Valladares y Savater
No deja de admirarle a uno la invariable inepcia que muestran para la reflexi¨®n pol¨ªtica precisamente quienes cabr¨ªa suponer m¨¢s dotados para el ejercicio de la funci¨®n reflexiva: fil¨®sofos, articulistas de peri¨®dicos y dem¨¢s gentes de pluma. Fernando Savater, que es la vez articulista y fil¨®sofo, resulta ser al respecto un caso paradigm¨¢tico."La solidaridad que despierta (el cubano Valladares) no se la gana como poeta ni por sus ideas religiosas o comentarios pol¨ªticos, sino por el puro y simple ejemplo que con ¨¦l se ha hecho". Estas palabras del nietzscheano Savater en EL PAIS nos hacen pensar no en Nietzsche, sino en san Francisco y sus perfumadas florecillas. O, sancta simplicitas! ?C¨®mo es posible que un numen templado en las m¨¢s rudas gimnasias del quehacer intelectual, que un caletre experto en perseguir a las m¨¢s evanescentes y escurridizas ideas por los ni¨¢s intrincados vericuetos y hasta los m¨¢s rec¨®nditos e inaccesibles catres nos espete semejante tontuna? Resulta, en verdad, dificil de explicar, aunque se acuerde, con Nietzsche, que "un riesgo acecha a los sabios: el de enamorarse de la estupidez". Pues se necesita, por una parte, estar adornado con toda la inextinguible bondad e infinita sencillez de una amiba para creerse que el alboroto propagand¨ªstico montado en torno a Valladares es fruto natural del "puro y simple ejemplo de lo que con ¨¦l se ha hecho". Y se necesita, por otra, estar incre¨ªblemente desinformado, inconcebiblemente enclaustrado en el propio castillo filos¨®fico interior, extraordinariamente ensimismiado y "al margen de los teletipos" para ignorar que eso que con Valladares se ha hecho es una minucia insignificante, algo benigno y hasta amable si se compara con lo que se ha hecho y se sigue haciendo todos los d¨ªas en El Salvador, en Guatemala, en Chile, en Argentina, en Uruguay, en Paraguay, en Hait¨ª, en L¨ªbano y en Turqu¨ªa, sin ir m¨¢s lejos, con muchos millares de personas cuyos "derechos humanos" deber¨ªan ser tan vindicables, al menos, para Saliater y consortes como los de un .poeta cojo", que ha resultado no ser ni poeta ni cojo, sino (todo el mundo, salvo Savater, estaba er, el secreto) un vulgar ex agente de la polic¨ªa pol¨ªtica batistiana.
Alt¨¦rese, Savater, y ent¨¦rese: No se trata del "ejemplo de lo que con Valladares se ha hecho", se trata del s¨ªmbolo que de Valladares han cre¨ªdo algunos poder hacer. Es un episodio rutinario de intoxicaci¨®n anticomunista, una tarea aislada en la que usted ha colaborado y de la que usted, dado lo burdo y feo que ha salido el dibujo, pretende ahora exculparse. /
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