Fall¨® en el acta

Soriano Aladr¨¦n es un buen ¨¢rbitro. Sus anteriores campa?as le definieron como uno de los mejores colegiados espa?oles. Sin embargo, el pasado domingo le ech¨® un peque?o borr¨®n a su historial. Soriano Aladr¨¦n anduvo presto y se?al¨® -la falta de G¨®rriz a Maradona. Y adem¨¢s ech¨® mano de la tarjeta amarilla, que era lo que correspond¨ªa. El error del ¨¢rbitro estuvo en la redacci¨®n del acta del encuentro. Lo que en el campo le pareci¨® juego peligroso, en la caseta lo consider¨® violento.De acuerdo con el testimonio del juez de la contienda, que es el que sirve al Comit¨¦ de Competici¨®n para dictar sentencia, estaba claro que G¨®rriz deb¨ªa ser suspendido por dos partidos. El Comit¨¦ aplic¨® bien la letra de la ley. Con el act¨¢ en la mano no hab¨ªa otra soluci¨®n que sancionar al jugador realista.

El tema se ha desorbitado porque, como suele ocurrir en estos casos, prima m¨¢s la pasi¨®n que la raz¨®n. G¨®rriz no es un carnicerito al uso y, por tanto, es injusto calificarle de tal. G¨®rriz no es precisamente jug¨¢dor que se distinga por sus brutalidades. Ligar la lesi¨®n de Maradona con la de Schuster y pretender cargar sobre los jugadores vascos el estigma de cazadores de las figuras barcelonistas es una aberraci¨®n. A mi modo de ver, se ha producido, de acuerdo con los hechos, una sentencia ajustada a reglamento, de la que se deriva una injusticia. Que lo ser¨¢ m¨¢s si Maradona juega el pr¨®ximo domingo. Dado que las consecuencias estimadas como punibles no van a existir, nadie deber¨ªa rasgarse las vestiduras por atender el recurso de la Real Sociedad.