TVE acentu¨® durante 1982 el colonialismo norteamericano de sus ciclos cinematogr¨¢ficos
Televisi¨®n Espa?ola ha emitido, a lo largo de 1982, casi cuatro cientos largometrajes. M¨¢s de la mitad han sido norteamericanos; las pel¨ªculas espa?olas s¨®lo han alcanzado el 16%, y cinematograf¨ªas como la italiana o francesa han estado representa das, con poco m¨¢s de diez pel¨ªculas cada una. TVE extrem¨®, durante el pasado a?o, el colonialismo norteamericano que distingue desde sus or¨ªgenes la programaci¨®n cinematogr¨¢fica de nuestra televisi¨®n. Televisi¨®n Espa?ola sigue emitiendo, por lo dem¨¢s, viejos doblajes impuestos por la censura cinematogr¨¢fica del anterior r¨¦gimen.
Cualquier estad¨ªstica sobre Televisi¨®n Espa?ola es inexacta, dadas las alteraciones de ¨²ltima hora en la programaci¨®n. Ser¨ªa necesario vivir ante un aparato de televisi¨®n y tomar constantes datos para poder dar cifras exactas. Este inconveniente es mayor en espacios como La clave cuyos responsables tienen costumbre de anunciar la pel¨ªcula que tienen intenci¨®n de emitir con un d¨ªa de antelaci¨®n y que, a¨²n as¨ª, cambian poco antes de la salida al aire. Con estas salvedades, se puede decir que TVE ha emitido durante 1982 un total de 390 pel¨ªculas, sin incluir en esta cifra ning¨²n telefilme, tanto de serie como de largometraje. El hecho de haber programado m¨¢s de una pel¨ªcula diaria no resulta preocupante desde el momento en que se acepta la constante presencia de la televisi¨®n, pues es indudable que el nivel medio de las pel¨ªculas es muy superior al de casi el resto de la programaci¨®n.Lo que s¨ª resulta bastante preocupante es c¨®mo se hace la selecci¨®n de estas pel¨ªculas, dado que m¨¢s de la mitad (237, el 61%) son de producci¨®n norteamericana. Aunque en defensa de este alto grado de colonialismo cultural hay quien dice que son las mejores. Lo cierto es que muchas de las programadas son tan malas como las de cualquier otra nacionalidad y que el cine no se reduce a la producci¨®n norteamericana. Una gran mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo tiene cinematograf¨ªa propia y, en mayor o menor medida, Televisi¨®n Espa?ola deb¨ªa dar prueba de ello.
Frente a esta cifra, el cine espa?ol se sit¨²a con s¨®lo 61 pel¨ªculas (el 16%). Si Televisi¨®n Espa?ola cumpliese la ley que obliga a los cinemat¨®grafos a programar un d¨ªa de pel¨ªcula espa?ola por cada tres de extranjeras, deber¨ªa haber programado 130 (un 33%). Sin olvidar que hay televisiones, como la francesa, con una emisi¨®n actual de producciones de la industria nacional del cine que representa el 50% de todas las pel¨ªculas programadas.
El problema de la emisi¨®n de pel¨ªculas espa?olas por TVE es doble. Por un lado, al pagar poco por los derechos, muchos productores no quieren ceder sus mejores pel¨ªculas, porque obtienen m¨¢s beneficios vendi¨¦ndolas en v¨ªdeo; y por otro, la baja calidad de la producci¨®n es constantemente utilizada por los programadores como coartada. Ante esto, habr¨ªa que recordar el mod¨¦lico ciclo dedicado a Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, gracias a una h¨¢bil selecci¨®n donde no s¨®lo hab¨ªa obras maestras y a las excelentes presentaciones del homenajeado.
Otro problema lo constituye el cine de otras nacionalidades. La inglesa, con 63 t¨ªtulos (un 16%) y una amplia selecci¨®n de producciones de Alexander Korda y Estudios Ealing, es la ¨²nica cinematograf¨ªa extranjera debidamente representada. Las restantes han sido lamentablemente olvidadas.
Lo peor no es que s¨®lo se haya emitido una pel¨ªcula sovi¨¦tica, Siberiada; una japonesa, La emperatriz Yank-Kwei-Fei, y una alemana, Los pilares de la sociedad, con la que acaba de comenzar el interesante ciclo dedicado a Douglas Sirk, sino que cinematograf¨ªas con tanto prestigio y tradici¨®n entre nosotros como la italiana y la francesa hayan sido pr¨¢cticamente olvidadas. Italia, con catorce pel¨ªculas (un 3,6%), y Francia, con doce (un 3%), alcanzan cifras rid¨ªculas. Y tambi¨¦n resulta triste que el resto de las cinematograf¨ªas s¨®lo est¨¦n representadas por una pel¨ªcula portuguesa o cubana programadas en La clave aprisa y corriendo.
Cambios en la programaci¨®n
Los nuevos cargos de Televisi¨®n Espa?ola deben hacer una profunda reestructuraci¨®n en la programaci¨®n de pel¨ªculas. Sin necesidad de crear nuevas f¨®rmulas, para ello s¨®lo necesitan repetir las mejores empleadas a lo largo de su historia.Siempre ha existido el colonialismo cultural norteamericano en televisi¨®n, pero nunca hab¨ªa llegado a los extremos de los ¨²ltimos a?os ni se hab¨ªa desarrollado con tan poca imaginaci¨®n. Dado que, por problemas de censura o econ¨®micos, no se estrena en Espa?a en su momento la mayor¨ªa del cine norteamericano de los a?os treinta, cuarenta y cincuenta, hay una gran cantidad de material in¨¦dito para abastecerse. ?Por qu¨¦ empecinarse, como se ha hecho con demasiada frecuencia en la ¨²ltima etapa, en emitir pel¨ªculas estrenadas regularmente -y muchas veces en los viejos doblajes alterados por la censura- y olvidar ese cine mucho menos conocido, a veces incluso in¨¦dito entre nosotros?
El cine espa?ol debe ocupar mucho mayor espacio, tanto con pel¨ªculas de una cierta calidad programadas a las horas de mayor audiencia, como se ha hecho en los ¨²ltimos tiempos, y tambi¨¦n con olvidadas producciones de menor inter¨¦s emitidas a otras horas. A este nivel; hay que recordar el ciclo dedicado hace unos a?os a la comedia, ya que, a pesar del bajo inter¨¦s de muchas de ellas, el conjunto ten¨ªa un valor que se puede resaltar con h¨¢biles presentaciones. Y, por ejemplo, ?por qu¨¦ no dar el interesante ciclo sobre Edgar Neville que acaba de programar la Filmoteca Espa?ola en colaboraci¨®n con la Semana de Cine de Valladolid?
En cuanto a las cinematograf¨ªas francesa e italiana, s¨®lo es necesario aumentar el n¨²mero de t¨ªtulos y realizar su selecci¨®n con una habilidad que permita mezclar las obras de los grandes creadores con otras m¨¢s populares. Y en lo referente a las restantes cinematograf¨ªas, no olvidar que Televisi¨®n Espa?ola dedic¨® homenajes a realizadores como los japoneses Ozu y Mizoguchi, y a cinematograf¨ªas como la mexicana, la checa o la polaca.
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