Biograf¨ªa melodram¨¢tica

La que fuera gran modista del Par¨ªs de los a?os veinte tuvo una infancia desgraciada. Hija ileg¨ªtima, fue abandonada por su padre en un orfanato, donde la ni?a sufri¨® la crueldad de las implacables monjas que le tocaron en suerte. M¨¢s tarde, Coco Chanel, ansiosa de triunfos, vivi¨®, sofocada, la estrecha vida provinciana de principios de siglo. Su af¨¢n de libertad le acerc¨® a cuanto consideraba distinto; al principio, al mundo del music hall, donde trabaj¨® brevemente como cantante; despu¨¦s, al mundo de la costura, para el que mostr¨® inteligentes aptitudes. En ¨¦l lograr¨ªa crear un imperio que ha sobrevivido a su muerte en 1971.El realizador h¨²ngaro George Kaczender, exiliado desde 1956, ha narrado la biograf¨ªa de Coco con abundancia de medios; no faltan en la pel¨ªcula los trajes, decorados y figurantes que la acci¨®n requiere. La vistosidad no se ha escamoteado, y en ella reside lo mejor de este espect¨¢culo. Los sofisticados elementos que adjetivaron la trayectoria vital de la modista han sido reconstruidos con precisi¨®n y generosidad.

Pero el gui¨®n, de una perfecci¨®n similar a la de cualquier espect¨¢culo de este g¨¦nero, no ha desarrollado un punto de vista distanciado sobre el terna. Se limita a ilustrar los pasajes confesables de la vida p¨²blica de Coco Chanel, a?adi¨¦ndoles los trucos que convierten sus imaginadas emociones en invitaci¨®n al melodrama. Cualquier peripecia de la vida de Coco se entiende s¨®lo como una fuente de suaves sentimientos, de ternuras y fracasos, de l¨¢grimas y sonrisas, que podr¨ªan equivaler a la biograf¨ªa de cualquier otro ser humano. La posibilidad de remitirse a un planteamiento m¨¢s general, que opine sobre la. conflictiva ¨¦poca que vivi¨® la famosa modista o que divulgue su irrepetible personalidad en t¨¦rminos que interesen m¨¢s all¨¢ de la morbosa curiosidad por sus amor¨ªos, han sido desterradas de la pel¨ªcula.

Junto a sus triunfos profesionales, se nos dice que Coco Chanel tuvo amantes que la hicieron sufrir; fueron el punto de negro de su brillante carrera; de no ser por ellos (y hasta por ella, puesto que tambi¨¦n se nos ilustra con una de sus relaciones homosexuales), Coco hubiera sido muy feliz.

Se abre la pel¨ªcula con los recuerdos de Coco, que, ya triunfadora, repasa in mente los pasajes m¨¢s significativos de una biograf¨ªa superficialmente narrada. La base del filme reside, pues, en el talante de la actriz que encarna al personaje. Marie-France Pisier tiene un arrojo simp¨¢tico. Interpreta los diferentes momentos que el gui¨®n marca -diferentes, pero no muy distintos- con el entusiasmo de quien tiene un papel brillante en su mano. No le han pedido mucho m¨¢s; lejos est¨¢n de su trabajo los matices que luci¨® en Cousin Cousine o El otro lado de la medianoche. Probablemente tampoco son necesarios para el proyecto de este melodrama, que se basta con una interpretaci¨®n de puertas afuera.