El Valencia mostr¨® su personalidad europea
Ya no cabe duda: el Valencia CF es g¨¦minis. S¨®lo bajo el influjo de tan dual signo del Zodiaco cabe explicarse la transformaci¨®n que experimenta este equipo, dotado de esa doble personalidad que nos lo muestra ruinoso en la Liga y, por contra, potente y altivo en la Copa de la UEFA.Ayer, el Valencia elimin¨® a todo un equipazo, lo que hace m¨¢s elogiable su haza?a. El Spartak es una m¨¢quina monocorde de hacer f¨²tbol que repite con fe e insistencia ilimitadas sus maniobras a lo largo de los noventa minutos, aunque en Mestalla su ritmo decayera mediada la segunda parte, a causa, tal vez, de la inactividad a que est¨¢ sometido en las ¨²ltimas semanas por falta de partidos de competici¨®n oficial en su pa¨ªs. Si se sabr¨¢n de memoria sus jugadores la lecci¨®n, que el entrenador, Constantin Beskov, no sigui¨® el encuentro desde el banquillo y se sent¨® c¨®modamente en el palco presidencial. Sin duda, ello motiv¨® que, a los dieciocho minutos, cuando Konznetsov se dispon¨ªa a sustituir a Gavrilov, ¨¦ste se resistiera a abandonar el c¨¦sped y los auxiliares del equipo se vieran precisados a cambiar el cartel con el n¨²mero nueve por el del n¨²mero once.
El Valencia, por contra, no fue esta vez el equipo torpe de otras ocasiones. Jug¨® con disciplina, con movilidad en sus tres puntas, Saura, Welzl y Kempes, que trabajaron y abrieron huecos a los de atr¨¢s; con un centro del campo magistral, dirigido por Daniel Solsona. Cuando Solsona juega es dif¨ªcil que su equipo se quede parado. Miljanic plante¨® un partido a la contra, paciente, con marcajes mixtos atr¨¢s que en alg¨²n momento desorientaron a los defensas blancos. Pero all¨ª est¨¢ Moreno, un,juvenil ya curtido, que traz¨® una raya ante su ¨¢rea y no dej¨® que la cruzara ning¨²n sovi¨¦tico.
El Valencia realiz¨® un enorme esfuerzo. El ¨¢rbitro se lo quiso recompensar. Ultimamente, los colegiados extranjeros que vienen a Mestalla parecen obnubilados. Lo cierto es que quedan ciegos, sordos y mudos y finalizan los partidos entre ovaciones. Ramos Costa ya ha salvado por en¨¦sima vez su cabeza. Con este respiro podr¨¢ convocar, por fin, la asamblea de socios, retrasada antirreglamentariamente varias semanas, a la espera de que el equipo le diera una alegr¨ªa con la que acallar las voces en contra de su gesti¨®n presidencial.
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