El hombre y su relaci¨®n con la m¨²sica es explicada por el violinista Yehudi Menuhin

El hombre y la m¨²sica es una nueva serie de ocho cap¨ªtulos dedicados al hombre y su relaci¨®n con la m¨²sica a lo largo de los tiempos. Su presentador es el famoso int¨¦rprete de viol¨ªn y director de orquesta Yehudi Menuhin. En el programa de hoy se estudian los sonidos de la naturaleza, de los animales, de algunos instrumentos inventados por estudiosos del tema, y sonidos primitivos de Africa, Jap¨®n y la antigua China.

Yehudi Menuhin se impuso desde muchacho como un virtuoso fuera de serie. Ten¨ªa todas las condiciones para convertirse en un mito. Sin embargo, decidi¨® ser algo m¨¢s importante: un humanista, un m¨²sico completo, una especie de Schweitzer renovado y en constante comunicaci¨®n con los dem¨¢s.Hombre de su tiempo -el tiempo de los medios de comunicaci¨®n social-, Menuhin los utiliza todos en servicio de la difusi¨®n musical y de los sentimientos humanitarios. Con Reichenbach como director realiz¨® el filme Camino de luz, algo m¨¢s que una pel¨ªcula musical, porque sintetiza las inquietudes que desde hace a?os anidan en el alma del gran violinista.

Una de sus preocupaciones ha sido la de un acercamiento efectivo entre Oriente y Occidente, del mismo modo que una y otra vez intenta la integraci¨®n de los distintos modos de hacer m¨²sica sumando a su cl¨¢sico saber el de los hombres deljazz.

El esp¨ªritu pedag¨®gico de Menuhin nada tiene que ver con sistematizaciones did¨¢cticas habitualmente enojosas. Se trata debuscar al hombre o al ni?o muy directamente, para lo que la televisi¨®n puede ser elemento auxiliar muy valioso. En su libro de memorias El viajeinacabado Menuhin evoca sus experiencias en este sentido: "Ante las c¨¢maras de la televisi¨®n ni?os de siete u ocho a?os charlan, animan y tocan con la mayor naturalidad hasta el punto de que puedo dar mi lecci¨®n como si no hubiera c¨¢maras".

Esta naturalidad es excelente v¨ªa para difundir la m¨²sica y hacerla llegar a vas-tos auditorios: leader se toma arnigo y nos lleva de la mano, a lo largo de ocho cap¨ªtulos, hasta la m¨²sica en relaci¨®n con el hombre. Es su tema favorito. Desde ¨¦l, y a trav¨¦s de desarrollos hist¨®ricos y geogr¨¢ficos, Menuffin descubre el secreto de los sonidos.

Rara vez un gran hombre ha entregado su existencia, como en el caso de Menuffin, a extraer de la m¨²sica las finalidades sociales qu¨¦, seg¨²n Falla, la justificaban. Con frecuencia, como es natural, Yehudi Menuhin hace sonar su viol¨ªn, uno de los m¨¢s importantes de la historia musical contempor¨¢nea, hecho escuela ensus muchos disc¨ªpulos. Cuando toca hay en Menuhin un no s¨¦ qu¨¦ preocupado y tr¨¦mulo: la lucha, acaso, entre el virtuoso concertista y el hondo y afable humanista. Ser¨¢ interesante para todos seguir la serie El hombre y la m¨²sica y, apoyados en el recuerdo, compararla con la tambi¨¦n excelente de Leonard Bernsteins, este s¨ª, un leader de la televisi¨®n. Estamos ante dos modos de entender una misi¨®n parecida, aunque no id¨¦ntica. Y estamos, sobre todo, ante dos casos en los que el concierto retratado cede a la televisi¨®n sobre temas y vivencias musicales. El impacto es muy superior a la transmisi¨®n de un concierto.

El hombre y la m¨²sica, se emite hoy a las 20.30 por la segunda cadena.