El 'cambio' en Israel
LA VISITA del presidente del Estado de Israel, Isaac Navon, a Washington tiene un relieve pol¨ªtico que supera al de su propia representaci¨®n. El jefe del Estado es en Israel una figura emblem¨¢tica, pero nada m¨¢s. En cierto sentido, Navon representa una especie de equilibrio con respecto a los poderes reales: sefard¨ªa -de la cepa espa?ola- en un pa¨ªs dominado por los asquenazim, o de origen centroeuropeo; laborista con un Gobierno conservador, y aun ultraconservador. Como su poder es ¨ªnfimo, el equilibrio es meramente psicol¨®gico. Pero en este caso Navon representa algo m¨¢s: la posibilidad de que en un momento determinado pueda cambiar ese puesto por el de primer ministro.Las actuales sacudidas internas de Israel, la repugnancia de una gran parte del pa¨ªs -y, desde luego, del Partido Laborista- a las ¨²ltimas acciones en L¨ªbano por el equipo Beguin-Sharon (desde un punto de vista moral, pero tambi¨¦n por la sensaci¨®n del aumento de la inseguridad y por el nuevo brote de antisionismo en el mundo), parecen indicar que puede haber elecciones anticipadas: se precipitar¨ªan si los resultados de la comisi¨®n de encuesta sobre los cr¨ªmenes de guerra en L¨ªbano culparan a Beguin y a su ministro de Defensa.
El Partido Laborista, sin embargo, no ofrece a¨²n una imagen suficientemente rentable para las elecciones. Sufre divisiones internas y est¨¢ continuamente acusado por sus adversarios de debilidad. Existe la idea de que si Navon abandonara la presidencia -su mandato oficial termina en mayo- y se presentase a las elecciones designado por la totalidad del Partido Laborista, y con el prestigio que tiene, podr¨ªa conquistar una mayor¨ªa, a pesar de ciertos prejuicios raciales internos -los sefard¨ªes est¨¢n generalmente disminuidos-; sobre todo, si cuenta con el apoyo de Estados Unidos. Es imposible discernir en la confusa pol¨ªtica de Reagan para Oriente Pr¨®ximo si realmente est¨¢ satisfecho con la aventura de Sharon-Beguin o inquieto por sus consecuencias; m¨¢s bien parece que querr¨ªa aprovechar los resultados, pero al mismo tiempo obtener un Israel m¨¢s conciliador, m¨¢s abierto a planes generales de paz. Podr¨ªa ser que la visita de Navon y el ¨¦nfasis que se le ha dado en Estados Unidos fueran un apyo impl¨ªcito al cambio. Lo son ya en el caso de que Navon opte por volver a la pol¨ªtica activa: va a regresar de Estados Unidos con una bendici¨®n importante. Podr¨ªa entonces sustituir con ¨¦xito al frente del partido a Sim¨®n Peres y a Rabin, desgastados por su enfrentamiento mutuo.
Navon es una figura moral, relacionada con la fundaci¨®n.del pa¨ªs y la ¨¦poca hist¨®rica de David Ben Gurion -de quien fue alto colaborador-, suficientemente joven para emprender una carrera activa -61 a?os-. Despu¨¦s de las matanzas de L¨ªbano hizo unas declarac¨ªones de condena, de solidaridad con las v¨ªctimas, y de ¨¦l parti¨® la idea de la comisi¨®n de encuesta. Si su elecci¨®n no representase la p¨¦rdida de las ventajas conquistadas, el juego quedar¨ªa completo. Habr¨ªa un movimiento internacional de reconciliaci¨®n y ser¨ªa posible que dentro de ¨¦l el nuevo Gobierno espa?ol considerase la posibilidad de un reconocimiento que es una pieza que falta en nuestra pol¨ªtica exterior y que no tiene por qu¨¦ ser contradictoria con la tradicional pol¨ªtica ¨¢rabe (Espa?a no har¨ªa m¨¢s que incorporarse a la inmensa mayoria mundial); el di¨¢logo inicial probablemente ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil con un sefard¨ª.
De todas formas, parece imprescindible que para que esa situaci¨®n llegue, si llega, el equipo en el poder y la pol¨ªtica de Reagan consiguieran estabilizar la operaci¨®n que todav¨ªa no ha terminado, y que dif¨ªcilmente terminar¨¢ s¨®lo con la firma de un tratado de paz ficticio entre Israel y un L¨ªbano que pr¨¢cticamente no existe como Estado instituido. Y ser¨ªa imprescindible tambi¨¦n que el equipo actual decidiera rendirse ante las acusaciones, disolver el Parlamento y abandonar el poder. Lo cual no es tan f¨¢cil.
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