La reforma de la Administraci¨®n / 1
El an¨¢lisis de la actuaci¨®n de las administraciones p¨²blicas debe, desde un enfoque profesional, limitarse a la evaluaci¨®n de la gesti¨®n sin entrar en la consideraci¨®n de sus objetivos, lo cual supondr¨ªa adentrarse en el campo del an¨¢lisis pol¨ªtico.La gesti¨®n actual de la Administraci¨®n p¨²blica adolece de falta de eficiencia y de eficacia.
De eficiencia porque "lo que hay que hacer" se efect¨²a con un coste excesivo por el elevado grado de infrautilizaci¨®n de los recursos humanos y materiales.
De eficacia porque, frecuentemente, los resultados se obtienen mediante procedimientos muy complicados y engorrosos que podr¨ªan simplificarse.
Como consecuencia de estos defectos, los costes de las acciones de la Administraci¨®n p¨²blica suelen ser excesivos.
La correcci¨®n de este problema de los costes excesivos de gesti¨®n debe ser, enfatizando, la obsesi¨®n que inspire la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica.
1. L¨ªneas generales de una reforma profesional
El primer paso consistir¨ªa en un an¨¢lisis concreto de los costes de las actividades con la finalidad de obtener datos que permitan en una segunda fase la formulaci¨®n y aplicaci¨®n de un conjunto escalonado de medidas coyunturales y estructurales para la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica.
Medidas, coyunturales para mejorar la utilizaci¨®n de los recursos en las ¨¢reas en que se encuentren peor utilizadas. Esta mejora inicial podr¨ªa incluso efectuarse aplicando los recursos excedentes al proceso de elaboraci¨®n del proyecto mismo de reforma.
Medidas estructurales para establecer un dise?o del marco final de la nueva Administraci¨®n p¨²blica y para escalonar la puesta en marcha de las medidas generales, cuidando de evitar procesos traum¨¢ticos.
1.1 An¨¢lisis de los costes de las actividades
Ser¨ªa preciso para ello enumerar las funciones ejecutadas actualmente por cada ¨®rgano y calcular el coste de las mismas, a lo cual se llegar¨ªa por un proceso de imputaci¨®n de los costes de los recursos a ellos destinados. Se pretender¨ªa establecer una clasificaci¨®n final de las actividades de cada ¨®rgano que permitiese obtener con un nivel de desagregaci¨®n suficiente, los costes por unidad de producto (coste por expediente, coste por sentencia, coste de gesti¨®n por kil¨®metro de carretera construido, coste por puesto escolar, etc¨¦tera).
Es muy probable que surjan opiniones que manifiesten la imposibilidad de clasificar las actividades con suficiente nivel de detalle y que resalten, sobre todo, la dificultad de comparaci¨®n de los costes obtenidos. Entendemos que esto no debe ser ¨®bice para poner en marcha ese c¨¢lculo desagregado de costes, pues "lo posible suele ser enemigo de lo perfecto" y lo que se debe pretender es obtener r¨¢pidamente datos suficientemente significativos. Y esto es factible a corto plazo. Posteriormente, ser¨¢ imprescindible valorar con mesura, y sin esp¨ªritu de caza de brujas, los resultados obtenidos.
Podr¨ªan servir como orientaci¨®n para estos c¨¢lculos los actuales presupuestos por programas que se elaboran en los diversos ministerios.
1.2 Reforma de la estructura de personal
En funci¨®n de los datos de coste obtenidos se podr¨ªan adoptar medidas para reducir los gastos de material consuntivo y para mejorar el grado de utilizaci¨®n del material y equipo inventariable. No obstante, es previsible que la mayor parte del exceso de costes sea debido a la infrautilizaci¨®n del personal, lo que nos conduce a un punto crucial y fundamental de la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica: la reforma de la estructura del personal.
Esta reforma, que cuenta a su favor con las posibilidades que le ofrece a la Administraci¨®n el ¨¢mbito del derecho administrativo en que se mueve, se enfrenta a las situaciones (no digamos derechos) adquiridas en que se mueve el funcionario. Parece, por tanto, absolutamente necesario que se proyecte un proceso de transformaci¨®n gradual que evite al m¨¢ximo las acciones traum¨¢ticas y que se halle enmarcado por grandes y concretos principios que motiven al funcionariado para que acepte de buen grado la puesta en pr¨¢ctica de medidas que posibiliten la eficacia de la gesti¨®n administrativa.
El funcionariado tiene deseos de colaborar siempre que sienta confianza en que la reforma va a ser para todos y profesional. Para ello es necesario que se pretenda la reforma con criterios iguales para todas las Administraciones p¨²blicas y que se abra al funcionario la posibilidad de una carrera administrativa objetiva, evitando que su categor¨ªa y remuneraci¨®n dependa de su grado de amistad con los cargos pol¨ªticos. Se trata, en suma, de aplicar los principios de unidad y de carrera administrativa.
El principio de unidad exigir¨ªa que se contemplase al funcionario con una ¨®ptica nacional que evitase la actual heterogeneidad excesiva e innecesaria de cuerpos que realizando id¨¦nticas funciones y, es m¨¢s, estando previstos para realizar id¨¦nticas funciones, constituyen hoy en d¨ªa compartimientos estancos que impiden en muchos casos la necesaria movilidad del personal entre organismos.
Este principio es hoy tanto m¨¢s necesario cuanto que, con la creaci¨®n del Estado de las autonom¨ªas, resulta imprescindible dotar a ¨¦stas de personal y cuanto que, de admitirse con generalidad la creaci¨®n de nuevos cuerpos en las comunidades aut¨®nomas, se estar¨ªa agravando el actual problema de falta de unidad, la cual posibilita el favoritismo en la cobertura de puestos de trabajo y da motivo fundado al tradicional descontento existente frente a la irracional estructura de remuneraciones, lo que conduce al fomento del corporativismo y de concepciones que contemplan a la Administraci¨®n como un patrimonio feudalmente repartido entre los cuerpos de funcionarios.
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