Kreisky, un tenaz defensor de la causa de la paz
El jefe del Gobierno austriaco, el socialista Bruno Kreisky, es uno de los pol¨ªticos europeos que mayor preocupaci¨®n han manifestado ante el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª y la situaci¨®n que ¨¦ste ha creado para la poblaci¨®n palestina. Esta actitud ha configurado de un modo especial la pol¨ªtica exterior de Austria, pa¨ªs centroeuropeo de extensi¨®n equivalente a la de Andaluc¨ªa, donde los socialistas subieron al poder en 1970 y gobiernan en solitario desde 1971.A principios del a?o pr¨®ximo Kreisky viajar¨¢ a Washington para entrevistarse con Ronald Reagan sobre la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo. Este encuentro se interpreta en Austria como un reconocimiento a las posiciones mantenidas por el jefe del Gobierno. Es previsible que Kreisky transmita entonces al presidente norteamericano los resultados de su entrevista de ayer con el secretario general de la OLP, Yasir Arafat, en Mallorca.
En 1980, Bruno Kreisky, vicepresidente de la Internacional Socialista al igual que Felipe Gonz¨¢lez, provoc¨® una verdadera tormenta pol¨ªtica en su pa¨ªs, al otorgar rango diplom¨¢tico con categor¨ªa de embajador al representante en Viena de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP). La vinculaci¨®n de este diplom¨¢tico con unos contrabandistas de armas oblig¨® a su sustituci¨®n por otro representante con mejor imagen y enfri¨® temporalmente las relaciones entre los socialistas austriacos y la OLP.
Una parte de la opini¨®n p¨²blica austriaca, y con ella el principal partido de la oposici¨®n -los democristianos del Partido Populista Austriaco (OEVP)-, se muestra reticente ante la particular inclinaci¨®n de Kreisky, que procede de una. acomodada familia jud¨ªa, hacia una parte del mundo aparentemente tan desvinculada del ¨¢mbito de intereses de Austria.
Kreisky, que cumplir¨¢ 72 a?os el pr¨®ximo mes de enero, mantiene la tesis de que las fricciones que se registran en Oriente Pr¨®ximo y Medio pueden ser el detonante de una nueva guerra mundial, si las superpotencias que apoyan a las partes enfrentadas deciden llevar ese apoyo a sus ¨²ltimas consecuencias. Este peligro latente motiva los intereses mediadores del jefe del Gobierno austriaco.
Kreisky, sin, embargo, resulta una persona no grata en Israel, pa¨ªs donde vive uno de sus hermanos, ya que en repetidas ocasiones ha criticado duramente tanto la pol¨ªtica del Gobierno Beguin como las concepciones de la oposici¨®n laborista dirigida por Shimon Peres. Kreisky ha calificado a Beguin de "semifascista" y ha pedido la exclusi¨®n de Peres de la Internacional Socialista, debido a la actitud mantenida por ¨¦ste ante la ocupaci¨®n de L¨ªbano por los israel¨ªes.
La favorable actitud de Kreisky hacia la OLP ha sido objeto de cr¨ªtica por parte de la actual Administraci¨®n estadounidense. Los sucesos de L¨ªbano, con todo, parecen haber limado una sustancial parte de las diferencias existentes entre las concepciones de Kreisky y las del presidente Ronald Reagan. En una entrevista publicada por EL PAIS el pasado mes de noviembre, Kreisky afirmaba que el plan Reagan para Oriente Pr¨®ximo "debe apoyarse", porque "supone un giro en la pol¨ªtica norteamericana", y se pronunciaba a favor del di¨¢logo entre la OLP y Estados Unidos,, tras se?alar que los palestinos ya han obtenido todo lo que pueden esperar de la URSS: seg¨²n ¨¦l, "buenas palabras".
La soluci¨®n del conflicto de L¨ªbano, y con ello la soluci¨®n al conflicto en Oriente Pr¨®ximo, debe basarse, seg¨²n Kreisky, en tres puntos fundamentales: el reforzamiento del Gobierno liban¨¦s, incluida la retirada de las tropas extranjeras del pa¨ªs y la creaci¨®n de un ej¨¦rcito propio, el establecimiento de garant¨ªas para la protecci¨®n de los refugiados palestinos y el inicio de negociaciones entre Israel y la OLP.
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