?Por que un campo de tiro en un real sitio?

El municipio de San Ildefonso, integrado por los Reales Sitios de la Granja y Valsa¨ªn y su barrio forestal de La Pradera de Navalhorno, se ve afectado por la expropiaci¨®n para un campo de tiro nada menos que en 1.495 hect¨¢reas. Esta ocupaci¨®n militar que se pretende llevar a cabo viene a acercarse en un v¨¦rtice, como una punta de lanza, a los celeb¨¦rrimos jardines hist¨®ricos , a los cuales toca tangencial mente en el recinto llamado La Faisanera, e incluye, junto al Palacio Real y al casco urbano, en su zona de seguridad lejana; su l¨ªnea definitoria, que, como es de suponer, ser¨ªa de p¨²as alambradas, entrar¨ªa en l¨ªmite con un conjunto urbano de car¨¢cter hist¨®rico-art¨ªstico de monumentos nacionales declarados con especial protecci¨®n legal, y englobar¨ªa o ser¨ªa tangente -seg¨²n las zonas- a las cuatro comunicaciones viarias que dan acceso al municipio: carreteras de Madrid, Riofr¨ªo, Segovia y Pe?afiel, y dibuja ya, en los mapas, un per¨ªmetro angustioso, un cerco sobre la localidad y su inmediato entorno que ha provocado ya la alegaci¨®n individual de m¨¢s de 3.700 ciudadanos contra dicho proyecto de ampliaci¨®n.Toda la comarca afectada configura una paisaje vario de calidad excepcional, donde abundan los pastos y su aprovechamiento de cabezas vacunas, diversas especies forestales que, a su vez, son tambi¨¦n el biotipo de especies zool¨®gicas ya extintas en otros lugares, lotes de huertos familiares en plena producci¨®n y zonas recreativas de se?alada demanda humana, o parajes y recintos de ¨ªndole muy especial, como son, entre otros, el famoso y bell¨ªsimo campo de polo de Alfonso XIII, mod¨¦lico en Europa, y el jard¨ªn rom¨¢ntico de Carlos IV.

Precisamente Valsa¨ªn - La Pradera de Navalhorno - La Granja constituyen un paisaje altamente humanizado, decantado en unos usos pr¨¢cticos y en una fisonom¨ªa singular luego de todo un proceso hist¨®rico, cultural y social. El complejo hist¨®rico-art¨ªstico y, por decirlo de alg¨²n modo, racionalmente silvestre, que significan los nombres de La Granja y Valsa¨ªn ha sido gestado a trav¨¦s del tiempo a partir de los impulsos primeros de las dinast¨ªas espa?olas, tanto de la Casa de Austria como de la Casa de Borb¨®n, y m¨¢s remotamente a¨²n, nace de los primeros cazaderos de los reyes de Castilla y en los jardines de botica de los frailes jer¨®nimos.

A lo largo de todas las formas pol¨ªticas y gobiernos espa?oles, los reales sitios de Valsa¨ªn y La Granja han sido interpretados y gestionados en una manera acorde con su ser.

Contradicci¨®n administrativa

En las ¨²ltimas d¨¦cadas, sin embargo, la mayor vivacidad de los tiempos y demandas de vario orden de una comunidad humana en crecimiento ven¨ªan creando la necesidad -especialmente por lo que se refiere a la carencia de suelo municipal- de reconsiderar algunas prioridades arcaicas que parec¨ªan intocables y que pesaban sobre todas las iniciativas como un l¨ªmite. Hab¨ªa de tal modo una frustraci¨®n en la manera de La Granja-Valsain como municipio, es decir, como comunidad humana activa.

Gracias a los tenaces esfuerzos de tres a?os y medio de continuos estudios, debates, gestiones y comisiones plurales, y gracias asimismo a la fecunda disposici¨®n de la Corona y del Patrimonio Nacional, esos arca¨ªsmos hab¨ªan empezado ya a congelarse.

