Las publicaciones al margen de las grandes editoriales subsisten de manera precaria
En las regiones donde el biling¨¹ismo es un hecho tienen futuro los textos escolares
Las comunidades aut¨®nomas biling¨¹es -Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia- tienen un futuro que se vislumbra muy diferente entre ellas, aunque el aumento de la edici¨®n en sus propias lenguas hace prever un aumento de la producci¨®n. En Galicia, pese a la existencia de, al menos, una quincena de editoriales, la producci¨®n de libros est¨¢ monopolizada, en la pr¨¢ctica, por Galaxia, Ediciones Xerais de Galicia y Ediciones de Castro, tres sociedades que, en conjunto, sit¨²an en el mercado el equivalente al 70% del total de 250 t¨ªtulos que por t¨¦rmino medio, se imprimen cada a?o.Carentes de una estructura financiera que les permita autosostenerse, las dem¨¢s editoras sobreviven como complemento de alg¨²n negocio familiar de imprenta o librer¨ªa, y sus ediciones, muy espor¨¢dicas, no siguen ning¨²n plan determinado. Puede darse ocasionalmente alguna excepci¨®n, como la que supuso Edicions do Cerne, de Santiago de Compostela, que logr¨® situar en el mercado algunas piezas de bibli¨®filo antes de su definitivo hundimiento econ¨®mico. Esta caracter¨ªstica editorial es muy similar a las que subsisten en Catalu?a, principalmente en Gerona, ya que tanto Dasa, que tiene como cabeza visible a Enric Sabater, antiguo secretario de Dal¨ª, como Editora Art-3, dedican su atenci¨®n de forma prioritaria a los libros de bibli¨®filo.
En L¨¦rida, el panorama no es mejor. En 1982 se editaron 35 libros, con un tiraje total de 20.000 ejemplares. El 85% de estos libros est¨¢ escrito en catal¨¢n, y una parte importante de esta producci¨®n ha ido a cargo de ayuntamientos, otros entes p¨²blicos y los autores que se editan a s¨ª mismos. Unica mente la Editorial Dilagro se ha especializado en libros sobre cuestiones agrarias o textos literarios de autores locales.
En Mallorca, sus cuatro editoriales tienen como punto de mira las propias islas. As¨ª, la Editorial Moll, fundada en 1922, lo hace desde cualquier disciplina que se relacione con las cuatro islas, y Nura edita con exclusividad libros en menorqu¨ªn.
El crecimiento en el n¨²mero de vascohablantes y el potencial aumento de los lectores en eusquera hacen que se pueda hablar con optimismo y esperanza respecto a la estabilizaci¨®n de un mercado acorde con la demanda real del p¨²blico del Pa¨ªs Vasco. Empresarios y libreros coinciden en observar una reactivaci¨®n en el inter¨¦s del p¨²blico que orienta su demanda hacia el libro especializado y la literatura creativa, aunque todav¨ªa en el campo de las publicaciones en eusquera exista un desfase entre las producciones utilitarias, concebidas como soporte del aprendizaje y desarrollo de la lengua y la cultura aut¨®ctonas. Y un menor volumen de las obras de creaci¨®n. A esta demanda parecen corresponder las obras que consiguieron mayor difusi¨®n el a?o pasado entre los dos centenares de t¨ªtulos vascos y un n¨²mero superior de obras publicadas en castellano.
Valencia, entre dos polos
En Valencia, que se ve sometida a dos polos de referencia cultural -Madrid y Barcelona-, se reclaman ayudas distintas a la nueva Administraci¨®n del libro, segun editen en castellano o en catal¨¢n. Su alejamiento del centro de decisiones crea una dependencia de la que los editores quisieran liberarse constituyendo su propia C¨¢mara del Libro o promoviendo una organizaci¨®n interdisciplinar que re¨²na a editores, escritores, bibliotecarios e incluso profesores de escuelas.
La Administraci¨®n auton¨®mica, con escasas competencias a este respecto, no se ha dejado notar todav¨ªa. Mantiene una red de 250 bibliotecas p¨²blicas transferidas, que podr¨ªan ser clientes de las editoriales valencianas y favorecer la difusi¨®n de los libros propios. Eliseu Climent, editor de Tres i Quatre, se?ala el retraso que se est¨¢ registrando en esta materia cuando en Catalu?a y otras autonom¨ªas ya existe un acuerdo de editores y Gobierno regional para vender a la instituci¨®n trescientos libros de cada novedad. Sin embargo, se han editado m¨¢s libros en los ¨²ltimos veinticinco a?os que desde el siglo XVI.
