El concierto de A?o Nuevo de Viena, en directo por RTVE
El tradicional concierto de A?o Nuevo que interpreta de Filarm¨®nica de Viena desde 1938, volver¨¢ a ser dirigido por Lor¨ªn Maazel. Cuarenta estaciones de televisi¨®n y otras tantas de radio (entre ellas RNE y TVE) llevar¨¢n al mundo los sonidos rom¨¢nticos de la familia Strauss, a partir de las 12.15 horas.En la primera parte han sido programados Indigo y los cuarenta ladrones, Saludos amistosos, Las lib¨¦lulas, Veloc¨ªpedo y Bombones de Viena. Despu¨¦s de un intermedio de veinticinco minutos Maazel y los filarm¨®nicos vieneses continuar¨¢n su actuaci¨®n en la gran Sala de la M¨²sica ("Musikverein") con Una noche en Venecia, La ciudad y el campo, Donde florece el limonero, S¨®lo hay una ciudad imperial, Girando libremente, Cuentos de los bosques de Viena, Desde la lejan¨ªa y Viva Hungr¨ªa.
Como el concierto de primero de a?o contin¨²a una larga tradici¨®n, no hay lugar para la sorpresa, as¨ª es que puede anunciarse que las propinas ser¨¢n, como siempre, Movimiento perp¨¦tuo, El bello Danubio Azul y La marcha de Radetzky . Johane Strauss I, y Johane Strauss Il y Josep Strauss, fueron el n¨²cleo de una dinast¨ªa capaz de hacer danzar al mundo durante mucho tiempo al ritmo del vals o de la polca.
Johane Strauss, firm¨® en cierta ocasi¨®n un aut¨®grafo bajo los compases iniciales del Danubio Azul con las siguientes palabras: "Me gustar¨ªa que fueran de Brahms". Si pasamos a otro Strauss, el muniqu¨¦s Ricardo que no pertenece a la dinast¨ªa, bastar¨¢ pensar en El caballero de la rosa para medir su entusiasmo por sus hom¨®nimos vieneses. Desde Par¨ªs un vascofranc¨¦s, Mauricio Ravel, dedic¨® a los valses straussianos su mejor homenaje con el poema coreogr¨¢fico La valse; antes se hab¨ªa inclinado ante la Viena de Schubert en sus Valses nombres y sentimentales. La invasi¨®n del mundo por Viena ,a trav¨¦s del vals y de los Strauss, supera en mucho toda la promoci¨®n rockera de la que tanto se lamentan algunos sesudos varones, quiz¨¢ porque el vals y la m¨²sica de concierto se dirig¨ªan a un mismo y ¨²nico p¨²blico, a una determinada zona de la sociedad hoy enormemente ampliada.
Las guerras de valses no han terminado. Todos recuerdan el rici-race de hace un par de a?os cuando Lorin Maazel desplaz¨® del concierto de A?o Nuevo a Boskowsky, tan querido de los vieneses. Ahora, desde la sola Mozart, a cuatro pasos de la Musikverein, un empresario hace la guerra por su cuenta a los filarm¨®nicos con un llamado Concierto de Fin de A?o y de San Silvestre. Las agencias tur¨ªsticas han de advertir a los incautos que ese no es el concierto verdadero, aunque los se?ores Strauss est¨¦n tan presentes en los pent¨¢gramas como en el otro. Adem¨¢s, falta la intervenci¨®n del Ballet de la Opera de Viena.
Con ¨¦sto, unos sabrosos mozartkugen y una sachertorte para acompa?ar un buen caf¨¦, los vieneses entran con buen pie en el A?o Nuevo, con ellos y a su ritmo todos los dem¨¢s. Por un d¨ªa millones de radioescuchas y televidentes sienten cercana la Viena lejana de los Strauss.
El concierto de A?o Nuevo se emite ma?ana, a las 12.15 por la primera cadena.
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