'Desaparecido' y el general Lutz
He dudado mucho en escribir estas l¨ªneas. Todos los que hemos vivido una dictadura sabemos las repercusiones y consecuencias que puede tener desvelar m¨ªnimamente alguna situaci¨®n que permanece detr¨¢s de una cortina. Tampoco es que vaya a decir un gran secreto, pero al menos quisiera hacer unas breves reflexiones acerca de una figura ya fallecida respecto a la cual, si bien nunca tuve una afinidad ideol¨®gica, siempre me mereci¨® respeto y admiraci¨®n.Justamente en este mes se conmemora el octavo aniversario de la muerte del general Augusto Lutz, sobre el que recae, seg¨²n la exhibici¨®n de la pel¨ªcula Desaparecido (Missing), y pesan las circunstancias hist¨®ricas de haber ordenado la ejecuci¨®n del norteamericano Charles Horman. El fue director del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en el momento del golpe de Estado que derroc¨® al presidente constitucional Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, muriendo, despu¨¦s de tina breve trayectoria profesional, en noviembre de 1974, de una ¨²lcera g¨¢strica, seg¨²n los partes m¨¦dicos, cuando desempe?aba el cargo de general de Punta Arenas, la ciudad m¨¢s austral de Chile.
Fr¨ªa planificaci¨®n
La pel¨ªcula Desaparecido, que desgraciadamente los chilenos no podr¨¢n ver en el pa¨ªs mientras duren las restricciones a la libertad, basada en la obra de Thomas Hauser The execution of Charles Horman, describe y narra la historia fragmentaria de un periodista norteamericano, Charles Horman, instalado en Chile, que, adem¨¢s de estar recopilando datos acerca de los acontecimientos relativos al general Ren¨¦ Schneider (comandante en jefe del Ej¨¦rcito, asesinado en octubre de 1970, antes de asumir el poder presidencial Salvador Allende), descubre de forma accidental la intervenci¨®n del Gobierno de EE UU en el golpe militar chileno. A, ra¨ªz de un encuentro inesperado con oficiales y civiles norteamericanos en un hotel de Vi?a del Mar -donde, junto a otra norteamericana, les sorprende el 11 de septiembre- se desprende, del texto de Hauser y de la pel¨ªcula de Costa Gavras, su misteriosa desaparici¨®n.
Al cabo de algunas semanas, y despu¨¦s de una ardua b¨²squeda iniciada por su padre -un hombre conservador y de empresa con una gran fe en el sistema norteamericano-, quien viaja desde e investiga la desaparici¨®n de su hijo, termina por comprobar que Horman muri¨® en Santiago en tr¨¢gicas circunstancias y, probablemente, a ra¨ªz de una fr¨ªa planificaci¨®n.
Aunque se implica en forma directa al Gobierno de Estados Unidos, si no de su muerte, por lo menos de una complicidad en ella, la ¨²nica persona que aparece inculpada con apellido, no as¨ª con otros personajes de la investigaci¨®n de T. Hauser, que en el filme aparecen alterados, es el general Lutz, en conformidad a las declaraciones de un testigo presencial.
No me corresponde aqu¨ª emitir un juicio. Creo que en Chile -a partir del Gobierno militar, e independientemente de cualquier ideolog¨ªa que se profese- encontramos demasiadas situaciones terriblemente tr¨¢gicas relativas al respeto e integridad de los derechos del hombre, muchas de las cuales han sido muy dif¨ªciles de aclarar, y lo siguen siendo, como es este caso de Charles Horman. En este sentido, recojo la interesante sugerencia del autor, T. Hauser, acerca de la informaci¨®n y los datos que ¨¦l consigue en su libro con el fin de someterlos a "investigaciones m¨¢s profundas que las realizadas" (p¨¢gina 266). Tomando en cuenta que las actuales circunstancias chilenas no permiten realizar mayores indagaciones destinadas al esclarecimiento de este suceso, es posible decir aqu¨ª algunas palabras que pueden arrojar luz acerca de la figura del general Augusto Lutz, aportando algunos datos, quiz¨¢ sueltos, confusos o desordenados, que puedan ser de inter¨¦s para la situaci¨®n en la que aparece implicado.
El general Augusto Lutz fue designado por el presidente Salvador Allende y por el general Carlos Prats, quien desempe?aba el cargo de comandante en jefe del Ej¨¦rcito -muerto en atentado junto a su esposa en 1975, despu¨¦s del golpe de Estado, en su exilio en Buenos Aires-, como director del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), en enero del a?o 1973.
Ya a finales de diciembre de 1973 era inminente el traslado y designaci¨®n del general Lutz como secretario de la Junta Militar, organismo que cumpl¨ªa las funciones de Ejecutivo, ya que a¨²n no se designaba un presidente de Gobierno. Paralelamente ten¨ªa a su cargo la Direcci¨®n de Instrucci¨®n, y fue durante los seis meses de actividad en estos cargos cuando comienza a disentir participando de la idea que podr¨ªa calificarse del inicio de cierta democratizaci¨®n dentro del sistema impuesto en Chile. A mediados del a?o 1974 es trasladado sorpresivamente a Punta Arenas como intendente y general de la V Divisi¨®n, al mismo tiempo que el general C¨¦sar Benavides (actual presidente de la Junta Militar) era trasladado de ese cargo al de ministro del Interior, desplazando al general Oscar Bonilla (fallecido en accidente de helic¨®ptero en marzo de 1975) del Ministerio del Interior al de Defensa.
Tres meses y medio alcanza a permanecer en la ciudad de Punta Arenas. Al d¨ªa siguiente de haber regresado de Santiago de una reuni¨®n de intendentes, y despu¨¦s de una cena, es operado urgentemente del est¨®mago en el hospital de Punta Arenas, siendo trasladado un d¨ªa despu¨¦s a Santiago por sus familiares. Casi dos semanas permanece en el Hospital Militar de Santiago, donde es nuevamente intervenido. Dentro de un cuadro de gravedad, paulatinamente va experimentando una notable mejor¨ªa, hasta que el 24 de noviembre, debido a un accidente en la colocaci¨®n de la sonda de drenaje, su estado se agrava definitivamente, falleciendo de septicemia el 28 de noviembre de 1974. Las interpretaciones que rodean su muerte son muy poco claras.
Todo esto para m¨ª adquiere un sentido muy doloroso, m¨¢s a¨²n recordado en la perspectiva actual que ofrece la pel¨ªcula Desaparecido. Pel¨ªcula que lamentablemente no encuadra perfectamente con la obra de T. Hauser, pero de la que desprendo y planteo un alcance y una consideraci¨®n. ?Por qu¨¦, si T. Hauser deja en cierta medida abierta la posibilidad de reconstruir los hechos recogidos en su investigaci¨®n -teniendo en cuenta la pr¨¢ctica imposibilidad actual de esclarecer definitivamente los acontecimientos en torno a Charles Horman-, esta perspectiva no se deja entrever en el filme, donde el papel que cumple el general Lutz aparece como irrefutable? Finalmente, y en conexi¨®n con lo anterior, otra consideraci¨®n. Aunque en general la pel¨ªcula nos aproxima a los sucesos que sigueron al 11 de septiembre de 1973 en Chile, resulta parad¨®jico que una figura que tuvo tan corta intervenci¨®n en los acontecimientos posteriores a esa fecha termine por ser una de las figuras centrales, r¨¢pidamente tratada en el filme, sin que ello, desgraciadamente, contribuya a un mayor esclarecimiento respecto a los hechos cinematogr¨¢ficos expuestos por Costa Gavras en su pel¨ªcula Desaparecido.
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