El libro de soporte cultural para el estudiante y el escolar puede ayudar enormemente a las editoriales en los pr¨®ximos a?os. En Valencia, la incorporaci¨®n del valenciano a la ense?anza escolar, desde enero de este a?o, alienta a las editoriales a programar ediciones especiales para completar el aprendizaje de la lengua propia.
De espectacular puede considerarse el relanzamiento editorial en Murcia. Destaca sobre todo la Editorial Regional, que en tres a?os de existencia ha publicado m¨¢s de sesenta t¨ªtulos, adem¨¢s de dos revistas, M¨¢rgenes, de creaci¨®n literaria, y Areas, de ciencias sociales. La reedicion en facs¨ªmil del Diario del Cant¨®n de Cartagena y un estudio sobre las instituciones murcianas en el franquismo son otras de las realizaciones importantes de y para la regi¨®n.
Cuestiones hist¨®ricas asturianas
La aparici¨®n, en la d¨¦cada de los setenta, de La gran enciclopedia asturiana, editada por Silverio Ca?ada, y del Libro de Asturias, de Ediciones Naranco, marca el comienzo de una etapa de florecimiento editorial en torno a cuestiones asturianas, que ha experimentado un notable crecimiento durante los ¨²ltimos a?os. Con una antig¨¹edad mucho mayor, el Instituto de Estudios Asturianos (IDEA) lleva publicadas m¨¢s de 100.000 p¨¢ginas sobre el arte, la erudici¨®n, la arqueolog¨ªa, etc¨¦tera, de esta regi¨®n. En general, predominan en este tipo de publicaciones las cuestiones hist¨®ricas, que encuentran una importante aceptaci¨®n en el mercado, sobre las nuevas creaciones literarias.
Ayalga ha obtenido un notable ¨¦xito con su colecci¨®n popular de libros de bolsillo sobre temas asturianos, colecci¨®n de la que acaba de aparecer el n¨²mero 58. Esta editorial publica libros asturianos de ayer y de hoy. Ha terminado ya la Historia de Asturias y trabaja ahora sobre la Geograf¨ªa de Asturias y sobre las obras completas de Clar¨ªn.
Ediciones Naranco ha disminuido considerablemente su actividad. Su ¨²ltimo proyecto, La historia de Espa?a para los ni?os, en tebeos, no ha sido concluido, ni tampoco El libro de la fauna ib¨¦rica. Esta editorial lanz¨® al mercado ostentosos libros sobre Oviedo, Gij¨®n, Asturias y Madrid, y consigui¨® importantes ¨¦xitos con publicaciones en fasc¨ªculos dedicadas a la cocina, el Quijote y la vida sexual.
El Centro de Estudios del Siglo XVIII, de la Universidad de Oviedo; los Bibli¨®filos Asturianos (ediciones facsimilares de importantes libros regionales), y Monumenta Historica Asturiensa (libros y documentos asturianos) realizan tambi¨¦n ediciones de libros, dedicados singularmente a temas relacionados con la historia de Asturias. Por otra parte, Pentalfa Ediciones, de Gustavo Bueno, se centra en publicaciones de alcance universal, y la Caja de Ahorros de Asturias edita obras monogr¨¢ficas
junto con la revista Los Cuadernos del Norte, a la que, por su importancia, dedicamos un informe especial en estas mismas p¨¢ginas.
Esta pujanza asturiana contrasta con los problemas de las principales editoriales. castellano-leonesas, que est¨¢n directamente relacionados con los avatares de los libros de texto para EGB y BUP, ya que ¨¦sta es la principal actividad de las tres m¨¢s importantes y casi ¨²nicas de la regi¨®n: Mi?¨®n, ubicada en Valladolid; Everest, en Le¨®n, e Hijos de Santiago Rodr¨ªguez, que se halla en Burgos. Fuera de ellas se extiende un amplio desierto que afecta a la mayor¨ªa de las provincias y que s¨®lo se ve roto por oasis aislados, como el que suponen las editoriales salmantinas S¨ªgueme, especializada en libros religiosos, y Logues, volcada en el mundo infantil a trav¨¦s de un tratamiento progresista de temas sociales, o intentos aislados de editar colecciones de contenido regionalista, como es el caso de Ambito, nacida en Valladolid.
