?Qui¨¦n defiende al defensor?
( ... )El pueblo espa?ol, tantas veces alegre y confiado y otras crispado y violento, necesita creer que alguien se salva de la quema deshonesta, y prefiere que ese alguien sea la suprema autoridad. No deja de ser una l¨²cida lecci¨®n pol¨ªtica.La democracia ya no permite disimulos ni remisiones doloridas al hond¨®n de los misterios del descalabro. El pueblo elige y el pueblo exige. A todos, desde el m¨¢s alto alguacil municipal. La democracia supone una igualaci¨®n de peligros para el corazoncito del pueblo, que acaso sea perpetuamente mon¨¢rquico absoluto.
( ... ) Y llega la figura del "defensor del pueblo". Una figura constitucional, algo rom¨¢ntica y, en cualquier caso, tranquilizadora. Todav¨ªa no sabemos si eficaz. El tiempo lo dir¨¢.
De momento, esta figura legal ha sido llenada con la humana presencia de uno de los hombres m¨¢s conciliadores y "simp¨¢ticos" -dicho sea en el m¨¢s profundo sentido etimol¨®gico de la exlresi¨®n- de la naci¨®n espa?ola: don Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, que lleva su quijotismo hasta en lo f¨ªsico. S¨®lo un quijote puede ser "defensor del pueblo".
( ... ) Las atribuciones del defensor llegan a todas las alturas y piden todos los apoyos. Es pronto para saber qu¨¦ puede salir de un cargo que, si es nuevo por nombre en Espa?a, no lo es por concepto, seg¨²n empezamos diciendo. S¨®lo se nos ocurre una inquietante pregunta para ser expresada precisamente ahora, en el umbral de la nominaci¨®n: ?qui¨¦n defiende al defensor?
No nos referimos principalmente a las argucias legales y apoyos de c¨®digo que el defensor, evidentemente, tiene. Nos referimos a los derechos de la persona del defensor, a las soluciones a sus futuros sinsabores, a los posibles (?probables?) desasistimientos cuando tenga que ejercer su cargo sine ira, pero con energ¨ªa y "caiga quien caiga". La figura del defensor parece un invento de la oposici¨®n para mantener a raya al Gobierno, pero resulta que ahora ya es una democr¨¢tica invenci¨®n del poder para mantenerse a raya a s¨ª mismo. ?Demasiado bello para ser verdad? S¨®lo el tiempo podr¨¢ decir si tanta belleza el real o ¨²nicamente un sue?o. ( ... )
, 29 de diciembre
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