La reducci¨®n de jornada condiciona la oferta salarial por parte de los empresarios
La segunda ronda de negociaciones entre los sindicatos CC OO y UGT y la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) para el establecimiento del Acuerdo Interconfederal 1983 (Al) se inicia hoy con la incertidumbre creada por la patronal al no haber adelantado su oferta de banda salarial. La reducci¨®n de jornada, que depende del Gobierno, interlocutor no presente en la mesa de negociaciones, es el factor que, seg¨²n los empresarios, determinar¨¢ su postura al respecto.
El tema de la reducci¨®n de la jornada laboral a cuarenta horas semanales, a juicio de todas las partes, es el que m¨¢s problemas plantea. De hecho, la banda salarial que la CEOE ha venido manejando antes de iniciarse las negociaciones -del 3% al 7%- es, para determinados sectores, una cortina de humo que oculta otro problema mayor. Para las citadas fuentes, una banda como la ofertada por la CEOE es insostenible aun por la propia patronal. Un incremento de salarios en la proporci¨®n defendida por los empresarios provocar¨ªa una fuerte ca¨ªda en el consumo que repercutir¨ªa inmediatamente sobre los resultados de las empresas.Bajo esta ¨®ptica, el incremento salarial propuesto por la agrupaci¨®n empresarial se presenta como un elemento de presi¨®n de cara a la negociaci¨®n de la jornada y de la productividad. La reducci¨®n de jornada s¨ª es lo que m¨¢s preocupa a los empresarios, aunque su puesta en marcha se retrase previsiblemente hasta, por lo menos, mediados de 1983. La reducci¨®n de jornada se llevar¨¢ por tr¨¢mite ordinario a las Cortes, lo que, dada la acumulaci¨®n de proyectos de ley existentes, retrasar¨¢ considerablemente su aplicaci¨®n pr¨¢ctica.
Al t¨¦rmino de la reuni¨®n del pasado lunes, un destacado dirigente empresarial matizaba que, "sin saber cuando va a ponerse en marcha la reducci¨®n de jornada, es muy dificil adelantar cu¨¢l es nuestra banda salarial. No es lo mismo que el proceso se inicie de forma inmediata que se haga ya avanzado el a?o. Las repercusiones en los costes salariales son muy diferentes en uno u otro supuesto. El Gobierno tiene que evaluar lo que supone una medida de este tipo".
Aunque, en teor¨ªa, el Gobierno estar¨¢ fuera del nuevo acuerdo, sus decisiones van a pesar tanto o m¨¢s que en anteriores pactos. Es previsible que la CEOE utilizar¨¢ sus contactos y reuniones con los sindicatos para presionar indirectamente sobre el propio Gobierno, sobre todo en lo relativo a jornada. No se descarta que este tema se ligue al calendario laboral, y aunque se consiga una reducci¨®n a cuarenta horas semanales, los empresarios traten de ganar las horas perdidas anualmente aumentando los d¨ªas h¨¢biles de trabajo. Algunos de los d¨ªas considerados hoy como festivos perder¨ªan esta consideraci¨®n.
No obstante -y no hay que olvidar que el hecho fue calificado como positivo por los representantes sindicales-, los empresarios anunciaron que lo ideal es que el crecimiento medio de los salarios deber¨ªa situarse por debajo de la inflaci¨®n prevista, aproximadamente unos dos puntos por debajo del ¨ªndice de precios al consumo (IPC) de 1983. De triunfar las tesis patronales, ello supondr¨ªa que los trabajadores perder¨ªan poder adquisitivo por cuarto a?o consecutivo, situaci¨®n a evitar, que los sindicatos han esgrimido como bandera antes del inicio formal de las negociaciones.
La p¨¦rdida salarial recogida en el Acuerdo Nacional sobre Empleo (ANE) fue presentada a los trabajadores como un gesto de solidaridad con los desempleados. En aquella ocasi¨®n -y aunque posteriormente las previsiones no se hayan cumplido- se perd¨ªa poder adquisitivo a cambio de creaci¨®n de empleo. En las actuales circunstancias, el argumento de austeridad salarial como generadora de puestos de trabajo resulta dif¨ªcilmente utilizable.
Banda salarial amplia
Juli¨¢n Ariza, de CC OO, recordaba el pasado lunes que "la defensa del poder adquisitivo de los salarios que los sindicatos propugnamos es, en definitiva, lo mismo que el actual Gobierno prometi¨® en su campa?a electoral y que ratific¨® posteriormente Felipe Gonz¨¢lez en su discurso de investidura". Las palabras de Ariza fueron confirmadas por Jos¨¦ Luis Corcuera, de UGT, quien insisti¨® en los mismos puntos y puso especial ¨¦nfasis en que la oferta patronal de que el incremento medio de los salarios estuviera, por debajo del IPC, "no descarta que haya incrementos iguales o superiores a la inflaci¨®n prevista".En determinados sectores se ha especulado con que la banda salarial resulte mucho m¨¢s amplia de la que en un principio han defendido los sindicatos. Una banda salarial ancha -al menos de cuatro puntos- y limitada en su parte superior por la inflaci¨®n prevista para 1983, aunque aportar¨ªa una mayor conflictividad a la negociaci¨®n colectiva, permitir¨ªa, por otra parte, un campo de juego m¨¢s amplio a la patronal, y a los sindicatos les dejar¨ªa la posibilidad de presentarse ante la opini¨®n p¨²blica sin haber cedido del todo en sus iniciales reivindicaciones.
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