierda en Espa?a. Cree que surgir¨¢n problemas en el PSOE porque su t¨ªmida oferta no satisface las exigencias de la sociedad, a menos que en este pa¨ªs no haya una aut¨¦ntica izquierda marxista aspirante a cambiar la sociedad. Reservadamente, Iglesias cree que esa izquierda, en buena parte sumergida hoy en el PSOE, existe y volver¨¢ a emerger.La elecci¨®n de Gerardo Iglesias como secretario general del PCE sorprendi¨® menos que la dimisi¨®n de Santiago Carrillo entre los asturianos que conocen a este hombre joven, comunista casi desde su nacimiento, buen organizador, autodidacto, trabajador, desconfiado, afectivo, negociador correoso, respetado por los dirigentes de los dem¨¢s partidos pol¨ªticos y cordialmente odiado por bastantes de los disidentes de Perlora, localidad asturiana en la que se celebr¨® la III Conferencia Regional del PCA, considerada por algunos observadores como la primera rebeli¨®n contra la pol¨ªtica carrillista.
A la imagen de duro que le atribuyen los disidentes, Gerardo Iglesias pone a los comunistas asturianos de testigos de "la pol¨ªtica integradora desarrollada por la direcci¨®n regional del partido en los ¨²ltimos a?os".
El s¨¢bado pasado, unas cuatrocientas personas se sumaron en Oviedo al homenaje de despedida al flamante secretario general del PCE. La emoci¨®n pudo con ¨¦l y se le saltaron las l¨¢grimas cuando dijo: "No quiero despedirme de Asturias, porque no quiero irme de aqu¨ª, donde nac¨ª y aprend¨ª lo que s¨¦".
Ante las causas de la ca¨ªda en picado del PCE a partir de las primeras elecciones libres de 1977, el m¨¢ximo dirigente del comunismo espa?ol quiere pasar como sobre ascuas. "Est¨¢ abierto un debate al respecto en el partido -pr¨®ximamente se celebrar¨¢ la conferencia nacional-, y no deseo avanzar demasiados criterios personales, que a¨²n no he contrastado suficientemente. De todas formas, pienso que las dificultades del partido, objetivamente, arrancan ya de la forma que adopt¨® la transici¨®n, o sea, al no haberse producido la ruptura democr¨¢tica en Espa?a. Nosotros ten¨ªamos un partido al que incluso se llamaba el Partido, que hab¨ªa optado por la ruptura democr¨¢tica, y ofrecimos un instrumento para llevarla a cabo: la Junta Democr¨¢tica. Pero lo que nosotros propon¨ªamos no se pudo realizar porque no tuvimos fuerza suficiente, porque otros partidos, entre ellos el PSOE, apostaron por la reforma. Esa fue la clave que puso la transici¨®n en manos de las fuerzas de la derecha civilizada, lo que ven¨ªa a limitar muy seriamente el desarrollo de las fuerzas m¨¢s progresivas. Sin embargo, el partido se compromete, sin reserva alguna, con el proceso democr¨¢tico iniciado, objetivo que coloca incluso por encima de la b¨²squeda de su espacio propio en la sociedad espa?ola. Luego", a?ade, "se produjo un hecho curioso: mientras nosotros trabaj¨¢bamos a fondo por la consolidaci¨®n de la democracia, asumiendo el riesgo de incomprensiones internas (la aceptaci¨®n de la bandera, la Monarqu¨ªa, la defensa de los pactos de la Moncloa, etc¨¦tera), el PSOE, por ejemplo, se situ¨® en un terreno menos comprometido, produci¨¦ndose la paradoja de que, al menos aparentemente, se presentaba ante la sociedad con planteamientos m¨¢s radicales que nosotros. Esto, unido a la incapacidad de los sucesivos Gobiernos de UCD, que agravan la crisis econ¨®mica del pa¨ªs, mientras UCD se iba descomponiendo, y a los propios problemas internos del PCE, que van empeorando su imagen?, fue creando las bases de una alternativa en torno al PSOE, favorecida esencialmente por el previsible ascenso de Alianza Popular y la suavizaci¨®n de sus ofertas program¨¢ticas y electorales".