Si es raqu¨ªtico el panorama de Castilla-Le¨®n, mayor a¨²n lo es Extremadura, donde s¨®lo una empresa editorial est¨¢ llevando el peso en la regi¨®n, si bien hay otras dos editoriales, pero ¨¦stas, por su vinculaci¨®n a las instituciones culturales de las diputaciones de Badajoz y C¨¢ceres, pertenecen al estamento oficial y est¨¢n m¨¢s enfocadas a desempolvar viejas obras literarias de notables autores del pasado que a impulsar los nuevos valores de las letras extreme?as. Bien es verdad que tanto la instituci¨®n cultural El Brocense, de C¨¢ceres, como la Pedro de Valencia, de Badajoz, se han atrevido en alguna ocasi¨®n a publicar alguna obra de autores actuales, pero ello ha sido una excepci¨®n que viene a confirmar la regla.
La dispersi¨®n de editoriales, en su mayor¨ªa escasamente rentables, y la cada vez m¨¢s l¨¢nguida existencia de las ediciones promovidas por la Instituci¨®n Cultural Cantabria (ICC), organismo aut¨®nomo dependiente de la Diputaci¨®n Regional, conforma el desalentador panorama de la edici¨®n regional en Cantabria. Especializaci¨®n, reiteraci¨®n de autores, repetici¨®n y b¨²squeda de temas seguros son tambi¨¦n caracter¨ªsticas dominantes en el mundo de la edici¨®n en Cantabria.
En Canarias, la iniciativa de particulares y colectivos va salvando la crisis de estos a?os. Ellos han sido los protagonistas de una forma de venta al publico hasta ahora positiva. Una obra, la del poeta Fernando Garciarramos, editada por el Centro de la Cultura Popular Canaria, alcanza, en diversas tiradas, varios miles de ejemplares, vendidos casa por casa, en plena calle o en medio de un acto folkl¨®rico y cultural. Este sistema ha animado al profesor de EGB Ricardo Garc¨ªa Luis a poner en marcha una colecci¨®n de textos editados a multicopista, que en su elaboraci¨®n artesanal ha acogido a importantes narradores.
La falta de tradici¨®n, la dispersi¨®n y el minifundismo son las principales caracter¨ªsticas del escu¨¢lido sector editorial de Andaluc¨ªa. En total, se puede decir que no pasan de la veintena las editoriales con actividad regular en esta regi¨®n, todas, ellas surgidas durante los a?os de la transici¨®n pol¨ªtica, y la mayor¨ªa., de escasa entidad.
Precisamente en noviembre pasado los responsables de estas empresas empezaron a conocerse gracias a la iniciativa de la Consejer¨ªa de Cultura del Gobierno andaluz, que consigui¨® reunirlos en Sevilla e incitarles al asociacionismo. As¨ª, se est¨¢ creando la Asociaci¨®n de Editores Andaluces, que acaba de presentar a la propia Consejer¨ªa una serie de peticiones.
Las demandas de los editores se centran en que la Junta de Andaluc¨ªa intervenga en el abaratamiento de costes (por ejemplo, avalando la compra de papel por valor de doscientos millones de pesetas que los empresarios ir¨¢n abonando conforme lo retiren, seg¨²n sus necesidades), que se apoye la participaci¨®n de las editoriales andaluzas en las ferias del libro de toda Espa?a, que sus producciones tengan facilidades de difusi¨®n en la comunidad andaluza y que las instituciones pongan cierto orden en su pol¨ªtica de publicaciones.
Este ¨²ltimo aspecto preocupa seriamente a la asociaci¨®n, uno de cuyos promotores, Antonio Zoido, indic¨® a EL PAIS que en algunos casos se produc¨ªa una aut¨¦ntica competencia desleal y que bien pod¨ªa llegarse a acuerdos de coedici¨®n beneficiosos para las dos partes. "Si no nos ayudan, dudo mucho que podamos seguir adelante, aunque sea trampeando como hasta ahora, que cada editorial puede dar de comer como mucho a siete personas", indic¨®.
Para el viceconsejero de Cultura, Jer¨®nimo Mart¨ªnez, lo que est¨¢ claro es que la Junta no va a subvencionar a una editorial determinada, sino a hacer cosas pr¨¢cticas que beneficien a todas. Y apunta algunos apoyos concretos y a corto plazo, como la publicaci¨®n de un cat¨¢logo com¨²n de editoriales andaluzas, la dotaci¨®n de infraestructura para que puedan acudir a las ferias del libro y una acci¨®n de contacto y coordinaci¨®n con el mismo sector en otras comunidades aut¨®nomas. Estas ayudas revertir¨¢n en la veintena de editoriales que, con actividad regular, surgieron durante los a?os de la transici¨®n pol¨ªtica y que, en su mayor¨ªa, son de escasa entidad.
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