?Continuismo en la pol¨ªtica industrial?
A MEDIDA que transcurren los d¨ªas y los problemas flaman a las puertas de los nuevos ministros socialistas, las decisiones se hacen m¨¢s apremiantes. No s¨®lo se trata de adoptar acciones inaplazables -devaluaci¨®n, revisi¨®n de precios de los carburantes-, sino que toda la textura de la estructura industrial empieza a perfilarse y exige medidas de estrategia tecnol¨®gica, empresarial, pero tambi¨¦n financieras y laborales. El reto no es ni m¨¢s ni menos que intentar detener la desindustrializaci¨®n de Espa?a y poner los cimientos del renacimiento industrial. Este es uno de los bancos de prueba donde se calibra la musculatura y la inteligencia de un Gobierno.El ministro de Industria, Carlos Solchaga, en unas declaraciones realizadas a este peri¨®dico, ha tenido buen cuidado de no comprometerse con respuestas inmediatas, y mucho menos contundentes, a las graves situaciones que se plantean. Pero en sus respuestas hay elementos como para intentar recomponer una especie de l¨ªnea sobre la posible y futura estrategia industrial.
En primer lugar, la llamada ley Bay¨®n de reconversi¨®n industrial se prolonga un a?o. Esto quiere decir que de manera transitoria, por lo menos, contin¨²a la aplicaci¨®n -a nuestro juicio equivocada- de pol¨ªticas sectoriales con un comienzo y un final en s¨ª mismas. Se ofrecer¨¢n soluciones a la crisis de la siderurgia dentro de la siderurgia, o a la construcci¨®n naval dentro de la construcci¨®n naval, y lo mismo se har¨¢ con el sector textil o el del calzado. As¨ª que subsistir¨¢ la duda de si los empe?os sectoriales acaparar¨¢n tanta atenci¨®n y tantos esfuerzos que queden pocas energ¨ªas como para plantear las condiciones de un reajuste industrial de car¨¢cter general.
Tambi¨¦n habla el ministro de nuevos planteamientos en el tema de la reestructuraci¨®n. En concreto, la creaci¨®n de entes intermedios, holdings o intermediarios entre la Administraci¨®n y las empresas, como ha sido el caso de Aceriales, cuya eficacia y transparencia deber¨¢ exigir, como se anuncia para las compa?¨ªas el¨¦ctricas, la correspondiente auditor¨ªa.
El regreso de los bancos a la participaci¨®n industrial mediante la compra de acciones es otro de los componentes de la estrategia entrevista. El gobierno coincide en esto con los postulados de una reciente conferencia del presidente del Banco Central, Alfonso Esc¨¢mez, en la que subrayaba la dedicaci¨®n de su banco a la gran industria y la importancia de ¨¦sta en el proceso de desarrollo de los a?os pasados. En pa¨ªses como Alemania, este esquema se ha desarrollado con ¨¦xito. Adem¨¢s, vista la p¨¦rdida de importancia de la Bolsa como canalizadora del ahorro de los particulares hacia los negocios industriales, la alternativa quiz¨¢ no s¨®lo sea razonable, sino tambi¨¦n necesaria. Naturalmente, esto supone que la rentabilidad de las inversiones industriales no acabe como tantos casos bien conocidos, en los que las quiebras -a veces fraudulentas- tienen que ser solventadas a la diabla mediante el dinero p¨²blico.
En el caso de las empresas p¨²blicas, el ministro se muestra decidido a mejorar el nivel profesional de sus directivos. Estos antip¨¢ticos criterios econ¨®micos no se predican, sin embargo, con el mismo rigor para casos como el de Presur. Lo que nos lleva a preguntarnos si es que en Andaluc¨ªa van a permitirse todav¨ªa algunas licencias poco ortodoxas en la estrategia industrial, bien por la poca industrializaci¨®n de aquella autonom¨ªa, bien por la impronta andalucista del partido en el poder.
En conjunto, de la entrevista con el ministro Solchaga no se desprende con claridad cu¨¢l es el hilo conductor que a trav¨¦s de los laberintos de la crisis reconduzca a la reindustrializaci¨®n de Espa?a, o por lo menos detenga la desindustrializaci¨®n. Quiz¨¢s un comp¨¢s de espera, para mejor estudiar las cosas, sea necesario. Pero no cabe olvidar que s¨®lo entre el segundo trimestre de 1977 y el segundo de este a?o se han perdido en Espa?a m¨¢s de 600.000 empleos industriales. Un dato digno de atenci¨®n cara a la pol¨ªtica de empleo que el PSOE prometi¨®.
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