El deber de la solidaridad portuguesa
La enfermedad de un periodista portugu¨¦s ofreci¨® la oportunidad de descubrir el drama que vive diariamente el personal m¨¦dico del hospital de Bissau, que gast¨® en esta ocasi¨®n sus ¨²ltimas placas radiogr¨¢ficas. Sin material, sin medicamentos, con graves dificultades para realizar el m¨¢s simple an¨¢lisis de laboratorio o una esterilizaci¨®n correcta del instrumental m¨¦dico, el Gobierno no sabe c¨®mo hacer frente a las demandas siempre crecientes de una poblaci¨®n debilitada por la desnutrici¨®n, el paludismo y las infecciones end¨¦micas.La suciedad es repulsiva, y los enfermos atacados por la parasitosis, algo que se consideraba pr¨¢cticamente erradicado al final de la colonizaci¨®n portuguesa, esperan resignadamente a la puerta del hospital, contaminando con sus pies en carne viva el suelo pisado por centenares de otros pies descalzos.
Durante la cena que les es ofrecida, los cooperantes portugueses, sobre cuyos hombros recae la responsabilidad de buena parte de la ense?anza y del funcionamiento de algunos servicios vitales, se enternecen al saborear un bist¨¦ de ternera, y piden a sus compatriotas que les dejen sus pastillas de jab¨®n, hojas de afeitar y dent¨ªfrico.
Hablan de la situaci¨®n mucho m¨¢s dram¨¢tica que se vive en el interior, en las altiplanicies separadas de la costa por la densa barrera de la selva. En el litoral, con el mar, el pescado es escaso, pero se puede encontrar.
Dep¨®sitos de enfermos
El ministro de Asuntos Exteriores portugu¨¦s, Sa Machado, que visit¨® el interior como delegado de la Fundaci¨®n Gulbenkian, habla de hospitales reducidos a "dep¨®sitos de enfermos" y de la desesperaci¨®n de alg¨²n m¨¦dico, ruso o cubano, que mal consigue comunicarse con sus enfermos que, en su aplastante mayor¨ªa, no conocen siquiera la lengua portuguesa.
El arroz, base de la alimentaci¨®n ind¨ªgena, falta. Sin embargo, la sequ¨ªa, que devast¨® el norte de la Guinea que pertenece a la zona de? Sahel, ha pesado. Ha llovido en los dos ¨²ltimos a?os, y las cosechas han sido buenas. Pero las poblaciones rurales, dejadas al abandono por la desorganizaci¨®n del aparato estatal, prefieren entregar sus productos a los contrabandistas, que los encaminan hacia Senegal o Guinea-Conakry, donde los precios son m¨¢s elevados.
La petici¨®n de ayuda es el estribillo doloroso de los discursos p¨²blicos y privados de los dirigentes guineanos, dirigidos al m¨¢ximo representante de la antigua potencia colonizadora. "Portugal tiene para con nosotros un deber de solidaridad. Ay¨²dennos a valorizar nuestros recursos y demostraremos que no somos unos desagradecidos", dijo el presidente, Bernardo Vieira; pero los responsables portugueses para la cooperaci¨®n se esfuerzan en hacer comprender a los dirigentes de Bissau que los medios de que disponen no son muchos y que hay que orientarse hacia proyectos modestos, poco dispendiosos en medios financieros y t¨¦cnicos y de rentabilidad inmediata.
Prioridad a la agricultura y a las transformaciones m¨¢s simples. En materia de infraestructuras, Portugal puede elaborar estudios y proyectos para la instalaci¨®n de centrales hidroel¨¦ctricas y la construcci¨®n de carreteras, pero tanto la construcci¨®n propiamente dicha como la financiaci¨®n tendr¨¢n que ser conseguidos de otros pa¨ªses.
Lo mismo ocurre con la pesca: Portugal puede asegurar la formaci¨®n de personal, proporcionar cuadros t¨¦cnicos y eventualmente construir barcos, pero estos ¨²ltimos cuestan mucho dinero, y Lisboa no puede ofrecerlos. Los dirigentes de Bissau se ven obligados a permitir que otros pa¨ªses exploten las riquezas pesqueras del pa¨ªs, a cambio de un pu?ado de divisas y de unas toneladas de pescado desembarcadas en Bissau.
En lo referente a la extracci¨®n de petr¨®leo, Portugal no puede hacer frente a la prospecci¨®n sistem¨¢tica, y mucho menos a su explotaci¨®n. En cambio, ofrece el apoyo de sus servicios para ayudar a resolver el conflicto fronterizo con Guinea-Conakry, que pretende obtener el reconocimiento internacional de la anexi¨®n de la zona donde han sido localizados campos petrol¨ªferos, anexi¨®n realizada bajo la ocupaci¨®n colonial portuguesa.
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