Varios de ¨¦stos hab¨ªan sido ya obviados. Los primeros resultados estaban ya siendo tangibles. Por primera vez en la historia de La Granja-Valsain, por real decreto, se realizaba la cesi¨®n gratuita de suelo para el normal desarrollo del municipio.

Una de las primeras consecuencias ha sido el recientemente aprobado Plan General de Ordenaci¨®n Urbana, que contempla, a la par, el crecimiento demogr¨¢fico y el cuidado y exaltaci¨®n de los valores urbanos del Barroco y de la Ilustraci¨®n, que son el perfil de este Real Sitio. El Consejo de Europa incluye a La Granja-Valsa¨ªn en su cat¨¢logo de ciudades hist¨®ricas. La Administraci¨®n central del Estado, de acuerdo con la campa?a de renacimiento de la ciudad, promovida por el propio Consejo de Europa, ha apoyado y subvencionado diversos estudios y acciones, como son los Planes Especiales de Reforma del Casco Hist¨®rico, Plan Especial de Protecci¨®n del Medio F¨ªsico del T¨¦rmino Municipal, Estudio B¨¢sico de Rehabilitaci¨®n, y se ha firmado en febrero de 1981 un convenio entre la Administraci¨®n central, el Patrimonio Nacional y el Ayuntamiento del Real Sitio para una operaci¨®n piloto. Esta operaci¨®n piloto contempla unas acciones espec¨ªficas de acuerdo con el planeamiento urban¨ªstico. Quiz¨¢ uno de los logros recientes m¨¢s sobresalientes sea la creaci¨®n de la Fundaci¨®n Centro Nacional del Vidrio, ubicada en la famosa f¨¢brica de cristales de La Granja, del arquitecto de Carlos III Jos¨¦ D¨ªaz de Gamones, muestra arquitect¨®nica quiz¨¢ ¨²nica en toda la arquitectura industrial en nuestro pa¨ªs. Esta fundaci¨®n, regida por un patronato, creado hace tan s¨®lo unos meses, est¨¢ integrada por varios ministerios, la Diputaci¨®n Provincial, organismos culturales e industria privada relacionada con el vidrio, y de la que es presidente de honor S. A. R. don Juan de Borb¨®n, hijo preclaro y esclarecido de La Granja.

Se cumple as¨ª el anhelo de recuperar la artesan¨ªa del vidrio, tan descuidada en la actualidad en nuestro pa¨ªs, y que fue merecedora de un reconocimiento universal en el pasado.

Naturalmente, la Administraci¨®n del Estado ha concedido cuantiosas sumas de dinero para la puesta en marcha de todos estos programas, cuya realizaci¨®n significa que La Granja y Valsa¨ªn se cumplan acordes con sus posibilidades reales, dentro de la cultura plural del Estado espa?ol.

Mas, un d¨ªa cualquiera, el 29 de octubre de 1982 para ser m¨¢s exactos, el Bolet¨ªn Oficial de la Provincia de Segovia, sin otras consultas o comunicaciones o advertencias previas, estampa entre sus administrativas columnas la letra y esp¨ªritu de que en este Real Sitio van a ser expropiadas 1.500 hect¨¢reas. Toda esa extensi¨®n est¨¢ declarada hoy como suelo especialmente protegido y acoge much¨ªsimos trazos de cuanto llevamos dicho. Esa expropiaci¨®n se dibuja como un cerco, no s¨®lo en el espacio f¨ªsico, sino tambi¨¦n en el tiempo. ?C¨®mo es posible -nos preguntamos- que dos esferas de la Administraci¨®n concedan dinero p¨²blico para sendos objetivos que tan descomunalmente se oponen entre s¨ª? Parece que la Administraci¨®n espa?ola dispone y piensa contra la propia Administraci¨®n espa?ola.

Si esta expropiaci¨®n se consumara, no suceder¨ªa m¨¢s que todo el programa ya iniciado se aniquilar¨ªa para siempre. Y, por supuesto, que la comunidad humana de estas tres villas, y asimismo de todos cuantos hoy se gratifican de este entorno, se encontrar¨¢ a s¨ª misma definitivamente frustrada en los acentos que hoy ha puesto sobre su tierra.