"Yo estoy firmemente convencido que las profundas aspiraciones transformadoras que existen en los trabajadores y amplios sectores de la sociedad espa?ola no han quedado definitivamente sumergidas en las ofertas del PSOE. Creo que en este pa¨ªs existe una izquierda marxista amplia, que emerger¨¢ de nuevo con la propia recuperaci¨®n del PCE y que se desarrollar¨¢n corrientes en ese mismo sentido dentro del PSOE". La crisis del PCE tiene su origen en la ausencia de un congreso que renovara sus estructuras y sus dirigentes en una l¨ªnea similar al de Suresnes del PSOE, seg¨²n algunos observadores pol¨ªticos. Pero esta tesis no es compartida por Iglesias, quien sit¨²a en el fracaso de la ruptura el comienzo de los problemas en el partido.
"Si hubiera triunfado la ruptura", agrega, "Espa?a no tendr¨ªa sin resolver los graves problemas que amenazan la estabilidad democr¨¢tica del pa¨ªs, como ya le he dicho" Pero tampoco habr¨ªa una monarqu¨ªa parlamentaria, que ha tenido un papel capital en defensa de la democracia, se le advierte. "Mire usted: el PCE no ha formulado una pol¨ªtica para la transici¨®n condicionada a la defensa de una monarqu¨ªa en Espa?a; si yo le dijera lo contrario, no se lo creer¨ªa ni el mismo Rey. Otra cosa es que nosotros apoyamos la monarqu¨ªa en la medida que Juan Carlos se revel¨® como important¨ªsimo garante del sistema democr¨¢tico. Lo que yo digo es que la ruptura democr¨¢tica habr¨ªa dejado resueltos problemas que siguen pendientes y que habr¨ªa dejado al PCE con una democracia m¨¢s consolidada, en una situaci¨®n m¨¢s favorable."
En el cap¨ªtulo de errores cometidos por el PCE, Iglesias se?ala la p¨¦rdida de contacto con la sociedad. "No hemos estimulado suficientemente el tejido social. Creo que no acertamos debidamente a combinar la acci¨®n del partido de lucha con la de partido de gobierno, y hemos perdido contacto con los movimientos sociales".
El nuevo secretario general del PCE habla con admiraci¨®n y respeto de su antecesor. "Carrillo dimiti¨® para que los comunistas podamos abrir un per¨ªodo de reflexi¨®n seria y sosegada sobre nuestros problemas, sin obsesionarnos con la continuidad del propio Carrillo". Niega que vaya a desarrollar una pol¨ªtica continuista. "?Eso qu¨¦ quiere decir? Tengo 37 a?os, soy comunista y, por consiguiente, no soy continuista m¨¢s que de aquello que comparto. Voy a continuar, claro est¨¢, defendiendo una pol¨ªtica que cuenta con aportaciones decisivas de Carrillo, una pol¨ªtica que encierra un proyecto que nos dirige hacia un socialismo en libertad. Ahora bien, yo no sigo nunca mim¨¦ticamente a tal o cual persona, porque ese no es mi talante".
Comprende Iglesias la inquietud existente entre los sectores intelectuales y art¨ªsticos comunistas, que no han encontrado desde la legalizaci¨®n del PCE un marco de trabajo adecuado en el partido. "Estamos dialogando con esos compa?eros del partido, escuchando qu¨¦ piensan, c¨®mo ven ellos los problemas que tenemos. Estamos decididos a encontrar entre todos un marco de trabajo en el que puedan desarrollar sus tareas militantes c¨®modamente y de forma gratificante para ellos, que pongan fin a los errores que hemos cometido en ese terreno".
Respecto de la solicitud del congreso extraordinario, el secretario general del PCE cree que ser¨ªa prematuro y dejar¨ªa sin cicatrizar los problemas existentes. "No se trata de ninguna actitud de cerraz¨®n. Necesitamos un per¨ªodo de reflexi¨®n suficiente para llegar al congreso con las ideas m¨¢s claras y con algunos problemas resueltos. De lo contrario, el congreso podr¨ªa derivar en una nueva insatisfacci¨®n colectiva, como en cierta medida ocurri¨® ya con el X Congreso.
Pero como no somos insensibles a los problemas reales que tiene el partido y a la necesidad de debatirlos, hemos decidido acudir a una soluci¨®n intermedia: la conferencia nacional. Y el Comit¨¦ Central ha considerado tambi¨¦n la posibilidad de adelantar el congreso ordinario. Por lo dem¨¢s, en el Comit¨¦ Central existe el sincero af¨¢n de abrir ya un proceso de reflexi¨®n y de cambio, como se deduce de su ¨²ltimo plenario".
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