Fuerte oposici¨®n en M¨¦xico al proyecto de ley del Gobierno que reglamentar¨¢ el 'da?o moral'
Varios centenares de periodistas se han concentrado ante la C¨¢mara del Senado mexicano para mostrar su oposici¨®n al proyecto de ley elaborado por el Gobierno de Miguel de la Madrid para reglamentar las sanciones econ¨®micas ante el "da?o moral" producido por informaciones que atenten al honor de las personas. La ley, que ya ha sido aprobada por la C¨¢mara de Diputados, es conocida popularmente como ley mordaza.
"Encima de cegados, mudos". Esta expresi¨®n tan mexicana resume con acierto la reacci¨®n de periodistas y escritores ante la ley que el presidente Miguel de la Madrid envi¨® al Congreso, para reglamentar con fuertes sanciones econ¨®micas el "da?o moral". Las demandas millonarias, tan en boga en Estados Unidos, son ya una amenaza real para los peri¨®dicos de M¨¦xico.Ahora que las leyes anticorrupci¨®n del nuevo Gobierno se disponen a liberar a la Prensa de su hist¨®rica dependencia del poder pol¨ªtico, que pagaba con generosidad el halago, la ley del "da?o moral" puede cortar cualquier ejercicio cr¨ªtico. Para que la mordaza sea m¨¢s segura, est¨¢ en tr¨¢mite una reforma del C¨®digo Penal que implica condenas por deslealtad al funcionario que transmita informaci¨®n no autorizada y al periodista que la publique, con penas de hasta siete a?os de c¨¢rcel.
Muchos intelectuales han visto en las nuevas leyes rasgos de corte fascista, pese a que los portavoces oficiales aseguran que no est¨¢ en riesgo la libertad de expresi¨®n, sino los excesos que atentan contra el derecho de las personas a que se respete su honor.
Apoyo de los comunistas
La ley del "da?o moral" ya ha sido aprobada por la C¨¢mara de Diputados con 276 votos a favor y 45 en contra, ¨²nicamente los del derechista Partido de Acci¨®n Nacional. El grupo comunista apoy¨® la iniciativa gubernamental, lo que ha originado un fuerte debate interno por parte de los intelectuales encuadrados en sus filas. El portavoz del grupo, Rolando Corderas, ha tratado de justificar el voto favorable porque la ley ampara por primera vez a los ciudadanos frente a los excesos del Estado, que hasta ahora permanec¨ªan impunes.Los intelectuales de derecha e izquierda entienden que las leyes vigentes constituyen suficiente garant¨ªa para castigar delitos de difamaci¨®n y calumnia, sin necesidad de nuevos c¨®digos.
La nueva ley entiende por "da?o moral" la lesi¨®n que puede sufrir una persona "en sus derechos de la personalidad, tales como sus sentimientos, afecciones, creencias, decoro, honor, reputaci¨®n, secreto de su vida privada e integridad f¨ªsica, o bien en la consideraci¨®n de s¨ª misma". La escritora Elena Poniatowska parodia la ley en los siguientes t¨¦rminos: "A partir de ahora demandar¨¦ a quien me llame dentona".
Entre las cr¨ªticas m¨¢s un¨¢nimes planteadas contra la nueva legislaci¨®n est¨¢ la discrecionalidad que otorga al juez para cuantificar el perjuicio y determinar sanciones pecuniarias, as¨ª como la absoluta vaguedad de los conceptos que pueden causar un "da?o moral". De hecho, cualquier cr¨ªtica, caricatura o comentario simplemente ir¨®nico pueden caer en el ¨¢mbito de la ley.
Todos los consultados ven, en general, en esta ley muchos m¨¢s peligros que en el decreto sobre publicaciones y objetos obscenos que L¨®pez Portillo puso en vigor el 26 de noviembre y que Miguel de la Madrid derog¨® dos semanas m¨¢s tarde. La ley del "da?o moral" es obra exclusiva del nuevo Gobierno y sus amenazas son mucho m¨¢s consistentes.
Incluso el secretario general de la Conferencia Episcopal, Jenaro Alamilla, ha terciado en la pol¨¦mica se?alando la ambig¨¹edad de la ley y el riesgo que supone de institucionalizar un estadismo informativo.
La oposici¨®n m¨¢s un¨¢nime ha partido de los propios periodistas, quienes temen que los editores silencien a partir de ahora cualquier cr¨ªtica, por temor a que se les exija indemnizaciones millonarias a las que no podr¨ªan hacer frente.
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