"?Tu aqu¨ª de nuevo, Eriz?"
Juan F¨¦lix Eriz, mediador en el secuestro de Saturnino Orbegozo,, detenido por la polic¨ªa tras la libera ci¨®n del industrial vasco, no s¨®lo niega rollundamente posibles vinculaciones con ETA, sino que reconoce que ha tenido siempre problemas con los secuestradores, por que "ellos creen que soy un regateador y que les enga?o".
Las tensiones vividas en los ¨²ltimos d¨ªas del cautiverio de Saturnino Orbegozo le obligan a exclamar, en tono ir¨®nico, que si ma?ana se produce un nuevo secuestro "cojo el primer vuelo a Suram¨¦rica". Sin embargo, volver¨ªa a mediar si se lo pidieran porque est¨¢ profundamente convencido de que "hay que negociar como sea si una vida est¨¢ en peligro". No le gusta el t¨¦rmino de "portavoz", pero si se trata de especificar a qui¨¦n representa, parece evidente que el industrial vizca¨ªno ha tomado siempre partido a favor de los secuestrados.Del ¨²ltimo secuestro en que ha mediado guarda dos malos recuerdos: el ministro Barrionuevo, -en el que personaliza la responsabilidad de su detenci¨®n- y el haber tenido que recorrer los hoteles de media Europa con una mano lesionada por un accidente de caza, que oblig¨® a amputarle cuatro dedos de la mano izquierda. "He ido manchando de sangre todos los hoteles que he visitado y empec¨¦ la negociaci¨®n tomando antibi¨®ticos y analg¨¦sicos completamente solo, ya que los secuestradores no permit¨ªan que fuera acompa?ado.
Dice ser carlista "de toda la vida" y que contin¨²a consider¨¢ndose autogestionario, a pesar de que el partido haya perdido su hist¨®rica influencia. Como si se tratara de avalar su trayectoria tradicionalista, confiesa que un d¨ªa despu¨¦s de su boda, el 5 de mayo de 1963, inici¨® la luna de miel con su mujer, a la que cari?osamente llama "cachito", en la concentraci¨®n carlista de Montejurra. De los seis hijos que tiene, dos llevan nombres que recuerdan a los Borbones: Irene y Carlos Hugo.
Cuando se ha intentado explicar las verdaderas razones de la intervenci¨®n de Juan F¨¦lix Eriz en los secuestros perpetrados contra industriales vascos -Arrasate, Garavilla, Lipperheide, Allende, Orbegozo y alguno m¨¢s que el propio mediador no quiere sacar a colaci¨®n-, siempre se ha dicho de ¨¦l que, debido a su permanencia en el exilio del sur de Francia durante los ¨²ltimos a?os del franquismo, pudo intimar con los refugiados de ETA. Esta versi¨®n explicar¨ªa no s¨®lo su contin¨²a aparici¨®n en escena cuando se produce un secuestro, sino la relativa confianza que los secuestradores hubieran podido depositar en su persona.
"Lo arreglo yo como sea"
Pero la historia es otra. El punto de arranque nada tiene que ver con supuestas conexiones ideol¨®gicas. Hablar de m¨®viles humanitar¨ªos, podr¨ªa parecer una raz¨®n de dudosa credibilidad. Sin embargo, vale la pena explicar que Juan F¨¦lix Eriz se ha visto envuelto en el mercado de la extorsi¨®n casi sin darse cuenta, por simple amistad.
Pregunta. El industrial de Elorrio y la familia Arrasate, cuyo hijo fue secuestrado por ETA Pol¨ªticomilitar en 1976, no s¨®lo eran muy amigos suyos, sino que usted trabajaba con ellos como representante siderometal¨²rgico...
Respuesta. Hab¨ªan puesto un control de la Guardia Civil, y, como en aquellas fechas esa escena no era muy habitual, les pregunt¨¦ qu¨¦ pasaba y s¨®lo me dijeron que se hab¨ªa producido un secuestro. Telefone¨¦ a mi ¨ªntimo amigo Jos¨¦ Mar¨ªa Portell y le dije: "Un buen periodista como t¨² deber¨ªa saber que ha habido un secuestro". Al d¨ªa siguiente, Portell me telefoneaba para decirme: "El mejor carlista, de Euskadi deber¨ªa saber que el secuestrado es un Arrasate". Entonces me present¨¦ enseguida en casa de la familia para ponerme a su disposici¨®n.
No s¨®lo ofreci¨® su ayuda gen¨¦rica junto a otros conocidos de los Arrasate, como el actual presidente del Parlamento vasco, Juan Jos¨¦ Pujana, y el entonces delegado de Turismo en Vizcaya, Luis Mart¨ªnez Garnika, sino que dijo: "Esto lo arreglo yo como sea".
Le cost¨® tina semana entablar contacto con los polimilis porque ¨¦stos, en un principio, no quer¨ªan reivindicar la autor¨ªa del secuestro.
P. ?Le aceptaron enseguida como mediador?
R. S¨ª, pero al final me rechazaban porque,dec¨ªan que yo era un regateador. Y con raz¨®n, porque de cien millones de pesetas que ped¨ªan, conseguimos pagar treinta.
Juan F¨¦lix Eriz al decir "conseguimos", se refiere a los que lograron la rebaja: ¨¦l y la familia.
Desde su intervenci¨®n en el caso Arrasate, todo ha venido rodado. Como las leyendas transmitidas oralmente por generaciones, as¨ª ha circulado el nombre de Juan F¨¦lix Eriz entre los empresarios como la peirsona id¨®nea, por eficaz, para mediar en un secuestro. Salvo en el caso de Orbegozo, el industrial vizca¨ªno ha sido siempre propuesto por los familiares como mediador.
