El paro, la herencia y el futuro
La situaci¨®n de? Gobierno de la Unidad Popular chilena, en los meses de abril y mayo de 1973, se deterior¨® al m¨¢ximo; el ambiente era de crispaci¨®n y sabotajes internos, y de no pocos manejos internacionales. La batalla de Chile resultaba bien expresiva de. ese clima de enfrentamiento. El estado de gracia en que a¨²n vive el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez es una situaci¨®n incomparablemente mejor. El que estemos bien lejos de una situaci¨®n chilena puede servirnos, desde luego, a efectos de desdramatizar y de apreciar c¨®mo se ya asentando nuestra democracia. Pero ello no es ¨®bice para que la cifra de 2.151.000 parados registrados al terminar diciembre (equivalentes al 16,5% de la poblaci¨®n activa) no nos parezca realmente grave como indicador. Esas cifras, en pocas palabras, nos permiten comprobar que el paro registrado, en el ¨²ltimo trimestre de 1981, aument¨® en 281.000 personas; un incremento del 15%, a una cadencia casi incre¨ªble de 3.054 desempleados por d¨ªa. Y de cara a lo inmediato, de ser las cifras del paro registrado (PR) premonitorias de lo que pueda suceder con el paro en su car¨¢cter m¨¢s global, que tiende a reflejar la encuesta de poblaci¨®n activa, en la estimaci¨®n de la EPA para el cuarto trimestre de 1982 podr¨ªa resultar una cifra -por mera extrapolaci¨®n mec¨¢nica- que llegar¨ªa a los 2.454.000 parados, equivalentes al 18,86 de la poblaci¨®n activa. Pero no caigamos en tan negros augurios y vayamos por partes.Primero de todo, es indudable que el segundo semestre de 1982 no fue nada favorable a la creaci¨®n de empleo. A ello contribuyeron unos campeonatos mundiales con incidencia muy por debajo de lo esperado en afluencia y gasto; adem¨¢s, el clima preelectoral, electoral e inmediatamente poselectoral, fren¨® las ya deprimidas decisiones de inversi¨®n. Tales circunstancias habr¨¢n contribuido, sin duda, al aumento efectivo del paro registrado. Pero, aparte de todo esto, los compromisos electorales adquiridos por el PSOE -creaci¨®n de 800.000 puestos de trabajo en cuatro a?os, aunque todav¨ªa no se haya dicho d¨®nde, c¨®mo y cu¨¢ndo- es seguro que pueden haber desencadenado expectativas que habr¨¢n contribuido a la inscripci¨®n en las oficinas del INEM de muchos trabajadores desanimados, que antes, por escepticismo, ni siquiera se preocupaban de tan elemental tr¨¢mite. Cabe pensar, pues, que el 15% de aumento del paro registrado de septiembre a diciembre no va a transmitirse ¨ªntegramente a la encuesta de poblaci¨®n activa del cuarto trimestre de 1982.
Pero tal previsi¨®n, para quienes buscan consuelo, no pasar¨ªa de ser de alcance muy exiguo. Como tampoco es factible considerar como un amortiguador relevante del paro oficial la idea de que, en realidad, el paro real es mucho menor de lo que indican las cifras del INEM o del INE, debido al trabajo negro que hay en la econom¨ªa encubierta.
El viernes 21 de enero el presidente del Gobierno, explicar¨¢ al pa¨ªs la gravedad de la situaci¨®n econ¨®mica, y que -seg¨²n se ha dicho- nos expondr¨¢ cu¨¢l es la herencia recibida. Tambi¨¦n sabemos que en este fin de semana el Gobierno se reunir¨¢ en una especie de jornada de reflexi¨®n, para preparar la intervenci¨®n presidencial. Ambas ideas, la reuni¨®n y el mensaje, pueden ser buenas. Sobre todo si se va m¨¢s all¨¢ de la dura constataci¨®n de la herencia, que, desde luego, no servir¨ªa sino para crear un culpable al que atribuir, en el pasado, posibles responsabilidades del presente y posibles flaquezas y moh¨ªnas del futuro. Aparte de que, no ser¨¢ in¨²til recordarlo, en ese pasado tambi¨¦n particip¨® directamente el PSOE, con el ANE; o, de hecho, lo ha ratificado ya con toda una serie de decisiones como la ley Bay¨®n de reconversi¨®n industrial, que ha sido prorrogada, o con las ideas actuales sobre el PEN, que, seg¨²n el ministro de Industria y Energ¨ªa, funciona bien. Como igualmente est¨¢ bien patente que han sido confirmados o designados toda una serie de altos cargos, de organismos aut¨®nomos y de autoridades monetarias, de la etapa anterior, que no brillaron especialmente en cuanto a prevenir los males que ahora podr¨ªan ser enjuiciados al evaluar la herencia recibida.
Lo peor ser¨ªa que el nuevo Gobierno del PSOE fuera a heredar de los pasados gabinetes de UCD una actitud monetarista, junto a una visi¨®n coyuntural, m¨¢s atenta a los doctos y fr¨ªos consejos de la OCDE que no a las necesidades m¨¢s acuciantes de la naci¨®n. Somos muchos los que pensamos que el mensaje sobre la herencia deber¨ªa ser breve, para ir seguido de previsiones creadoras sobre el futuro. El pasado ya est¨¢ escrito: brutal ca¨ªda del ahorro (sobre todo neto), desplome del crecimiento del PIB, paro que no cesa, inflaci¨®n cr¨®nica y un d¨¦ficit presupuestario que se aproximar¨¢ a 1,5 billones sin apenas tirar de la inversi¨®n, a pesar de su magnitud (ver cuadro adjunto).
El futuro es lo que ahora m¨¢s importa. Y ese futuro, en cierto modo, hay que dise?arlo. Y con monetarismos y coyunturalismos a la moda de la OCDE y del Banco de Espa?a, el dise?o no pasar¨¢ de ser signo una repetici¨®n del pasado, sin cambio. Hay mucho por decidir y por hacer, empezando por configurar un modelo de desarrollo en el que se perciban las fuerzas creadoras de la imaginaci¨®n, en una buena mezcla de mercado y planificaci¨®n; adoptando, asimismo, una concepci¨®n m¨¢s al d¨ªa del trabajo, del medio ambiente, de la tecnolog¨ªa y de la cultura. En todo eso tambi¨¦n hay que pensar; y no s¨®lo en bajar dos puntos la inflaci¨®n, con la previsi¨®n de si no se consigue, ir a un plan de estabilizaci¨®n. Si semejante cosa la hubiera dicho L¨®pez Rod¨®, todos estar¨ªan horrorizados. Para terminar deseamos al Gobierno una incisiva y provechosa jornada de reflexi¨®n, y al presidente, un esperanzador mensaje sobre el futuro.
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