El misticismo sonoro de Gonzalo de Olavide

Termin¨® la Sinf¨®nica de RTVE sus actividades de este a?o con un concierto extraordinario, dirigido por Arturo Tamayo y cuya motivaci¨®n principal era el estreno de Estigma, de Gonzalo de Olavide, encargo de RNE con motivo de las conmemoraciones de Teresa de Avila.El compositor madrile?o, residente en Ginebra desde hace tres lustros, ha escrito una partitura excelente y dotada de tal poder de comunicaci¨®n, que el p¨²blico -menos numeroso del deseable, dada la fecha y las deficiencias de la publicidad- respondi¨® con entusiasmo, ovacion¨® y brave¨® a Olavide y al director, Tamayo.

Componer sobre Santa Teresa no es f¨¢cil, si se hace desde una real distinci¨®n y renunciando a cualquier tentaci¨®n de m¨²sica de aniversario, subespecie de la denominada m¨²sica utilitaria. Olavide busc¨® al personaje a trav¨¦s de un texto procedente de La vida de la santa, cap¨ªtulo XXXI, de tanta fuerza dram¨¢tica como llameante problematicidad: "Quiero decir que algunas tentaciones / y turbaciones secretas / que el demonio me causaba / ... Apareci¨®me hacia el lado izquierdo / la abominable figura. / Mir¨¦ la boca / que habl¨® espantable. / Parec¨ªa una gran llama clara/ sin sombra. Dijo que me hab¨ªa librado de sus manos, / mas que ¨¦l me tornar¨ªa a ellas. ?Estigma, estigma, estigma."

Color y misterio

Confiesa Olavide que del texto le interesan sobremanera su color y su misterio; esta vez ese tan tra¨ªso y llevado t¨¦rmino -el misterio- cobra extra?o poder de significaci¨®n y expresi¨®n. Un cuartero vocal recita, canta o interviene en un quasi parlato impostado en el conjunto orquestal, de modo que lo que en otras obras es solista, en la de Olavide funciona como un elemento m¨¢s de cuentos, la vivifican.

No podr¨¢ negarse que Estigma encierra un gran valor m¨ªstico, por cuanto es partitura imaginada para un espacio determinado (Olavide pens¨® en un gran templo) y construida a trav¨¦s de una consideraci¨®n cuasi m¨ªstica del sonido, m¨ªnimamente scribiniana, y del silencio entendido de un modo activo, a lo san Juan de la Cruz.

Tan compleja ideolog¨ªa precisaba a la hora de hacerse realidad comunicativa no s¨®lo de una buena t¨¦cnica compositiva, sino de una verdadera maestr¨ªa: la que demuestra, una vez m¨¢s, Gonzalo de Olavide, artista profundo, de extraordinaria potencia creadora.

Artura Tamayo entendi¨® Estigma con clarividencia y desde una total identificaci¨®n con la idea del compositor, de modo que el estreno result¨® admirable y de meridiana claridad. Tamayo, que, como Olavide, reside en el extranjero, sigue una carrera siempre ascendente y adem¨¢s hace gala de verdadero arrojo a la hora de componer sus programas. Y, por supuesto, de un refinado criterio, porque antes del estreno ofreci¨® una sobria y transparente versi¨®n del Monumentum pro Gesualdo, homenaje de Stravinski a ese otro Stravinski de siglos atr¨¢s.

Complet¨® la sesi¨®n con la Ofrenda musical de Bach, en la muy bella y expresiva versi¨®n orquestal de Markevitch, en la que director, orquesta y solistas trabajaron con entusiasmo hasta conseguir los mejores resultados posibles.