P. ?Cu¨¢l es su objetivo al mediar en un secuestro?
R. Que el secuestrado vuelva sano y salvo a su casa y que la familia pague el menor rescate posible. Est¨¢ clara mi posici¨®n a favor de los secuestrados. Intento, por todos los medios, salvar la vida y la ruina de una familia.
P. En la primera ocasi¨®n, usted se moviliz¨® por amistad con los Arrasate. Pero, ?por qu¨¦ acept¨® ser mediador en las otras ocasiones?
R. No me puedo negar ante una familia rota. Si peligra una vida y yo puedo hacer algo que est¨¦ en m¨ª mano, lo Etar¨¦ siempre que me lo pida la familia. Aunque cambien las leyes y penalicen la intermediaci¨®n, lo continuar¨ªa haciendo.
P. Hablando de peticiones, en el caso de Saturnino Orbegozo quienes solicitaron su intervenci¨®n no fueron los familiares, sino la propia ETA.
R. S¨ª, es la primera vez que me ha ocurrido. Creo que es debido a que los secuestradores no pensaban reivindicar en un principio el secuestro, y por eso buscaron un intermediario libre de toda sospecha de presunta vinculaci¨®n con ese tipo de organizaciones. Claro, a m¨ª ya se me conoc¨ªa como mediador en otros casos..
"He llorado muchas veces"
P. ?Y c¨®mo le ven los secuestradores? ?Ha tenido problemas con ellos en alguna ocasi¨®n?
R. He tenido todos los problemas imaginables. Los secuestra dores me ven con malos ojos siempre ha sido as¨ª, porque ellos saben que estoy a favor de la far¨ªtil¨ªa afectada. F¨ªjate la poca gracia que les hace verme en estas histo nas que, en un secuestro reciente cuando los negociadores se presentaron a la primera cita y vieron que era yo, dijeron: "?Zuk berriz hemen?" ("?T¨² aqu¨ª de nuevo?").
No figura ning¨²n desenlace tr¨¢gico en el curr¨ªculo del mediador Eriz, y eso para ¨¦l significa poco menos que un trofeo. Dice que cuando los secuestradores piden cantidades inalcanzables siente "la mayor impotencia del mundo". Siempre ha exigido ir acompa?ado de un familiar en las conversaciones con los negociadores, y as¨ª ha funcionado, a excepci¨®n del caso Orbegozo. Eriz reconoce haber pasado muy malos ratos: "He llorado muchas veces. Me ha embargado la angustia porque s¨¦ que cuando una negociaci¨®n se rompe, despu¨¦s viene el tiro en la nuca".
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n tuvo cuando los secuestradores de Saturnino Orbegozo le comunicaron la ruptura de las negociaciones?
R. Se me hundi¨® el mundo. Han sido las noches m¨¢s amargas de mi vida. Adem¨¢s, tuve que ser yo el que comunicara la noticia a la familia. Me tem¨ª lo peor. Fueron tantos los nervios que pas¨¦ que a¨²n tengo que dormir ayud¨¢ndome de pastillas Valium 10 y todav¨ªa tengo verdadera dificultad para ingerir alimentos s¨®lidos.
Casi luce un tono mesi¨¢nico al hablar de la importancia de "salvar vidas" en los secuestros y sobre todo cuando deja muy claro que no recibe nada a cambio, salvo la satisfacci¨®n de haberse sentido ¨²til. Despu¨¦s de precisar que tan s¨®lo pasa las minutas de los desplazamientos, que las cobra mediante una cuenta que la propia familia abre en una entidad bancaria, se muestra muy duro con los .inercaderes" de los secuestros.
P. En muchos casos, los secuestradores y el secuestrado, en el curso de cautiverios de larga durapi¨®n, han llegado a establecer ciertos c¨ªrculos de proximidad. ?Le ha ocurrido a usted algo parecido en alguna ocasi¨®n?.
R. Nunca; todo lo contrario. Los negociadores se muestran superiores y distantes, incluso se disfrazan, porque saben que al final la polic¨ªa te va a preguntar detalles de los encuentros.
R. Es nefasto combatir el papel del intermediario cuando se trata de salvar una vida en peligro. Mientras haya secuestros, tendr¨¢ que haber intermediarios. Hay que acabar con las malas noticias, no con los que traen las malas noticias. El Gobierno se ha marcado un "farol" de cara a la galer¨ªa y lo ¨²nico que ha demostrado es no conocer ni de cerca la realidad vasca. Ha buscado en m¨ª un chivo expiatorio y se ha equivocado.
Dice el industrial vizca¨ªno que la pr¨¢ctica extorsionadora, en particular, y las acciones terroristas, en general, acabar¨ªan en Euskadi "si se llenara de contenido el Estatuto de autonorn¨ªa", ya que, en su opini¨®n, con ello se arrebatar¨ªan los argumentos a las organizac¨ªones armadas, que justifican la base de sus acciones con la excusa de que "las cosas no funcionan".
P. Se?or Eriz: por la propia expenencia que le ha proporcionado su vinculaci¨®n a los secuestros, ?cree que esta pr¨¢ctica se continuar¨¢ desarrollando en el Pa¨ªs Vasco? ?Los empresarios van a continuar viendo amenazados sus bienes particulares?
R. Pues s¨ª. Desgraciadamente, pienso que esta pr¨¢ctica de extorsi¨®n va para largo. Creo que sufr¨ªremos mas secuestros en Euskadi.
Y no quiere a?adir nada m¨¢s.
Sin embargo, al preguntarle qu¨¦ dir¨ªa si ma?ana suena el tel¨¦fono de su casa y al otro lado. del hilo la voz de un familiar de un industrial secuestrado le pide su mediaci¨®n, responde lac¨®nicamente: "Dir¨ªa que s¨ª".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.